Comienzo a Descubrirte

1.8K 130 5
                                    

Aún no entiendo como un ángel como ella pudo haber sufrido tanto.

_ Prefería que tú también lo olvidaras

Bajo su mirada y mordió su labio inferior.

_ Olvidar es más difícil de lo que se piensa, por cierto creo que sería bueno que se fuera a cambiar

_ ¿Huelo mal?

Se rio tan fuerte que le dolió la herida.

_ ¡Auch! ¡auch! ¡auch!

_ No te rías más, no quiero tener que levantar tus intestinos

_ Está todo lleno de sangre, no se preocupe por mí, estaré bien

_ Ya, mande a pedir ropa, no me pienso mover de aquí y asle como quieras

_ Es usted un hombre muy terco

Había algo que me llamaba, un magnetismo que me hizo imposible despegar mis labios de los suyos, la bese de la manera más dulce y posesiva, quería reclamarla como mía, necesitaba sentirla cerca de mí, estaba jodidamente colado por ella pero ¿Ella lo estaría de m?.

Cuando me aleje su rostro estaba muy rojo me pareció tan tierna la acaricie si definitivamente Sarah era eso que me faltaba y que no sabía que necesitaba.

Llamarón a la puerta era mi chofer que traía mi ropa.

_ Sus padres están abajo, señor

_ Mantenlos ahí y no les dejes subir

_ Cómo ordene

_ ¿Qué pasa? Que se están cuchucheando

_ Nada

Comencé a desabotonar mi camisa delante de ella, su mirada se oscureció al verme con el torso desnudo.

_ Eres hermoso

Sonreí.

_ Y tuyo

_ Dígale eso a su club de fans

_ ¡Están locas! La última vez, termine sin ropa

Pronunciamos al unísono.

_ Sin ropa recuerdo que la vendieron por mercado libre es normal para un actor de su talla

_ Todo un egocéntrico y egoísta

Le recordé sus propias palabras.

_ Perdón por eso -bajo la mirada- estaba muy enojada

_ No te disculpes por decir la verdad, no me molesta en lo absoluto viniendo de ti eso es un cumplido

Una enfermera de rutina entro sin llamar en la habitación, la pobre chica abrió tanto los ojos como pudo.

_ Lo-lo siento mucho, yo no he...

La enfermera se quedó embobada, viéndome semidesnudo, por el rabadillo del ojo pude captar la expresión de celos de Sarah.

_ Se te ofrece algo -expreso con claro enojo en su voz- niña quieres cerrar la boca se te está escurriendo la baba

_ ¡AM! lo siento vuelvo en unos abdominales ¡Digo! Minutos

La pobre chica salió dejándonos nuevamente a solas.

_ ¿Qué? -le mire- no me digas que estás celosa

_ No y vístase, ya que verle así me da náuseas

Aparto la mirada hacia la ventana me acerque y le plante un beso en la mejilla.

_ Empiezo a tener ojos para una sola mujer

_ Mis condolencias para la que sea capaz de soportarlo

Me empujo para apartarme de ella, sus palmas disparaban calor a mi cuerpo, mi piel expuesta estaba debajo de sus manos.

Ella me recorrió con la mirada y paso saliva, esta mujer con solo verme me dejaba desarmado en guerra.

El día paso y el doctor me dio la orden para que la llevara a casa, por supuesto que no le iba a permitir que se quedara en la suya ni en la mía en ese nido de víboras jamás, así que opte por mi departamento de soltero.

Le pedí especialmente a Lola mi nana que me prepara una pequeña sorpresa para Sarah.

Una que estoy seguro le va a encantar.

Cuando llegamos fuimos directo a la habitación donde se iba a quedar.

Todo estaba a oscuras cuando prendí la luz aquella mujer de acero quedo boquiabierta tenía frente a ella una pequeña sala inprovisada de cine con muchas chucherías para comer películas y pétalos de rosa regados por toda la habitación.

_ ¡Wow! Cuando hiciste todo esto

Miraba maravillada cada detalle.

_ Mi nana ayudo un poco

_ ¿Solo un poco?

Nos interrumpió la mujer que era como mi segunda madre.

_ Bien, me ayudo mucho -la, rodee con mis brazos- gracias Lola, todo quedo perfecto

_ Cuídamela mucho que esta mujer vale más que todo el oro del mundo

_ Crees que no lo sé

_ Que tanto hablan

_ Cosas queridas cosas si necesitan algo solo tienen que llamarme

Nos dejó, le, ayude a acomodarse en los almohadones, cubrí sus piernas con una manta.

_ Que quieres ver

_ Esta es mi favorita

Me entrego el disco, la bella y la bestia en serio.

A pesar de mí la puse confieso que me quede dormido a los diez minutos de que empezó, no lo supe hasta la madrugada cuando desperté sobre las piernas de Sarah.

Me levanté y la acosté en la cama, salí de ahí porque no quería lastimarle la herida.

Baje a la sala en donde me encontré con mis pensamientos.

De algo estoy seguro, no pienso dejarte ir, me gusta el Asher que estoy descubriendo uno que solo tú puedes liberar.

Recordé lo que me dijo y sentí tanto coraje surgir en mi.

_ Tengo miedo

Susurro dejándome confundido.

_ ¿Miedo? ¿A qué?

_ A que el verdadero Asher me guste miedo a conocerte y que al día siguiente vuelvas hacer el mismo de siempre

Si tan solo te dieras cuenta que solo por ti quiero cambiar, quiero verme reflejado en tus ojos cada mañana, quiero ser la razón que provoque tus risas.

_ Quiero me enseñes amar

Admití en la soledad de la sala cernida de oscuridad y frío por qué el amor es tan difícil de ser.

_ ¿Ash? Te quedaste a dormir aquí

Me removi un poco olvidandome que no estaba en mi cama caí al piso en dos segundos.

_ ¡Mierda!

A duras penas me puse en pie ya amaneció de nuevo dormido en un sofá.

_ Empiezo a preocuparme esa muchacha de verdad te trae colgando en sus manos

_ Búrlate todo lo que quieras nana me voy a bañar

_ Está bien -comence a caminar en la habitación pero un estruendo en la cocina me hizo detenerme- ¡Ash! ¡Ash! ¡Espera! ¡No entres ahí!

_ ¿Por que? gire el pomo y abrí la puerta a sus anchas ¡Ah! por eso

_ ¡Qué diablos! Hace usted aqui señor Roths

Gritaba asustada Sarah quien estaba totalmente desnuda tratando de cubrirse con una sábana aunque lo logro aún podía seguir observando algunas curvaturas de su cuerpo tranparentandose.

Jefe ¡Cuánto te Odio!  (TERMINADA)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora