Nahual - Espíritu Protector

La Bienvenida

—Pasen chicos— exclamó Angela,.

—siéntense en la parte delantera la cual está reservada específicamente para ustedes— 

Los chicos se dirigieron donde Angela les dijo, sus mesas estaban muy bien arregladas con manteles color rojo que las hacía ver extremadamente elegantes, cada una tenía un florero en el cual había una flor muy bella con pétalos rojos pero sus hojas eran transparentes como el cristal y en cada mesa había 7 sillas los chicos se acomodaron, Dan, Matius y Feber se sentaron juntos con 2 chicas y 1 chicos más.

—Hola mi nombre es Dan y ellos son mis amigos, Matius y Feber—

—Mucho gusto mi nombre es Gina Meyer ella es Aura Rigal y el Jezer.. Jezer..—

—Camus, mi apellido es Camus,— mucho gusto respondieron ambos,

— Esto es realmente grandioso ¿no lo creen?— Les dijo Dan mientras aun había brillo en sus ojos.

— Si, en realidad lo es, — contesto Jezer.

—Y saben que es lo más grandioso, miren allá— apunto con su dedo al final de la alfombra donde había una mesa, en ella estaban sentadas cinco personas cuatro hombres y una mujer.

—En la última silla del lado izquierdo esta Victor Groob— un hombre de piel canela, cabello corto, negro y empuntado.—y ven ese cuervo de grandes alas y ese color negro como la noche, es su Nahual Hoprus—  

— Sus alas son tan grandes como arboles— expreso maravillada Aura 

—En la última silla del lado derecho está sentado Gerald Alder — un hombre de su misma contextura física, aunque un tanto más grande, tenía una altura aproximada de dos metros  su cabello era corto,.

—Y su Nahual es ese gigantesco lobo, su nombre no lo recuerdo— era un lobo gigantesco tenia mucho pelo color negro, era extremadamente imponente estaba echado cerca de su portador—

— Ven a su lado— proseguía Jezer, una mujer con cabellera castaña y corta, ojos azules como el mar y labios muy sensuales, estaba sentada, al parecer no tenia ningún nahual.

—Está una de las mujeres más hermosas de todo Calmécac, Verónica Darvel.—

—Exageras, no es tan bonita— replicó Gina.
 

— Si lo es,— contesto Feber  mirando a aquella mujer, parecía se había quedado hipnotizado.

 —Hombres, todos son iguales—

—Y ese de allí, es Karper Strauss, solo verlo me entra pánico, dicen que su semblante siempre está serio y que nunca nadie a visto una sonrisa en su rostro   — 
 

Aquel hombre estaba con los brazos cruzado y sus ojos cerrados, parecía que estaba dormido pero no era así tampoco parecía poseer ningún Nahual.

 — Pero ninguno de ellos se compara con Vladimir McVermot es el que está medio, todos juntos forman el consejo de Calmécac, y Vladimir es el presidente— 

— Se ve muy tranquilo—  

— Si, pero créeme Dan, tampoco querrás hacerlo enojar nunca— 

— ¿Cómo sabes todo esto?— pregunto Matius intrigado.

— Mi padre sabe mucho del consejo y pasa hablando con mi madre de ellos, tiene una foto de todos, y a diario pasa hablando de cada uno de ellos— 

Luego de que Jezer hubo terminado, Vladimir  procedió con la inauguración.

—Bienvenidos, Mi nombre es Vladimir McVermot, me siento muy agradecido de poder ver tanta juventud el día de hoy, este año a simple vista se nota que será de mayor provecho que los anteriores, por lo tanto quiero que todos los objetivos que tenemos para ustedes aquí en Calmécac, puedan ser logrados, y por ello todos los miembros del congreso estaremos trabajando arduamente para que así sea—

los aplausos comenzaron a escucharse dentro de aquel inmenso y elegante salón,

—Pues no se diga más y que comience la celebración de inauguración.—

Nahuales junto con personas servían suculentos platillos, mientras tanto en la mesa donde se encontraba Dan todos se presentaban. 

Mientras un Gorila con enormes proporciones se dirigía hacia la mesa donde se encontraban los chicos, con  una bandeja llena de deliciosos bocadillos en su mano derecha y un pequeño manto blanco en su mano izquierda.

—Jovenes mucho gusto, espero disfruten de la comida,— expresó con una voz muy amigable y refinada aquel Gorila que media casi 3 metros. 

—Woooow es enorme— dijo Feber mientras metía mano en la bandeja. 

—Mi nombre es Gorel si desean algo solo pídanlo,— dijo nuestro enorme pero culto Nahual mientras se retiraba. Todos comían alegres, Feber más que los demás, en la mesa principal nadie comentaba nada, todos los del Consejo estaban callados y sus nahuales solo miraban fija y detenidamente todo lo que ocurría en aquel basto salón. El tiempo pasaba y el murmullo de todos hacía eco en el sitio, las luces se comenzaron a opacar y en ese momento se solo escuchó la voz de Vladimir.

—Hemos dejado lo mejor para el final, esperamos lo disfruten,— 

En ese momento una pequeña luz en forma de ave paso por en medio del salón, avanzó hasta detenerse enfrente del Consejo. Los recién ingresados miraban con asombro como aquella luz se transformaba, las luces del lugar se encendieron y todos pudieron ver con asombro que aquella era la mujer  posiblemente más hermosa de todo Calmécac, su cabello dorado como el oro,  tenia una mirada cautivadora que daban sus ojos azules como el mar, y era poseedora de una silueta espectacular. Todos miraban sin que de sus labios saliera palabra alguna, no se hizo esperar mucho, con voz suave y apacible aquella bella mujer comenzó a cantar al mismo tiempo que el sonido discreto de un piano le seguía el ritmo.