12.

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5 minutos, eso era el tiempo que havia pasado desde que Jhon había salido corriendo.

La puerta de la habitación se abrió dejándome ver al pequeño niño de ojos verdosos, los cuáles parecían que habían estado desprendiendo agüita.

-Ya puedes pasar-me dijo el policia pero antes de que pudiera dar un paso más me cogio del brazo-no los voy a detener ni a multar pero lo que hicieron es delito, no pueden hacerse pasar por sus padres. Tienen suerte que ese niño vale oro-me soltó y desapareció por el pasillo de aquel hospital.

Me dejo helado sus palabras, claro que ellos sabían que estaban cometiendo un delito pero no imaginaron que ese pequeño los defendiera.

Entré, no sabía muy bien ni que decir ni que hacer. Y al parecer él lo notó, me miro de arriba abajo como si me estuviera escaneado, para finalmente dejar un mini puchero. Seguramente esperaba que el que entrara fuera Jhon y no yo.

-Hola Nico, Jhon se tuvo que ir con su padre pero mientras me quedaré contigo-dije intentando romper el hielo.

-Me quiero ir de aquí-soltó en un hilito de voz.

-No puedes, los médicos te tienen que dar el alta cuando vean que estés estable-le explique.

-Pero yo me quiero ir ahora-dijo en voz de berrinchudo.

-Corta ese berrinche-dije-ahora no puede ser, así que se buen chico y calmaté-intente tranquilizarlo.

-Prefiero a Jhon-me retó, intentaba verse duro pero ante mis hijos solo veía a un osito enojado.

-Si quieres te llevó donde él pero me tienes que prometer una cosa-le dije.

-Sisi, que cosa-dijo entusiasmado.

-Que cuando lo veas le darás un gran abrazo-le dijo dandole un toquezito en su naricita.

Asintió entusiasmado por su misión, así que de un salto salio de la camilla de lo cuál tuve que frenarlo ya que se podría hacer daño.

Se me lleno el corazón al ver la gran sonrisa que llevaba el pequeño en su pequeño rostro. Fuimos hasta la habitación 375, si no recordaba mal allí se debería encontrar Jhon junto a su familia.

Di unos pequeños toquezitos en la puerta, de su interior se pudo escuchar un leve pasa

-llevo compañia-dije abriendo la puerta.

Alli estava él junto a su familia, parecia que la llamada havía sido solo un leve susto, ya que se encontraba su padre con una leve sonrisa al verme.

-y quien es esa compañía?-pregunto mi suegra.

(...)

Toda la emoción que llevaba se esfumó al abrir esa puerta, me sentía desplazado.

No pintaba nada allí, ellos tenían una familia de la cuál disfrutar en cambio yo....no tenia nada.

-no tenias una misión?-me pregunto Abel dándome un pequeño empujón hacía el interior.

☆NICO☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora