Capítulo 4

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-¡Rojita! -escuché una voz masculina- ¡Despierta, vamos!

-¿Qué paso? -dije levantándome de la cama y pasándome la mano por los ojos.

-Ya es tarde, deberías irte -dijo Drake- Mabel debe estar preocupada por tí.

-Que manera tan linda de echarme -le sonreí falsamente- Dame mi vestido y me voy.

-No te estoy echando -puso los ojos en blanco- ¿Y que vestido?

-Mi vestido, el que llevaba anoche, no iré por todo Harvard vestida así -dije mirándome a mi misma.

-¡Ahh tu vestido! Lo llevé a la lavandería -sonrió orgulloso y cruzándose de brazos.

-¿Qué hiciste qué? -levanté una ceja.

-Lo llevé a la lavandería, no te preocupes por eso, lo recogeré esta tarde.

¿Es estúpido?

-¿Por qué hiciste eso? Tendré que ir en pijama por toda la escuela -respiré hondo y cerré los ojos en busca de paciencia.

-Es que yo... -lo interrumpí.

-¿Cómo se te ocurre? -me paré delante de él- Mírame como estoy vestida, todos me verán y se reirán.

-Oye cálmate, lo hize con buena intención -dijo con un tono suave- Además te ves genial así.

-Da igual, me iré así -dije pasando por su lado- Y hasta que no me devuelvas mi vestido no te devolveré el pijama.

-¡Es mi pijama favorito! -gritó desde su lugar mientras yo me dirigía a la puerta.

-¡Pues ahora te jodes! -le grité.

Me fuí de allí lo más rápido que pude, mientras más rápido salga, más rápido llegaré a mi habitación y menos personas me verán ¿no?

Me eh dado cuenta que cada véz que Drake intenta ser buena persona le sale mal, que gracioso. En verdad es tierno ver como trata de ser bueno y no le sale.

Caminé hacia mi habitación y todos me miraban. Era incómodo pero en fin, era mejor que andar desnuda. A lo lejos vi a Bert sentado en un banco leyendo un libro, pensé si acercarme o no. Me daba miedo y vergüenza pero igual lo hize, tenía que arreglar las cosas lo antes posible.

-Hey Bert... -dije acercándome lentamente.

El solo me miró y volvió a centrarse en el libro.

-Se qué estás enojado, pero tienes que dejar que te explique porque me fuí.

-Ahora no quiero hablar -dijo sin despegar la mirada del libro- ¿Podemos hacerlo luego cuando esté más calmado?

-Pareces calmado ahora.

-Pero no lo estoy -dijo y se paró en frente de mí- Estoy molesto, muy molesto.

Hablaba con una voz tan gruesa que daba miedo.

-Yo tampoco me siento bien por lo que te hize -dije- Lo siento pero...-me interrumpió.

-Ya te dije que después hablamos.

Luego de decir eso se fué y me quedé sola, todos me miraban, parecía que me acababan de rechazar, y el vestuario que llevaba no ayudaba en absoluto. Me sentía fatal pero cuando tomé esa decisión ya sabía que para quedar bien con uno tenía que dañar al otro.

Llegué a mi habitación y Mabel no estaba. Luego de ducharme fuí a la cafetería haber si estaba allí y de paso llevar el pijama a la lavandería. Al llegar al lugar vi a Mabel con Floyd y me acerqué.

Tu Estrella -No terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora