15.

1.6K 117 5
                                    

-Es enorme, nunca había pisado una casa tan grande-mi antigua casa no era nada en comparación a la suya.

-Aun falta que veas la mejor habitación de todas-me guió Abel con John detrás nuestro.

Nos paramos delante de una puerta blanca en un lateral del pasillo en la segunda planta, recordaba haberla visto cerrada cuándo corrí por toda la casa intentando no perderme detalle de esa gigante casa pero por lo visto se me olvidó revisar esa habitación.

-¿Preparado?-me pregunto John, asentí intrigado-entonces adelante pequeño a tu nueva habitación-abrió la puerta dándome paso a entrar.

Era una amplia habitación pintada de azul pastel, en un lateral había un armario gigante repleto de ropa para niños y a un lado de este cajones revosados de juguetes infantiles. En el otro extremo de la habitación divisé un mueble que no entendí muy bien que función tenía pero en sus cajones inferiores encontré toallitas, colonia para bebés, talco,entre otras cosas que no entendía muy bien lo que eran.

Pero lo que más me llamó la atención fue la cuna, no había rastro de ninguna cama, era de color azul con los barrotes en blanco bastante más grande con las que había visto anteriormente.

-¿Te gusta? Podemos cambiar cosas si no te gustan-habló preocupado John, desde que llegamos a casa no me quitaba ojo de que todo estuviera a mi gusto sino lo mandaba a cambiar para que estuviera perfecto para mi.

-Es muy bonita, pero yo soy grande para dormir allí-señale a la cuna preocupado de tener que dormir allí, pero tampoco podía quejarme demasiado ya que era mucho que me hubiesen acogido en su casa.

-Pequeño es una cuna para niños grandes, pero ya hablaremos de ella cuándo sea la hora de dormir, ahora vamos abajo para poder hablar contigo-interrumpió Abel, quién permanecía abrazado a John.

La cabeza empezó a llenarse de preocupaciones, no llevaba una hora en su casa y ya de seguro querían echarme. Siempre acaba igual para mi,toda la gente que quiero de una forma o otra termina alejándose de mi.

-¿Nico estas bien?-los escuchaba como si estuvieran a kilómetros de mi, me sacudian angustiados pero ninguna palabra salía de mi boca-Nico pequeño dinos que te pasa, nos estas preocupando-habló angustiado Abel.

-Pequeño si no nos dices que pasa no podremos ayudarte-hablo esta vez su pareja.

Intentaba con todas mis fuerzas sacar una palabra de dentro de mi pero ni siquiera podía mover un musculo.

Sentía como lágrimas caían por mi rostro, las cuáles rápidamente eran limpiadas por la pareja que tenía acuclillada delante mio.

Sentía demasiada impotencia de no poder hacer nada, los tenía preocupados como si el motivo por el que estuviera asi fuera su culpa y eso hacía sentirme pesimo como persona. Sentía que no me merecía esta atención, ni mucho menos su cariño.

☆NICO☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora