Helga y Athelred, duo caótico

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"¡¿Cómo te atreves a quitarme la mujer de mis sueños?!"

Athelwulf, 1526

Era el día siguiente, toda la familia Ragnarsson (incluyendo a Athelred por alguna razón) estaban en la sala de tronos, todos sentados a excepción de Athelred quien estaba en el suelo pues el no tenía un trono donde sentarse.
¿Por qué estaban ahí? Los Eriksson irían a visitar y a pasar la noche en el Castillo Ragnarsson.
—¿Ya van a llegar? Preguntó Alfred un poco fastidiado. Athelwulf estaba sumamente emocionado y Aethelstan también, a Judith no le importaba mucho y en cuanto a Athelred, él ni siquiera sabía porqué estaba ahí.
Unos soldados del Castillo llegaron hasta la sala, hicieron una reverencia hacia la familia y luego dijeron. —Rey Ragnarsson, el Rey Eriksson y su familia llegaron. Athelred levantó la mirada sorprendido. —Hazlos pasar, no los hagan esperar... Dijo.
Ambos soldados reverenciaron otra vez y luego se fueron a abrirles la puerta a los invitados. Un hombre impotente, alto y de una mirada seria junto a sus dos hijos, un chico de lentes idéntico a su padre y una chica, Helga, la amiga de Athelred. —Es un placer que estén aquí. Dijo William levantandose de su trono, seguidamente la familia se levantó de sus puestos y Athelred del suelo y se dispusieron a saludar a sus invitados, excepto Athelred, claro, el solo se quedó parado mirando al suelo sin decir nada.
Athelwulf se acercó a Helga y le besó la mano. —Princesa Helga, es un gusto que estés aquí. Helga parecía incomoda y fastidiada por la simple presencia de Athelwulf, así que solo rodó sus ojos y por educación le devolvió el saludo.
—Hola... Principe Athelwulf. Miró a Athelred a lo lejos e iba a ir a saludarlo como si lo conociera pero recordó que podían descubrirlos, así que pensó en una manera en la que el Rey William se viera obligado a presentar a Athelred. —Entonces... Rey William... Caminó hasta Athelred quien de manera sorprendida levantó la mirada. —No sabía que tenía otro hijo... William habia olvidado por completo que Athelred estaba ahí y si no fuera por lo idéntico que era el mencionado con sus otros hermanos, negaría rotundamente que el fuese su hijo. Estaba acorralado y solo le quedaba presentarlo. —Oh, sí... Él es mi hijo menor, Athelred... Es el gemelo de mis otros tres hijos... —¿Entonces en realidad son cuatrillizos? ¿Por qué nunca lo he visto en algo importante? Aelle, el padre de Helga, se acercó.
—¿Por qué no nos lo presentaste antes? Preguntó el hombre confundido. William se sentía aún más acorralado. —Pues... A él no le gusta mucho salir del Castillo ni aparecer al público... ¿cierto, hijo? Miró a Athelred sonriendo, obviamente de forma falsa.
Athelred miró a su padre y solo asintió.
—S-sí, así es... Dijo. Helga sonrió.
—¿Por qué no lleva una corona como sus hermanos? William quería que la tierra lo tragase vivo. —Él es un poco rebelde y no se pone su corona... Llevó sus manos a los hombros de su hijo, de alguna manera ahora Athelred se sentía presionado. —¿Puedes ponerte tu corona? Athelred vio confundido a su padre y le susurró. —Pero si yo no‐
William miró de forma amenazante a Athelred y este tragó sáliva.
Por fortuna, Andreina llegó con la corona de Athelred y se la puso.
—Listo... Helga sonrió. —Ahora así cualquiera lo reconoce como principe... Se acercó un poco más a Athelred.
—Soy la Princesa Helga Eriksson del Sur... Es un gusto conocerte. Extendió su mano con toda la intensión de estrecharla pero Athelred por educación y por presión de su padre en vez de estrecharla, se la besó. Athelwulf veía la escena y se moría de la rabia mientras que Helga no pudo evitar sonreír. —E-el gusto es mio... Helga sonreía pues estaba contenta de estar junto a su amigo, Athelred estaba nervioso y asustado a la vez, la presencia de William solo le hacia sentir el miedo recorrer todo su cuerpo y la mirada fija de Athelwulf en su hermano tampoco ayudaba.
—Genial... Dijo William en un tono de fastidio, luego se acercó a su hijo y le susurró. —Más te vale que no arruines nada. Soltó a su hijo y luego se fue a hablar con el padre de Helga.
—S‐sí, bueno... Yo tengo que ir a-
Pero Helga le agarró el brazo antes de que pudiera irse. —¿A dónde vas a ir? Tenemos que conocernos más... Athelwulf se acercó e intervino.
—Princesa, mi hermano tiene algunas cosas que hacer... Debemos dejar que se vaya... Dijo. —¿Cierto, hermanito?
—S‐sí, debo irme... Y antes de que Helga pudiera responder, Athelred se fue. — (Carajo...) Pensó.

Jewels (En correción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora