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𝟖:𝟏𝟓 𝐚𝐦

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𝟖:𝟏𝟓 𝐚𝐦. 𝐀𝐫𝐠𝐞𝐧𝐭𝐢𝐧𝐚.
𝐏𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐌𝐚𝐝𝐞𝐫𝐨.

me encontraba ya frente a la pequeña agencia que me había citado, suspiré al ver la puerta, pensando que en algún momento iba a tener que cruzarla, ya habían pasado 5 minutos desde que llegué y sigo acá parada. tenía una pollera tiro bajo de jean, unas zapatillas blancas y un top del mismo color. no me dijeron si tenia que ponerme algo en específico, y gracias a eso me levanté dos horas antes buscando como loca que ponerme, para al final vestirme con lo más común que tenía.

— tenes que entrar martina, ya estás acá — susurré para mi misma, impulsándome a caminar y posarme bajo el umbral gigante. para luego dejar dos golpes suaves sobre la puerta.

— ¿hola? — una morocha abrió la puerta, dejándome verla por completo, traía un vestido negro al cuerpo y unos tacones finos. y yo de pollera de jean, pensé.

vine para una entrevista, ¿acá es img m.. models? — la chica asintió dejándome ver sus perfectos dientes, cediéndome al fin el paso hacia adentro del lugar.

— esperame un minuto que ya te llamo — la seguía mientras caminaba detrás de ella, una vez dicho eso, me senté en uno de los enormes sillones que adornaban la sala. un techo gigante con una lámpara que permanecía justo en el centro de la misma, unos ventanales enormes en donde fuera que miraras, y un pequeño escritorio delante mío, que supongo era de la chica que me había atendido. mis piernas se movían ansiosas, sin poder controlarlas, mordiendo la parte interna de mi mejilla con cierto nerviosismo.

— ¿martina gutiérrez? — me levanté de mi lugar veloz. 

— soy yo — le sonreí, a lo que la mujer correspondió con la misma acción.

— pasa pasa — me adentré en el extenso pasillo, siguiendo a la mujer que llevaba delante, parecía ser grande, mucho mayor que yo, unos 40 diría yo — ¿es tu primera vez?

— la verdad que si, ¿se nota mucho?

— muchísimo — ambas reímos, sacándole bastante tensión al ambiente. nos adentramos en lo que parecía ser una oficina, adornada al estilo minimalista — ponete cómoda, enseguida empezamos.

me senté en la silla de escritorio delante mío, observando el lugar. detrás del escritorio lo único que había era una "pared" de lo que parecía ser tela, una tela hermosa. mi curiosidad me mataba, necesitaba que me entrevistaran ahora y saber si estaba contratada o no. la puerta detrás mío se abrió nuevamente, y la mujer de antes se hizo presente.

— bueno, ahora si — caminó hasta dar la vuelta completa al escritorio y se sentó delante mío — tu nombre ya lo sé, mm — leía lo que parecía ser información, en una tablet — ¿edad?

𝙥𝙧𝙤𝙝𝙞𝙗𝙞𝙙𝙤 || 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖́𝙣𝙙𝙚𝙯. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora