Pasaron unas cuantas semanas más y hablaba mucho con los amigos de su hermano en especial con el pelirojo que lo atraía tanto, pero el no volvería a arriesgarse a declararse, tenía miedo de que dijera que es un raro. Por mucho que el otro dijera halagos y lo llenará de regalos.
No deseaba aquello así mejor se lo guardaría en lo más profundo de su ser.
Notaba que el pelirrojo le coqueteaba pero.. que tal si solo lo hacía por molestar. O solo busca burlarse de él.
A pesar de que este hiciera de escucho pata que no le tocaran... Aveces la inseguridad es más fuerte que la verdad...
Y es algo que... Le gustaría poder controlar y mantener a raya...
Hoy le toco ir hasta su casillero a guardar algunas cosas, mientras caminaba llego el adorable Eijirou.
Bueno tal vez no se lo guardaría tanto...
-Hey mejillas~ ¡estoy aquí!-dijo imitando a su sensei all might para que el rubio sonriera y vaya que lo consiguió, el lograba ponerlo muy nervioso y a la vez relajado.
También muchas veces hacia que se riera mucho. Era gracioso.
-Déjame ayudarte, los príncipes no deben llevar cosas pesadas.-dijo haciendo que inmediatamente me sonroje, gracias a este chico ahorrare mucho rubor. Tomo mis cuadernos y libros dejándome a mi sin cargar nada.
-No tienes que hacerlo, puedo yo solo Eiji-Kun-hable sonrojado dandole un pequeño golpe en su brazo y el lanzó una risa.
-Lose, pero quería hacerlo.-dijo con su sonrisa de tiburon.-¿Hey Hey sabes que sabes que? ¡hoy nos entregan nuestras chaquetas! La mía dirá Red Riot.-dijo orgulloso de su nombre de héroe.
-mira al señor héroe...-digo burlón y divertido cambiando a su lado hasta mi casillero. Llegamos y abro este mismo pidiéndole devuelta mis cosas para organizarlas. Pongo todo en su lugar y me hecho un ojo en el espejo con Kirishima apoyado en los casilleros. Viendo fijamente como me doy un retoque de gloss, y un poco de rubor en mis pómulos. Me puse a mirar que más me faltaba buscando algun detalle que corregir.
-Te vez perfecto, así ya me enamoras Katsuki-dijo algo serio pero luego sonrió, quede en blanco mientras el cerro mi casillero acorralandome en este mismo, dios mio estaba tan cerca... mi hermano si lo ve lo matará, estoy seguro pero... tal vez yo.. lo defienda un poquito.
-eres precioso Katsuki-hablo algo grave cerca de mi cara poniendo sus brazos a los costados de mi cabeza apreté mi chaleco de lana rosa sin mangas solo para calmarme un poco. Agradecía darme un retoque ya que me esta mirando muy de cerca, miró mis ojos por un largo tiempo. Pero de la nada bajo la mirada a mis labios. Dios mi corazón palpitaba de una manera que no se imaginan, desaba que no se moviera, pero también que me besara, quería que dijera que lo enamoro una vez más, no quiero qué sea una cruel mentira... Como las que Midoriya alguna vez me dijo.
Agh no debía compararlo con Kirishima, no con el sol con patas.
Kirishima era muy bello para compararlo con el perro sarnoso de Midoriya.
-Dime Katsuki... que harías si ahora mismo te besara...-Dijo acercandose más a mis labios. ¡Mierda mierda me iba a besar! ¡no estoy listo aun! ¡no me puse mi bálsamo labial con sabor a caramelo!
Y mis plegarias no tan plegarias por que si quería un beso se cumplieron.
-aléjate de mi hermano pequeña mierda.-hablo celoso el castaño mirándome verificando que estuviera bien cosa que comprobó.
Kirishima levanto sus manos en señal de que no me estaba tocando cosa que me hizo reír, le saque la lengua divertido ya que su cara de miedo fue espectacular.