Capítulo 6

1.4K 116 0
                                    

Pero nuevamente esa cosa volvió a subir al bus.

— Maldición — trate de cargar mi arma pero esta se trabó.

Cuando mire al frente Ardeth estaba siendo atacado nuevamente por la momia.

— ¡Ardeth! — grite cuando la momia extendió sus garras y luego corto a Ardeth haciéndolo gemir de dolor.

— Da vuelta, Jonathan. Da vuelta — le gritó Evy a su hermano.

No logré sujetarme, por lo que fui a dar contra el vidrio de la ventana.

— ¡Tia Aria! — Alex se acercó a mi y yo me levanté con dificultad.

Vi a Ardeth mirarme preocupado, hasta que la momia volvió a atacarlo.

— ¡Ardeth, cuidado! — le grite, este logró esquivar a la momia.

La momia trato de abalanzarse hacia el nuevamente, pero Ardeth volvió a esquivarlo, hasta que la momia dió un giro y volvió a herirlo con sus garras.

¡Senenmut! — grite involuntariamente cuando la momia lo tenía de frente y estaba apunto de matarlo.

Ardeth grito y justo en ese momento, Evelyn me aparta suavemente y apunta con una escopeta a la momia y luego le dispara tres veces hasta sacarla del autobus.

— Ardeth — corrí hacia el mirando sus heridas — Oh, Dios.

Podía sentir mis lágrimas saliendo una tras la otra.

— Ey, ey. Estoy bien — me dice limpiando mis lágrimas.

Sin embargo no, no lo estaba.

— Me llamaste Senenmut — dice y yo trago fuerte.

— Yo... — este asiente, esperando a que continuará de hablar, pero no sabía que decirle — Yo... No sé porque lo lo dije.

Este suspira.

— Está bien — lo veo con la intención de levantarse, por lo que lo ayudo y lo dejo sentarse en uno de los asientos.

Veo a mi hermano bajar este me sonríe con alivio y luego mira a Ardeth.

— Ardeth, ¿Está bien? — le pregunta

— Este fue mi primer viaje en esta cosa — dice con una sonrisa.

Reí bajito.

— Felicidades, amigo mío — palme suavemente su hombro y me senté a su lado con cansancio.

En eso veo a mi cuñada hacerle un gesto a mi hermano para que se acercará.

— ¿Qué haría sin ti? — le pregunta Evy.

— ¿La bibliotecarias son todas así? — pregunta mi hermano y luego, el y su esposa empezaron a comerse a besos.

— Oh, cielo. Vayan a un hotel — dice Alex — ¿Por qué siempre tienen que terminar así?

Reí.

— Dudo que se acostumbré a eso — le dije a Jonathan, quien nos miraba desde el asiento del conductor.

— No. No lo hará — me apoya.

Entonces escucho el grito de Alex.

— ¡Alex! — grite y salí para poder seguir al tipo que s elo estaba llevando.

— Auxilió, auxilió — gritaba mi sobrino.

El tipo de rojo lo subió a un auto y luego empezaron a conducir.

— Alex — gritamos sus padres y yo al mismo tiempo.

Luego los tres empezamos a correr para alcanzar el auto.

'·.·★ℍ𝔸𝕋𝕊ℍ𝔼ℙ𝕊𝕌𝕋★·.·' (2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora