Sujin estaba comiendo un poco de cereal con yogurt, dejando limpio el plato en menos de diez minutos. Su estómago estaba rogando por comida que Kim Jungwoo carecía los trescientos sesenta y cinco días del año.
──¡Me voy! ──gritó desde el primer piso, tomando sus cosas y abriendo la puerta ──. ¡Te dejé café abajo!
──Ve con cuidado ──apenas despertaba, acomodaba sus pantalones y bajaba de a poco las escaleras ──, me avisas cuando llegas.
──Ajá.
Cerró la puerta y paró un taxi afuera, dando la dirección de su hogar. Rápidamente fue dirigida allí y pagó, despidiéndose y mandando una foto random al número de Kim.
──Benditos los ojos que me permiten verte.
Giró hacia aquella voz encontrando a Jeong en la vereda con su moto negra.
──¿De qué novela sacaste eso? ──carcajeó ──. Es malísimo.
──Oye, no juzgues mis dotes.
──Práctica más ──abrió la puerta del edificio ──. Nos vemos, Jeong.
Jaehyun aceleró en la moto, haciendo algo de ruido que asustó a Sujin. Ella volteó y le miró con sus ojos bien abiertos.
El castaño estaba en la vereda, estacionando la motocicleta que se veía jodidamente bien con la vestimenta de él.
──Ahora que tengo tu atención ──dejó descansar sus manos en los muslos ──, vamos por ese helado.
──¿Helado de desayuno?
──¿A qué hora desayunas, niña? ──observó su reloj ──. son casi las dos.
¿Tan tarde se despertó?
──¿Te importa?
──Lo suficiente.
Sujin dudaba en aceptar. Pues la conversación de la noche anterior había dejado bastante ceniza.
Ceniza que no tardaría en ser fuego nuevamente si Jaehyun volvía a mirarla de esa manera. Al besarla y tocarla como en la fiesta, sus manos serían la perdición de Sujin.
──Tengo algo de helado en casa.
No estaría mal divertirse un ratito más, ¿No es así?
Jaehyun sonrió satisfecho, estacionando correctamente la moto y bajando, yendo dónde Sujin.
Ella abrió y le guío hasta el ascensor, dónde ambos se contuvieron de tocarse o mínimo besarse.
Sujin sentía la punta de sus dedos cosquillear de solo imaginar lo suave que debe ser aquella tela negra, su estómago revoloteaba lleno de mariposas al pensar en el sonido que haría el cinturón al ser desatado y lo grande que se sentiría aquel grueso pene en su boca..
Mantenían la distancia solo porque más personas subieron y debían comportarse, aunque estaba por de más aclarar que también habían cámaras y claramente no le darían un show. Menos gratis.
Las llaves tintineaban en las manos de Sujin, tomando la principal. También tenía las de su habitación donde grababa, pero esa normalmente está cerrada para evitar sorpresas a los invitados o sus propios padres.
Jaehyun despidió a la señora que bajaba antes de quedarse solo los dos.
──Estás muy callada, ¿Qué pasó con la chica bonita y sexy de la fiesta?
──Ayer fue una buena noche.
Lo decía con otras intenciones y no hablando de lo sucedido con él, sino más bien con Jungwoo y Jaehyun lo captó.
Borró su sonrisa y la reemplazó por una más suave.
──Tendrás una buena tarde también, nena.
Finalmente se abrió la puerta y fue guiado por Sujin hasta su puerta.
Fue allí cuando dejó sus manos libres y las apoyó en la estrecha cintura de la fémina. Su aliento chocaba contra la oreja de Sujin, quien tembló cuando un beso fue depositado allí.
──E-espera.
Su trasero chocó contra la entrepierna ya despierta del rubio, sacandole un pequeño gruñido.
──¿Por qué? ──sus dedos bajaron hasta los muslos ajenos y los apretó, juntándose más ──. ¿Acaso Jungwoo te espera?
Oh, estaba celoso.
──Probablemente.
──Pues que mire.
Pero se vio en la obligación de separarse del rico aroma que guardaba el cuello de Sujin gracias a un perro que les dió la bienvenida.
Una bienvenida muy cálida y amable.
Mostrando los colmillos y metiéndose entre su dueña y el extraño.
──Tsch… ──el cachorro alzó la mirada, moviendo la cola hacia ella ──. No seas malo.
Jaehyun sintió su corazón detenerse y su sangre helarse gracias al saludo del canino. Pero este rápidamente volvió a su camita y miró a su dueña con felicidad.
──Ya te doy de comer ──susurró, dejando al chico en la sala aún asustado ──, vamos.
El pastor suizo corrió detrás de ella, chocando su nariz contra la mano de Sujin para llamar su atención.
──Ya te ví, Nix ──llenó el plato y lo dejó en el suelo ──, dame la pata.
Jeong se acercó lentamente a la cocina, encontrando a Nix dando su pata y ladeando la cabeza mientras hacía ojitos que claramente le aseguraban un premio.
Sus manos en los bolsillos y una sonrisa suave, marcando sus hoyuelos en ambas mejillas, eso fue lo que encontró Sujin cuando le permitió a su cachorro comer.
Ella llevaba el mismo vestido de ayer y eso lo volvía loco.
──¿Vas a darme de comer también?
──Puedes comenzar diciendo "por favor" ──respondió ella mientras cruzaba sus brazos ──, y de rodillas, preferiblemente.
Jaehyun soltó una risa seca y finalmente la tomó de la cintura, chocando ambos cuerpos.
──Tú vas a estar pidiendo "por favor" y, ¿adivina qué? ──tomó su mentón con algo de fuerza ──, no voy a parar hasta verte rogar.
Acariciando su barbilla y llegando a sus labios, metió sin esfuerzo alguno su pulgar en la boca de Sujin, quien comenzó a succionar despacio, no apartando la mirada de la contraria.
Ver cómo aquellos rosados y rechonchos labios humedecian su pulgar con emoción, haciendo un buen trabajo, hizo que su pene se endureciera.
¿Cómo se vería aquella boquita llena de su polla?
──Vas a olvidarte de Jungwoo, lo juro.
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