Jungwoo cerró la puerta detrás de él mientras que besaba a Sujin ferozmente, la cargó y ella instintivamente lo rodeó con sus piernas entre tanto Kim los guiaba a la habitación del chico, la dejó en su cama delicadamente.
El cuerpo de Sujin rebotó un poco en el colchón, sacándole una pequeña risa a Jungwoo cuando oyó el suave grito de sorpresa que soltó su amiga.
Sus delgados dedos fueron al borde del vestido, subiendo poco a poco y acariciando sus muslos, causando suaves cosquillas que inquietaban el interior de Sujin.
Rápidamente su ropa interior desapareció, Kim se encargó de tirarla en algún lado y se acostó boca abajo en la cama, enfocando sus labios en la entrepierna de la muchacha.
──¿Quieres contarme que te tiene tan necesitada, cariño?
De a poco los pomposos y cálidos labios de Jungwoo fueron acercándose a su sexo, soplando un poco para generar expectativa y desesperación.
──Ese hijo de puta ──rezongó entre risas, Sujin acarició el cabello suave de Kim, empujando un poco para apurar el asunto ──, sabe tocar bien.
──Uhmm ──con la punta de su lengua, tocó brevemente el clítoris de Sujin, sujetando sus piernas para que no se mueva ──, ¿Que más?
Sus palabras causaban escalofríos en todo el cuerpo de Sujin, quien estaba a nada de mandarlo a la mierda si seguía con su show.
Pero para su suerte, Jungwoo comenzó a hacer magia con su boca. Quitando todo rastro de necesidad que Jeong había dejado.
Si cerraba sus ojos, podía imaginar el arrogante rostro del castaño que besuqueó en el baño, concentrado en lamer su húmedo núcleo. Aunque la lengua de Kim Jungwoo era inconfundible y rápidamente aquel intento de fantasía, se fue por el caño.
Los dientes de Kim mordieron sus labios interiores, haciendo que ella casi gritara.
──Responde, Jin.
──N-no es-escuché.
──¿En qué piensas? ──volvió a tantear su entrada con la lengua ──. Mejor dicho, ¿En la polla de quién piensas?
──Cállate y chupa.
Jungwoo rió cuando ella tomó su cabello y obligó a hundir su rostro en su vulva, comenzando a lamer como un jodido perro aquella zona.
Fue cuestión de poco tiempo para que un orgasmo golpeara con fuerza el cuerpo de Jin. Jungwoo no le dió tiempo a recuperarse, cuando decidió darla vuelta y levantar su culo, listo para meter su pene en el chorreate agujero de Sujin.
Tampoco perdió el tiempo y sus estocadas fueron rápidas y algo bruscas, pero ella nunca le pidió detenerse, al contrario. Sus gemidos eran más altos de lo normal.
──¿Por qué no le dejas en claro a los vecinos quién es el único que te puede hacer gritar de esta forma? ──susurró en su oído cuando logró sujetarla del cuello y levantarla, chocando su pecho contra la espalda arqueada de la chica ──. ¿Puedes imaginarlo? Jaehyun sentado frente a ti, mirando como te follo una y otra vez, hasta que me quedo sin ganas y tú sigues pidiendo por más, cómo la puta que eres.
No la culpen. Era uno de sus fetiches. Adoraba que la denigren, también que la mimaran, pero más cuando se dirigían con palabras despectivas.
──Claro que puedes. Te encantaría tenerlo aquí, ¿No es así? ──rio, mordió el lóbulo de su oreja y la dejó caer nuevamente al colchón ──, penetrándote con fuerza, en tu estirado y gastado coño.
──Kim Jungwoo.
──Gritalo.
──De-deja de intentar ser sexy ──suspiró ──, no soporto tu egocentrismo.
Sus estocadas comenzaron a ser más certeras, obviamente quería hacerla gritar. Estaba tocando su punto en cada maldita penetración.
──¿Por qué no me cuentas de Jaehyun? ──preguntó burlonamente. Solo quería molestarla ──, ¿Es un buen chico?
──¿Mejor que tú? siempre.
No hicieron falta más que cuatro estocadas profundas para que Jungwoo por fin liberara su semen en su interior, asegurándose de que este saliera lentamente y chorreara hasta sus muslos.
Dió fuertes palmadas en su trasero, Sujin saltó asustada y adolorida por eso.
──¿Debería mandarle una foto a Jaehyun?
Después de algunas burlas por parte del imbécil de Jungwoo, Sujin fue a darse una ducha.
Su compañero estaba ya acostado en la cama, enfocando su cámara al flácido pene entre sus manos. Sujin se recostó a su lado, solo vistiendo su tanga negra y una remera de Jungwoo que encontró en el armario.
──Hmm ──las grandes manos de Kim acariciaron sus costados, abrazándola ──, que hermoso culo, eh.
──Cierra la boca.
──Agresiva, me encanta ──besó su hombro, acurrucándose ──. Descansa, Sujinnie.
──Ya duérmete, Jungwoo.
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