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𝟗:𝟏𝟓 𝐚𝐦. 𝐌𝐞́𝐱𝐢𝐜𝐨. 𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐌𝐞́𝐱𝐢𝐜𝐨.
<𝙢𝙞𝙚́𝙧𝙘𝙤𝙡𝙚𝙨>
me encontraba en él área de comida, desayunando un café con leche y tres medialunas, lo típico. me había despertado hace más o menos una hora, con las ojeras por el piso después de haber dormido tan poco, revolvía el café con lentitud, intentando recordar algo que sabía que me habían pedido. ya se.
saqué rápidamente mi celular, y marqué su número, esperando a que atendiera.
— hola pendee
— hola boludazo, ¿qué pasó ayer que me dijiste que te llame ni bien llegue? ¿que hiciste? — cuestioné, casi en un susurro. tampoco quería que medio hotel se entere de los problemas de leandro paredes.
— hola lean, cómo estás, si yo también ando bien y vos — dijo con ese tono de sarcasmo típico de él. me reí.
— hola lean, buen día, ¿que cagada te mandaste ahora?
— bueno ahora si, buen día amiga de mi corazón, ya te digo, espera que me estoy haciendo un súper licuado, riquísimo — se podía escuchar la licuadora de fondo, haciendo un ruido escandaloso — bueno, sigo, corté con cami — la mirada de todos los presentes se dirigió hacia mi cuando de mi boca salió un increíblemente fuerte y sonoro "QUE".
— ¿es joda no? — negó haciendo ruido con su boca — leandro decime ya por que cortaron
— ahí está el problema, que ahí me vas a matar — pasé mi mano izquierda por mi rostro con frustración, imaginando el por qué de su separación.
— no me digas
— ya sabes por que
— leandro yo te mato — se escuchó su risa a través del teléfono, haciéndome morder el labio inferior con frustración — ¿la cagaste?
— no tonta, la relación se estaba desgastando, además.. — suspiró, se venía lo peor — me enamoré mar.
— ¿de quien? — no me contestaba, pero tenía más que clara la respuesta.
— primero prometeme que vamos a seguir siendo amigos, y que vas a seguir queriéndome — dijo, haciéndome reír.
— bueno dale, te lo prometo, ahora decime
— me enamoré de macarena — me quedé en silencio, fingiendo sorpresa — ¡ves! yo sabia que me ibas a matar, ¿te enojaste?
