El invierno había iniciado, y con él la fecha de su cumpleaños se acercaba cada día más.
El niño de ojos miel se encontraba delante de una enorme ventana que daba vista a toda la ciudad. En lo más alto de la iglesia a la que siempre asistía con sus padres.
Sabía que su cumpleaños ya era pronto, estaba emocionado claro, pero no dejaba atrás que nadie fuera a ir, pues él sabía que no tenía ningún amigo, dejando eso de lado, se dispuso a seguir leyendo la pequeña biblia que se encontraba en sus manos cuando la presencia de alguien en la sala fue notoria.- ¡Padre Gong Yoo! - El menor habló viendo cómo el sacerdote entraba en la enorme habitación que se encontraba en la azotea.
-Hijo, ¿qué haces aquí arriba? - El hombre mayor se acercó a él con pasos lentos, antes de dar una última mirada vista hacia fuera comprobando que no hubiera nadie en el pasillo.
-Estoy leyendo mis rezos padre. Aprendí a leerlos solo, ¿puede creerlo?- El joven emocionado sonrió hacia su mayor.
-Es increíble pequeño.- El mayor se acercó al Niño para ponerlo sobre sus piernas. -Mereces un regalo.- dijo susurrando a la oreja del niño.
- ¡Siii!- el menor respondió contento y abrazando al sacerdote.
-Pero debe de ser un secreto entre nosotros, ¿De acuerdo? - El padre le dijo y momento después puso su mano por encima de la rodilla del niño, empezando a subir cada vez más.
-Padre, ¿que está ha...
-¡Shh!- el mayor interrumpió con una voz muy calmada. - Solo vamos a jugar, ¿Si?- el niño frente a él algo temeroso solo asintió.
Pero antes de que el pervertido pudiera hacer algo mas, la puerta se abrió muy fuerte, dejando al mismo en estado alerta levantándose junto al niño.
-Padre, lo buscan las monjas.- Un chico un poco más grande que el que se encontraba anteriormente en esa sala apareció.
- Gracias hijo, ahora voy. - El padre se levantó, dejando al niño en el suelo. - ¿Después jugaremos, vale? - el niño rubio asintió confundido mientras el padre salía por el pasillo dejando la mano en aquel joven que interrumpió la escena.
-¿Se fue? - El menor que había entrado recientemente dijo, respondiendo para si mismo, al ver el pasillo. -Si, lo hizo.
- ¡Hola soy Taeh...
-¿Te dijo algo?- El joven interrumpió completamente al niño frente a él.
-¿Quie..een?- el menor dijo algo tartamudo.
-El padre niño, ¿que fue lo que te dijo?- el pelinegro frente se había cercado repentinamente para tomar asiento aún lado de él.- Anda cuéntame.
-Nada.. solo dijo que me iba a dar un regalo. - 'era una secretó' pensó reprochándose el Niño. -No le digas que te dije. - el joven frente a él alzó una ceja dando un paso adelante- por favor.
-Escucha esto, jamás dejes que se te vuelva a cercar si no estás acompañado de tus padres, ¿me oíste? - el mayor levantó su voz asustando así niño frente a él, pues en su cabeza solo había sido una inocente plática.
-Pero..¿por que? ¿Hice algo...
-¡No, solo aléjate de él!- grito el pelinegro, dándose cuenta que había asustado al menor- Lo siento no quise hablarte fuerte, solo, aléjate de él, promételo por favor.
El niño algo asustado aún frente a él, asintió.
Bajando la mirada, gesto que hizo al contrario reaccionar.-¿Promesa?-el joven frente a él levantó su meñique, sabiendo que entre los niños eso era algo sagrado, tanto como la biblia para sus padres.
-Promesa.- el niño frente a él sonrió.
El joven entrelazó ambos meñiques para después soltarlo y sonreír -¿Como te llamas?
-Mi nombre es Taehyung, pero mis amigos me dicen Tay.
-Oh, un gusto Tay. - el mayor respondió viendo la sonrisa que el pequeño dejó escapar, y que había buscado.
-¿Eres mi amigo?- el menor sonrió tapando las leves ranuras que sus ojos dejaron, con sus manos.
-¿Quieres que sea tu amig...
- ¡¡Si!!- el castaño grito delante suyo.- ¿quieres venir a mi cumpleaños?- respondió el menor completo de felicidad.
-Por supuesto Tay. - riéndose en sus adentros, ese chico realmente era adorable.
-Oh, no me dijiste tu nombre amigo.
- Es cierto, lo olvide.- Dijo el niño ojos negros- Yo soy...
(Actualidad)
Suspiro pesadamente dejando de lado su sueño que tenía aires de recuerdos, el joven rubio se encontraba realmente asustado.
Al despertar recordó de inmediato lo que había pasado antes de dormir, o bueno, de desmayarse.
Estaba atormentado, pues su hermano el cual creía que había dejado la ciudad hace años, estaba ahí, y ahora también estaba muerto, las lagrimas se apoderaban de nuevo de sus ojos, trató de levantarse pero fue inútil pues se dio cuenta que no solo estaba esposado a una tabla, si no que también estaba de rodillas, lo supo al querer dejar la posición, sus músculos dolieron como un carajo, eso significaba que tenía bastante tiempo en esa postura.
Levantó su mirada preso del pánico para ver donde estaba, le resultó difícil pues se encontraba nublada por el agua en ella, era una habitación enorme, sus paredes de madera se le hicieron peculiares, parecía un sótano, solo se veían colgadas unas cosas entre las paredes y...
Y manchas en el suelo, ¿Sangre?, quizás. Pero lo que más llamó su atención fue el Cristo que se encontraba por detrás suyo, no pudo verlo detalladamente pues al estar esposado a aquella tabla también su cabeza se encontraba agachada, solo veía de reojo todo.
Frente a él se encontraba una puerta de madera, con una pequeña ventanilla en ella, de esas que ponen para las mascotas en las casas y que dejaba pasar un ligero resplandor de luz hacia donde él se encontraba.
Y de nuevo comenzó a respirar rápido, ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿por que estaba en esa posición? ¿realmente mataron a su hermano ? ¿Quien lo mató?
Y como si fuera un llamado, la puerta fue abierta.
Dejando ver a una silueta más grande que el que se encontraba preso en aquella habitación.-¿Que hace un Angel cayendo en las puertas del infierno?- una voz terriblemente ronca dejó salir un chillido del rubio.- O acaso ¿perdiste el camino al cielo?
Aunque realmente no reconocía la voz, él creía saber a quien pertenecía. Solo necesitaba confirmarlo.
Y así lo hizo, pues al no contestar el mayor lo tomo de los cabellos jalándolo hacia atrás, lastimando fuertemente su cuello. Dejando ver su cara.-¿Es que acaso ya no puedes hablar? uy,... es una lástima, me encanta escuchar las súplicas..-el mayor escupió aquello frente a la cara del menor, el cual se encontraba atónito.
Trato de armarse de valor quería saber quien era y que quería con el, pero algo en su cuello lo detuvo,¿ acaso era el rosar..
-¡¡RESPONDE!!- grito el mayor jalando aún más sus cabellos.
- ¿Quien ere...-El joven tartamudeo tratando de hablar, el sabía que lo conocía de algún lado, y lo había visto, pero ante eso el mayor jalo su cabeza repetidas veces hacia abajo y arriba haciendo que esta chocará contra la fría madera.
-Las preguntas las hago yo. - Dijo el mayor, sosteniendo fuertemente aún se agarre de aquella cabellera dorada, la levantó para observar como la sangre escurría de la cara del pequeño, dejando notoriamente ver una grieta en su labio superior.- pero responderé eso... soy tu sentencia, soy tu futuro, causa de tu pasado, soy tu estrella de la mañana, soy Lucifer.
El pequeño debajo de él comenzó terriblemente a temblar, creía que sufriría un desmayo, estaba viendo todo negro, ¿Quien era la persona delante suyo?. Su vista fue perdiendo color mientras caía completamente su cabeza en aquella tabla no sin antes escuchar a su agresor.
-Descuido angelito, tenemos toda una vida, e incluso la que sigue después de ella...
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LIK | KookV
Fanfiction"Cuándo las profecías y promesas se cumplan , y todo este dicho y hecho, creerás que Lucifer es Jungkook." "Quédate con dios, incluso si crees que este te a abandonado" -Bienvenido al Infierno ángel. © Todos los derechos reservados. ¡ Contenido adu...