Sujin estaba ansiosa. No sabía muy bien dónde irían, pero ya se encontraba vestida lo suficientemente elegante y adecuada a cualquier situación.
Su vestido rojo favorito y tacones negros que eran ideales para salir corriendo en caso de ser necesario. Maquillaje bastante relajado para ser noche, pero no tenía muchas ganas de luchar con las brochas y sombras más de lo necesario.
Su cabello lo peinó con suaves ondas y aretes que destacaban al ver su rostro, también una pequeña cadenita de oro que le regalaron sus padres en su último cumpleaños y, al escuchar su celular sonar, roció perfume en su cuello.
Bolso, llaves, tarjeta y celular, Nix siguiéndola curioso y pidiendo algo de comida antes de salir.
Con sus platitos llenos de agua y comida, Sujin se despidió y salió del departamento para ir al ascensor y no hacer esperar más a Jaehyun.
Le avisó que estaba bajando y en la recepción se encontraron.
Él vestía pantalón negro, zapatos y una camisa blanca con los primeros botones desabrochados. Estaba mirando su celular hasta que escuchó los tacones acercarse y le regaló una suave sonrisa al finalmente verla.
──Tan bonita como siempre ──ofreció su brazo, guardando el celular en el bolsillo ──. ¿Vamos?
Salieron del complejo de apartamentos y Jaehyun la guió a su moto, ella le miró incrédula.
──¿Qué..?
──¿Pretendes que me suba a eso?
──No trates así a mí nena ──dejó el casco afirmado a su cadera ──, que te trajo muchas veces y me trajo otras cuando cierta persona no podía dormir.
Chasqueó su lengua, sacando de su bolso las llaves de su auto.
──Voy a buscarlo, tú mete a tu chica al estacionamiento.
──La dejaré aquí, después vengo por ella.
──Los dos sabemos que te quedarás ──suavemente le miró por encima del hombro ──, ¿No es así?
Jaehyun luchó contra sus instintos primitivos cuando ella volteó y comenzó a caminar hasta donde el segurata verifico que se trataba de una persona que vivía en el edificio y le dejó pasar.
Sujin le hizo una seña, probablemente avisándole que él iría a dejar la moto, así que rápidamente la encendió y condujo hasta el hombre de seguridad.
──Buenas noches ──le saludó por pura amabilidad ──. ¿Donde..?
──La señorita tiene dos espacios de estacionamiento, puedes usar el J8.
──Gracias.
Bajó con cuidado y buscó en el piso el número indicado, pero Sujin tocó la bocina para guiarlo.
Al llegar a su lado, ella bajó la ventanilla y le miró con una pequeña sonrisa.
──¿Necesitas que te lleve?
Jeong aceleró y dejó la moto en el lugar donde estaba el auto, yendo a este cuando dejó todo listo.
──Si es a tu cama, mucho mejor.
Aquello le sacó una risa a Sujin, quien subió al ventanilla y le permitió abrir la puerta.
──Bella dama, nos espera una reservación en tu restaurante favorito ──sacó la tarjeta dorada ──, ¿Puedes dirigirnos?
──Ya mismo ──tomó la reservación y la leyó por encima ──. Frente a la fuente, me gusta.
──Alguien me comentó que era tu lugar favorito de todo el restaurante.
Jungwoo.
──En la noche es bellísimo.
──No tanto como yo.
──No tanto como tú.
Rara vez encontraban el lugar vacío, pero hoy era uno de esos días. Sujin mostró la tarjeta de reservación y confirmaron que esté Jaehyun presente antes de llevarlos a su mesa.
──Les dejaré un minuto para elegir ──fue el mesero quien les extendió los menúes después de servir agua en sus vasos.
Jaehyun amaba las pastas tanto como Sujin. Eso lo descubrió recién, cuando notó su conocimiento en varios tipos de pastas.
──¿Vamos a lo clásico y pedimos spaghetti con salsa y albóndigas?
Comenzó siendo un chiste, pero realmente pidieron eso.
──¿Vas a darme una de tus albóndigas? ──Sujin recibió el plato con una pequeña sonrisa y suave 'gracias' ──, quiero verte empujándola con tu nariz.
──No voy a hacer eso, por favor ──entre risas respondió ──. Bon appétit, Belle dame.
La cena fue tranquila, con charlas en el medio. Desde sus planes para terminar la carrera, que hacer después, que comerían de postre y lo mucho que le costó encontrar un lugar libre hoy para el lugar.
Todos estaban en el segundo piso, solo pocas parejas estaban en el primero, entre esas pocos, estaban ellos.
──Mis padres me pidieron recomendar a alguien para que trabaje en la empresa ──dijo después de un rato, ganándose la atención de Jeong ──¿Te interesa?
──Necesito ganar dinero, Sujin-ah.
──Pasame bien tus datos y los mandaré a evaluación.
Por primera vez en mucho tiempo, Sujin no sintió ese malestar en su estómago cuando Jaehyun la dejó en casa.
Era inconsciente esa necesidad de tenerlo un rato más con ella. En esos momentos es cuando aquel pequeño trauma sale a la luz y teme quedarse sola otra vez.
Ya no tenía la misma relación con Jungwoo, tampoco con Jaehyun y le dejaba un mal sabor en la boca.
Podrían decirle que se veía divina en este momento y que fue la mejor noche de todas, pero Sujin no se sentiría así. No se sentiría querida si no lo demostraban con sexo, ella necesitaba eso para saber que tiene cierta aceptación.
Pero ahora comenzaba a ser diferente.
Diferente porque sabía que Jaehyun seguiría allí mañana aunque no sea en su cama y desnudo.
Diferente porque podía confiar en él.
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