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"Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 40:31" Dispuesto a seguir con el siguiente versículo, el joven sentado en aquel sillón junto a su escritorio, fue detenido ante la presencia de su mayor.

—Hijo, ¿Terminaste tus oraciones?—la voz de un hombre sobre exalto a un rubio en su habitación.

El joven aun sosteniendo el libro que tambaleó un poco en sus manos ante la repentina interrupción de su padre, levantó la mirada para asentir ante el.

—En eso estaba padre, ya estoy por terminar.

El mayor sonrío complacido al escuchar aquello pensado en salir pero viendo interrumpido al dar una mirada rápida a la maleta que se encontraba recostada sobre la cama del menor. —¿Tienes todo listo? Por que saldremos mañana a primera hora.

'Oh mierda' pensó el muchacho.

En todo el día había momentos en lo que olvidaba que ya era momento de su reclutamiento.

O quizá era su cerebro que rechazaba la idea.

—Si, solo... me falta alguna cosas- término diciendo de manera nerviosa, y acarició sus dorados cabellos por detrás de su nuca.—pero todo estará listo para mañana.

Su padre asintió, dispuesto a salir de la habitación del joven, no sin antes mencionar lo mismo que el último había escuchado por diecisiete años de su vida —Quédate con Dios, Taehyung. - Y entonces salió, murmurando cosas que si no fuera por que conocía a su padre, no sabría qué trataba de decir.

Y entonces quedó la habitación con tan solo un humano, un cuerpo, un joven que era todo un manojo de pensamientos, de nervios, y de sensaciones encontradas.

"Solo es tu subconsciente " trataba de decirse para dejar todas las sentimientos que amenazaban por salir atrás.

Dejo el libro aún en sus manos, para ponerlo sobre los demás debajo de su escritorio, el realmente detestaba tener que hacerlo, leer ese maldito libro y dejarse regir por el, pero no ayudaba en nada que toda su familia fueran las personas más creyentes que existieran.

En realidad todo su alrededor era así, sus padres, sus abuelos, sus tíos, sus amigos, bueno, no todos, había uno que no, su mejor amigo, aquel que estuvo con el desde pequeño y le prometía que algún día escaparían para poder ser libres de toda esta mierda, lamentablemente él había sido reclutado hace tres años, y no sabía nada al respecto.

El reclutamiento era una manera de llamar al internado de todos los jóvenes de las familias congregadas en aquella iglesia que más bien parecía un castillo por su inmensidad.

"Internado" já, el joven río para sus interiores, "secuestro" pensó.

Realmente no quería ni imaginarse como eran en aquel lugar si ni siquiera dejaban salir a sus huéspedes, esa iglesia siempre le había resultado tenebrosa, no por su apariencia, ya que su estilo barroco con un toque virreinal le resultaba preciosa a cualquiera que la viera, si no por lo que pensaba que escondían detrás de esos pasillos que parecían ser un laberinto, pero, realmente quería volver a ver a su mejor amigo, el era único que realmente le importaba.

Y pensó mucho de nuevo.

Tal vez todo aquello fue suficiente para que su hermano cumpliera tres años de escapar de casa, pues era inminente la entrada a ese lugar si se quedaba.

Bajo la maleta de su cama viendo que no estaba ni siquiera a la mitad de su capacidad, sabía que faltaba por guardar cosas, pero solo lo dejo para la mañana siguiente, se recostó sin hacer demasiado alboroto en la cama, dejándose sumergir por sus pensamientos y solo apagó la lámpara.

LIK | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora