1

1K 27 1
                                    

𝟕 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟐

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝟕 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟐.
𝟎𝟗:𝟑𝟎 𝐚𝐦. 𝐀𝐫𝐠𝐞𝐧𝐭𝐢𝐧𝐚.

— ¿entonces vas conmigo? — sostenía mi teléfono con mi hombro, pegándolo a mi oreja, mientras batía con las manos ocupadas y escuchaba la propuesta de mi hermano.

— ¿hoy me dijste? —pregunté nuevamente, estaba sumida totalmente en mis pensamientos y en la masa de mierda a la que no se le iban los grumos.

— si bobi, viene toda la selección, sin las mujeres ni la familia, pero prácticamente vos ya sos parte del equipo. mira que es en la casa de lío igual — me avisó. ir a comer o de fiesta a la casa del mismísimo lionel messi era un hábito total, sabía que tenía que estar agradecida con mi hermano por llevarme cada vez que tenía oportunidad — licha me dijo que te traiga, dice que va a ser una joda de la concha de la lora.

eso me llama muchísimo más la atención, adoraba ir a las jodas, y más sabiendo que todos ahí eran conocidos o muy amigos míos. básicamente terminó por convencerme.

— dale, tranqui, yo tengo que terminar unas cosas acá y listo, ¿a qué hora más o menos es? decime así voy un rato antes, no quiero caer cuando ya estén todos— seguí batiendo estresada, estaba haciendo un budín para la madre de mi novio, era el cumpleaños, y aunque yo no pudiera acompañarlo le quería hacer una "mini torta" como disculpa por no poder ir.

— esto debe arrancar tipo 9, venite bastante antes, ¿tenes como 2 horas de ahí hasta acá no? — suspiré, acordándome de lo agotadores que eran esos viajes hasta rosario. 

— tengo 3, pero bueno, es temprano por suerte, ahora en un rato me empiezo a preparar y salgo para allá, a la vuelta veo como hago— avisé. nos terminamos de despedir rápidamente y colgué, me apresuré en terminar el budín que me estaba sacando canas verdes, detestaba cocinar y más a estas horas. pude escuchar pisadas en los escalones que se dirigían a donde me encontraba yo, mientras seguía con lo mío tranquilamente.

— buenos días — sentí su mano rodeando con suavidad lo ancho y largo de mi cuello, no hacía falta recalcar que su mano era del tamaño de mi cara. inclinó mi cabeza hacia atrás para unir nuestros labios. una vez libre solté una risa por aquello.

— buenos días — le devolví.

— ¿así que te vas esta noche? — recargó ambos codos sobre la mesada, esperando una respuesta. asentí, colocando el líquido espeso del budín sobre la budinera. — bueno gorda, ¿te pasan a buscar o te vas sola en el auto?

— me voy sola tranqui, tengo como tres horas hasta la casa de lio, después veo si me trae lauta o me quedo allá— respondí tan tranquila, me giré a mirarlo cuando no escuché respuesta de su parte — ¿todo bien?

𝙥𝙧𝙤𝙝𝙞𝙗𝙞𝙙𝙤 || 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖́𝙣𝙙𝙚𝙯. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora