Baile de sangre y furia

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Keras rugió con furia: "¡Mata a ese viejo!", ordenó Karper con una voz llena de odio y sed de venganza. Sin pensarlo dos veces, Keras corrió hacia Dazel, quien estaba preparado para la lucha, dispuesto a desatar toda su ira sobre él. Rinor, el nahual de Rodger, se interpuso en su camino con una postura amenazante, desafiando a Keras con una mirada feroz.

Berias, por su parte, dirigió su atención directamente hacia Tiamus, el nahual de Vladimir, con la intención de derrotar a aquel que representaba la mayor amenaza. Con una mirada llena de sed de victoria, Berias avanzó hacia Tiamus, su cuerpo temblando de emoción. "Voy a acabar contigo", gruñó con una voz ronca y amenazante.

En medio de la batalla, Atlas cruzó su mirada con la de Dan, su portador, jurando protegerlo a toda costa. Con una postura amenazante y de determinación, Atlas se preparó para enfrentar a su oponente, decidido a defender a su portador con su vida.

Los dos dragones se abalanzaron el uno contra el otro, cada uno decidido a infligir el golpe mortal. Con un rugido atronador y una mirada llena de rabia, Keras se lanzó hacia Dazel, dispuesto a destrozarlo en pedazos. Mientras tanto, Berias y Tiamus se enfrentaban en un combate feroz, sus cuerpos chocando con violencia en un baile de sangre y furia.

En ese momento, un nahual de extraña forma apareció en los cielos, con Veronica a su lomo. Con un aullido desgarrador, el misterioso nahual se lanzó hacia Berias, sus garras afiladas apuntando directamente a su cuello. Mientras tanto, Tiamus abrió su hocico lleno de colmillos, dispuesto a hacer lo mismo. Parecía que todo estaba perdido para Dazel, Savage no podía ayudarlo, pues se encontraba corriendo junto a Rinor para detener a Keras.

En ese momento, el tiempo pareció detenerse por un segundo. Dos águilas con grandes alas se lanzaron al ataque contra el nahual que venía del cielo en forma de pterodáctilo, con sus garras afiladas listas para desgarrar a su enemigo. Y al mismo tiempo, de un árbol cercano, apareció columpiándose Gorel, quien tomó a Tiamos de su cuerno y lo hizo caer al suelo con fuerza.

Hola Dazel, veo que te estás divirtiendo sin mí,

-Norman, mi viejo amigo.

-Creo que no hay tiempo para sentimentalismos en este momento expreso Gerald mientras gritaba Savage, es hora.

En ese momento, orbes de luz comenzaron a aparecer alrededor de Savage, ahora transformado en un enorme hombre lobo, tenía un pelaje gris oscuro que le cubría todo el cuerpo. Sus ojos brillaban intensamente en un tono amarillo, llenos de determinación y ferocidad. Sus garras afiladas y peligrosas se extendieron, listas para la batalla. La musculatura de su cuerpo se tensó y se expandió, haciéndolo parecer aún más intimidante y poderoso, Gerlad cayó de rodillas al suelo tocándose la cara con su mano derecha.

Savage vio a Keras acercándose a toda velocidad, su enorme cuerpo y su cuerno filoso parecían imparables. Pero Savage no se dejó intimidar, se concentró y preparó su cuerpo para el impacto. Cuando Keras estuvo a punto de embestirlo, Savage saltó hacia un lado,

esquivando su ataque por milímetros. La tierra tembló bajo sus pies y un fuerte rugido resonó en el aire.

Karper, desde su posición, no podía creer lo que acababa de presenciar. Con desprecio y burla en su voz, exclamó: "¡TONTOS! ¿Creen que podrán contra nosotros, aun con esa materialización de un pobre licántropo? ¡Keras, acábalos!"

Pero Savage no se rindió. Con sus poderosos brazos, tomó a Keras del cuello y lo detuvo con extremada dificultad.. Karper se sorprendió al ver que su Nahual había sido detenido.

"Crees que tú solo puedes detener a mi Nahual", desafió Karper, en tono burlón.

Pero antes de que Savage pudiera responder, una voz resonó en el aire. "¡No está solo!", exclamó Rinor mientras corría hacia Keras, ensartando su cuerno en el cuello del Nahual. Keras bramó de dolor mientras se debatía para liberarse, pero Rinor no aflojó su presa.

La tensión en el aire era palpable. Savage, Rinor, y Keras se enfrentaban en una lucha épica, que ya tenía la primera baja, sangre de Keras se derramaba por todos lados.

-Malditos, Malditos! Exclamó Karper, mientras los orbes salían de Keras, ya era tarde para él, y para su portador, que caía al suelo con debilidad.

-No puedo creer que unos simples Nahuales hayan terminado conmigo.

Esas fueron las últimas palabras de aquel imponente Nahual, mientras se desmaterializaba para nunca más volver.

Karper comenzó a escupir sangre, los maldigo, los maldigo, fueron sus últimas palabras antes de caer al suelo sin vida.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2023 ⏰

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