Por Simpre Mi Amor

CAPÍTULO 47

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Jin Zixuan se encontraba recargado sobre una pared, al lado de una gran ventana mientras miraba al exterior a través de ella. La imagen de Wei Ying sosteniéndose de la barandilla del balcón antes de saltar, no abandonaba su mente, y punzadas dolorosas azotaban su corazón. Cerro los ojos y agitó suavemente la cabeza; no quería seguir viendo esa escena.

- A-Xuan...

Abrió los ojos al escuchar su voz, y sin voltear a verla, contestó :

- ¿Qué es lo que quieres?

- Saber cómo estas.

- Estoy bien. - respondió, pero inmediatamente después, volteó a verla, y agregó : - Pero eso a ti no debería importarte.

- Me importas... más de lo que te imaginas.

Jin ZiXuan, negó con su cabeza mirándola fijamente. ¿Como es que Jiang Yanli no estaba preocupada por Wei Ying?

- Ni siquiera te hagas ilusiones...

- ¿Que? - Jiang Yanli sintió un aire helado golpearle el rostro.

- A-Ying no morirá. Y mi amor por él tampoco lo hará.

Un amargo sentimiento aruño el interior de Jiang Yanli. Apretó ligeramente sus labios y manos, y con veneno quemándole el pecho, respondió :

- Pues que pena me da tu amor. Porqué ese amor que sientes... te esta matando.

El atisbo de celos sobre la lengua de Jiang Yanli hizo que Jin ZiXuan se mofara suavemente de ella.

- Algún día terminaré con todo esto.

- Realmente lo espero.

- Y nunca nadie podrá separarme de A-Ying... Ni Lan WangJi... y mucho menos tú.

- ¿A-Li? - habló Madame Yu. - ¿Qué estas haciendo? - preguntó al llegar hasta ellos mirándolos con extrañes, sobre todo, a su hija.

- No se preocupe, Tía. - respondió Jin ZiXuan. - Solo estaba consolándome.

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- WangJi-Xiong. - le hablo Huaisang al verlo llegar. - ¿Que dijo tu padre? ¿Esta todo bien?

Lan WangJi negó en silencio, con los ojos caídos y abatidos. Su cabeza dolía, se sentía infestada, aturdida, y cansada; Le pesaba el alma.

- Huaisang. - le miró como un cachorro herido, y dijo : - Quiero ver a Wei Ying.

La suplica en la voz del alfa, hizo doler el propio corazón de Nie Huaisang, así que le sonrió en comprensión y con pesar. Extendió sus brazos invitándolo a corresponder, y lo envolvió en ellos para intentar reconfortarlo. Lan WangJi acepto ese cálido gesto de su gran amigo, y suspiro sintiendo su apoyo.

Poco después de ello, Xue Yang llegó al estacionamiento, y bajó del auto. Caminó a pasos veloces para ingresar en el Hospital.

- ¡Sr. Yang! ¡Sr. Yang! - le hablo un joven hombre con vestimenta formal que lo esperaba en la recepción del lugar.

Xue Yang se detuvo en ese instante, y al voltear a verlo, dijo :

- ¿Si? Dígame.

- Oh Gracias a Dios. - suspiró el joven hombre de alivio, y dijo : - Soy el asistente de Gerencia del Hotel Zhú Tâ