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-Debemos hacer algo, el chico morirá desangrado.

-Elena....sabes que no podemos entrar ahí.

-Pero...-La chica estaba por perder la paciencia, ella realmente deseaba ayudar aquel chico que veían por la rejilla de la puerta.- .. el no está aquí, fue con el padre, es seguro que durará.

Su amiga lo pensó un poco, sabían que pasaría si Jeo las descubría entrando a su calabazo, cómo él le solía decir. Pero también sabían que el joven moriría si no lo ayudaban.

-Seremos monjas, no enfermeras.- dijo la joven frente a ella, viendo cómo su amiga se encontraba cabizbaja por lo dicho. -Está bien, pero seremos rápidas, ¿okay?

La castaña sonrió, sabía que le era muy difícil convencer a su amiga de entrar a aquel lugar pero ella había robado una copia de la llave que el padre tenía en su escritorio, y ya lo había hecho anteriormente.

Abrieron la puerta lentamente, hasta que dejaron ver al joven moribundo que yacía en su interior. Horrorizadas al ver toda la sangre que se encontraba a su alrededor se apresuraron rápido, lo destaparon para ver cómo caía por completo al suelo.

-Elena, no traigo lo necesario.- dijo la joven sacando la pequeña mochila que llevaba con ella.

La joven se agachó palpando la arteria carótida del joven en su cuello, verificando si aún tenía pulso, dado por hecho, volteo a ver su caja torácica. - Respira..-dijo después de comprobar que subía y bajaba, muy rápido de hecho . - Creo que tiene taquicardia ..a perdido muchos líquidos. 20 mg de morfina.

Su amiga que solo veía la escena tratando de ayudar saco rápido de su mochila la última dosis de morfina que tenían, se la pasó a su amiga junto con la jeringa. La castaña frente a ella la tomó calmando el temblor en sus manos para tomar la dosis indicada, seguido de esto la inyectó en el músculo recto del afectado.

Fueron segundos en los que comenzó a actuar la morfina, su frecuencia respiratoria y cardíaca disminuyeron notoriamente.

La joven que había hecho el trabajo comenzó a observarlo de cabeza a pies, no sabía por donde comenzar, comenzó con lo más importante, así que retiró el alambra de la cabeza incluso siendo un poco rasguñada por el mismo, revisó las heridas que agradeció que no estuvieran infectadas, al parecer no habían sido tan profundas para necesitar sutura, solo las limpio y puso una venda alrededor de ellas. La otra joven aunque no era experta como su amiga que antes de entrar al convento había estudiado por su cuenta en enfermería, ya había aprendido algo respecto observándola, no era la primera vez que ayudaban a un herido de aquel monstruo que tenían como Sumo sacerdote.

Comenzó a revisar por su cuenta la muñeca del joven, mientras su amiga limpiaba y examinaba una herida en la nariz del afectado, trató de quitar el alambre de la mano del rubio pero le resultaba difícil, realmente estaba incrustada, bastó suficiente fuerza para hacerlo, pero inmediatamente un chorro de sangre le salpicó la cara, la joven que anteriormente terminaba de atender la herida de la nariz, asustada tomó una venda que había sobrado del vendaje de la cabeza y lo pasó por todo el brazo, encima de la articulación del codo, estaba tratando de hacer un torniquete. Su amiga al darse cuenta de ello, pues lo había visto de niña en una película, tomó un lapicero que traía en su mochila para pasarlo por el espacio entre la venda y la piel del joven , para dar una vuelta enrollando la venda y que estará se ajustará, presionando y cerrando levemente los vasos de la zona.

Deteniéndose poco a poco el flujo de sangre, las jóvenes se miraron exhaustas. Elena que sabía que hacer al respecto, revisó la herida, no tenía mucho tiempo para dejar el torniquete o perdería la mano aquel rubio debajo de ella, así que suturando la herida y pasando una venda por ella, lo quito de su mano, esperanzada que la presión no fuera a romper la sutura se apiadó a Dios, el cual escuchó sus palabras, pues la venda no presentó ningún tipo de mancha de sangre.

Se dieron cuenta que la morfina comenzaba a actuar a nivel del dolor del joven pues comenzaba a despertar del desmayo. Lo que las dos chicas frente a él agradecieron pues debía de tomar suero para reponer los líquidos perdidos.

-Espérame aquí ahora vengo. - dijo la castaña saliendo del lugar.

Poco a poco con un cierto grado aún de somnolencia el rubio fue despertando. Lo primero que vio fue una chica pelirroja frente a el. Asustado creyendo que sería otra psicopata de aquel lugar, se asustó retirando su cuerpo hacia atrás, arrastrando su cuerpo con sus extremidades superiores.

La chica al percatarse de ello, creyó que se abriría la sutura en su mano, así que habló tratando de calmar al rubio. - Venimos a ayudarte, mi nombre es Rose, ¿Recuerdas tu nombre?- quería comprobar si tenía aún sentido de la razón.

El rubio frente a ella, comenzó a visualizar a todos lados, algo no cuadraba, ¿por que quería ayudarlo?. No pensaba responder, hasta que su cabeza lo fue sacando poco a poco de su trauma para entrar en razón. - Ayuu-undeme a salir, por favor.

La chica frente a él lo miro preocupada, sabía que no podrían hacer más al respecto. Claro podrían sacarlo pero sería cuestión de minutos para que Jeo lo encontrará y ahora si lo matará.

-Mi amiga Elena acaba de salir, te traerá suero para que lo tomes. -cambiando completamente el tema la pelirroja frente a él le contestó.

-Ayundemee~e- de verdad que creía que su corazón se partiría en dos ante el joven frente a ella que resultaba solo unos años mayor, pero no podía hacer nada más por el.

-¿Cuanto tiempo tienes estando aquí?- al no recibir respuesta alguna, decidió formular su pregunta.- ¿que hiciste para que el sumo sacerdote te tuviera aquí?.- ella sabía que debías de meterte en serios problemas para terminar en este lugar.

-¿Suu~uno sacerdote? - el rubio confundido ante lo dicho decidió preguntar.

- Si, Jeo, ¿fue el que te hizo todo esto, no?

El rubio tratando de recordar el nombre que le había dicho aquel sujeto solo asintió para ver la reacción de la joven.

-Mira no puedo sacarte de aquí, pero si ayudarte, necesito saber que te hizo para decírselo al padre Min, él viene solo unas cuantas veces por semanas, pero es el único con influencia en el.

- ¿Min?

Estaba por responder, cuando una voz se escuchó detrás de ella.

-¿Que tenemos aquí? ¿Angel?

LIK | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora