Dudas

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Asher

No me di cuenta de que me había quedado dormido hasta que el sonido de la puerta que estaba siendo aporreada me despertó, llame a Sarah,  no me contesto desconcertado, baje a la sala, me encontré un sobre amarillo tirado en el suelo al ver el contenido la sangre comenzó a hervirme.

Había una nota que decía:

¿Será Amor? 

El sobre contenía fotografías de Sarah y Jason en una cafetería muy juntitos y alegres, si antes no le partí la cara a ese idiota ahora sí que lo haría no me importo salir en pijama, me subí al ascensor y baje a toda prisa, pero cuando se abrió me tope con una Sarah muy enfadada.

_ ¡Asher! Pensé que seguías dormido

Me miro nerviosa.

_ ¿A dónde fuiste? 

Pregunte tratando de indagar un poco.

_ A tomar un café

_ Sola 

Asintió. 

¿Por qué miente? Fue con mi hermano el miedo me recorrió el cuerpo de solo pensar que ellos dos pueden ¡NO! detuve mis pensamientos intentando convencerme de que puede haber otra explicación.

Pero en el fondo la duda me carcomía esperaba pasientemente que me dijera la verdad regresamos al apartamento pero ella seguía envuelta en un silencio que resultaba ensordecedor.

Sarah había subido a la habitación, yo me quede en el sofá tratando de aprenderme el maldito guion, era una escena de sexo, me da repulsión porque es con Amalia, pero debo de ser profesional, pero no podía las imágenes, no salían de mi cabeza se repetían una y otra vez tire el libreto y las hojas salieron volando me fui a la cocina a prepararme un te lo necesitaba urgente.

Me sentía tenso molesto, pero eso desapareció cuando sentí el calor de la suave caricia de la mano de Sarah en mi espalda al girarme me tope con algo que me dejo con la mandíbula hasta el suelo.

Mis ojos volaron a la mujer vestida con un provocador conjunto de lencería rosa pálido que combinaba perfecto con su piel bronceada. En sus ojos veía una llamarada de fuego rogando ser extinguido lentamente me, acerque hasta ella hasta tenerla así bien cerca de mi pase una mano por la piel desnuda de sus piernas y en respuesta mordió su labio inferior lo que despertó mis ganas de estar dentro de ella y oírla gritar mi nombre toda la noche en ese momento no necesitamos palabras nos comunicábamos con las miradas con las caricias con los besos llenos de necesidad un pequeño gemido salió de su garganta cuando pase mis labios de su boca a sus pechos mi excitación crecía más al escucharla la cogí en brazos y la senté en la isla su piel reacciono al frío de la misma, separe un poco sus piernas y levanté la mirada para saber si debería seguir ella echó su cabeza hacia atrás en respuesta introduje mi cara entre sus piernas y me perdí disfrutando de su sabor que era como el más dulce elíxir.

En ese momento me olvidé de las dudas que hace unos minutos me atormentaban, en ese momento solo podía y quería pensar en nosotros a trompicones logramos llegar al dormitorio, nos dejamos caer en ella sin despegar, nuestros labios me pose sobre ella y restregué mi excitación sobre ella.

_ No me tortures más por favor 

Gimoteo mi respuesta murió en su boca, me aleje de ella y me quite el resto de ropa que me estorbaba, me posicioné de nuevo y con un movimiento rápido introduje mi virilidad en ella robándole jadeos al sentir como la llenaba por completo la seguí besando mientras esperaba a que se acostumbrara a su gran tamaño cada vez que la besaba me perdía era teletransportado a otro lugar comencé a moverme lentamente antes de marcar ritmo el sonido de nuestros cuerpos chocando resonaba en aquel departamento.

Mis movimientos eran cada vez más fuertes, sentía la necesidad de sacar toda la frustración que sentía todo el mal humor que me atormentaba.

_ Di que eres mía 

_ ¡Mmm! 

_ Mírame a los ojos y dime que eres mía 

_ Soy tuya toda tuya desde el momento en que nuestros labios se juntaron la primera vez

Sus mejillas estaban sonrosadas y el sudor cubría su curvilíneo cuerpo, se veía como toda una diosa, la mujer más hermosa que mis ojos habían visto.

Nos quedamos dormidos viendo el techo, es mágico como a veces las palabras sobran cuando se tiene tanta conexión que basta una sola mirada, un solo gesto para entenderse.

Por la mañana decidimos ir al restaurante del hotel para desayunar y pasar un poco de tiempo juntos antes de irme a grabar me preguntó como irán las cosas en la oficina.

Mis ojos volaron a Sarah, sentía por sus gestos que me quería decir algo, pero no se atrevía, será sobre las fotos.

_ ¿Estás bien? Y quiero la verdad somos pareja entre nosotros debe existir la confianza deja de vacilar y dime que es eso que te tiene tan intranquila desde ayer

_ No quiero dejar el trabajo en la empresa 

_ Bien no lo hagas 

_ No te molesta

_ Soy tu esposo de mentiras, sí, pero no soy tu dueño, eres libre de hacer lo que quieras si quieres regresar no tengo problema 

_ Lo dice el que anoche pedía que le dijera que era suya

_ No me obligues a llevarte a la habitación de nuevo por qué entonces ninguno de los dos llegará a su trabajo 

Lo admito si me molesta que regrese a la empresa, pero no la puedo obligar a que se quede encerrada en el apartamento todo el día, me despedí de Sarah con un beso y me marche a los foros.

Justo cuando iba a entrar el auto de mi padre se aparcó delante de mí impidiendo seguir mi camino.

_ Sube -me ordeno bajando la ventanilla- tenemos que hablar es sobre tu querida y nada angelical Sarah

Debí irme, no debí escucharle, pero mi curiosidad me venció, han escuchado aquella frase que dice la curiosidad mato al gato bien en este juego sucio me toco ser el gato.







Jefe ¡Cuánto te Odio!  (TERMINADA)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora