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𝟕:𝟑𝟎 𝐚𝐦. 𝐀𝐫𝐠𝐞𝐧𝐭𝐢𝐧𝐚, 𝐓𝐢𝐠𝐫𝐞. 𝐍𝐨𝐫𝐝𝐞𝐥𝐭𝐚.
refregué mis ojos dándome vuelta en la cama, me estiré y saqué mi brazo de entre las sábanas para abrazar el caluroso y voluptuoso cuerpo que se encontraba a mi lado, acerqué mi cuerpo pegando mis tetas a su espalda totalmente desnuda, apoyando con cuidado y metiendo mi cara en la cavidad de su cuello, disfrutando del calor y el aroma.
— buenos días mi amor — susurré sobre su oído, contorneando con mis dedos su detallado abdomen, pude ver como una sonrisa se formaba en su rostro.
— buenos días, mi princesa linda — se giró apenas para quedar boca arriba, me moví un poco para el costado para que pudiera acomodarse y me rodeó con su brazo, subiéndome sobre el — te extrañé mi amor — dejó un poquito en mis labios — estás hermosa hoy.
— mira quien habla, mi gordo lindo — acaricié su nuca delicadamente, apoyando mi mentón en su pecho y dedicándome únicamente a mirarlo — ¿bajamos a comer algo?
asintió con una sonrisa.
hace más o menos tres dias fue todo lo sucedido con enzo, no le devolví el follow en instagram, sinceramente me estaba absteniendo de seguirlo. desde esa noche enzo no me hablaba y yo mucho menos, parecía ser que su interés se había desvanecido, al fin y al cabo solamente me buscaba para una cosa; coger.
ese mismo día a la mañana volví de la casa de lio, acompañada de mates y música, con las ojeras por el piso y el mismo vestido incómodo que llevaba la noche anterior. al llegar a casa me di cuenta de que benja ya estaba ahí, esperándome con el desayuno y una película para ver juntos. en ese sentido nunca había sido celoso, ni siquiera si llegaba a cualquier hora, era bastante comprensivo, o como diría mi hermano, un boludo.
los siguientes dos dias fueron un total disfrute para la relación, estuvimos en casa, alejados de las redes y enfocados en nosotros, me llegó un mail de una marca bastante importante, preguntando si estaba interesada en modelar para ellos, todavía no tenía manager, por lo tanto me manejaba por mi propia cuenta. benja se puso de lo más feliz, y me contó que él también estuvo estos días hablando con algunos productores, y que en menos de 1 semana iban a estar tocando en el Estadio Azteca en México.
me quedaba mi última semana para aprovechar de Argentina y de mi familia.
— ¿queres un café amor? — preguntó, sacándome de mi trance. se encontraba de espaldas a mi, preparando el desayuno en la cocina.
— no amor, ya sabes que me cae mal el café, haceme un té nomas — asintió, dejé mi celular sobre la barra y me senté en una de las butacas de esta, el celular vibró. lo agarré y me dispuse a leer la notificación; instagram.