Capítulo 15

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— Espera ¿Que? — mi hermano deja de abrazar a Evy, y camina hacia mi — ¿Qué estás diciendo? ¿Estás loca?

— Rick, por favor. Debo bajar — le pedí.

Este niega.

— Aria, estamos en medio del desierto ¿Por qué quieres bajar? — mire a Ardeth desde el borde del dirigible.

— Rick, estoy cansada — susurré — Lo intenté, lo he intentado durante los últimos 9 años.

Rick me miro confundido.

— Creí que podría pero no. Salí con tantas personas, todas de diferentes aspecto, personalidades, tratando de empezar algo serio con alguien, pero no pude, no puedo — Rick parecía seguir sin entender.

— Aria...

— Es tan difícil mantener una relación, cuando ni por un segundo puedo sacar a ese sujeto de mi cabeza.

Señalé a Ardeth que estaba mirando hacia aquí.

— Día y noche. No paro de pensar en él. Y ahora mucho peor. No se lo que siento realmente, no sé si solo son las malditas emociones de mi vida pasada que ahora recuerdo, pero lo dudo.

Sonreí triste

— Se que ambas no podemos vivir sin él. Porque ambas somos una. Yo... Yo realmente ya no puedo pasar ni un segundo más lejos de el — mis lágrimas ya empezaba a salir — No puedo cometer el mismo error que hice en el pasado, como Hatshepsut. No puedo permitirme, volver a dejar ir algo y alguien, que me hace feliz.

— Aria... No, no. Tu....

— Rick. Quiero esto, necesito esto. Déjame hacer esto, por favor. Mírate, mirame — nos señalé — Tienes una familia y te amo, los amo.

Mire a Evie y a Alex.

— Eso no cambiará — volví mi vista a Rick — Pero debo hacer esto. He evitado hacerlo por miedo, durante tantos años. Y hoy, por primera vez ya no lo siento. No puedo volver a dejarlo ir.

Trague fuerte.

Rick miro mis lágrimas.

— Rick, ya se acabó. No necesitas protegerme, porque ya lo hiciste. Incluso cumpliste un rol de padre, que no tenías que hacer.

— Aria, no. No puedo dejarte ir. Yo... te vi morir y ahora que estás aquí — solloce — Eres mi hermanita, mi vida. Te perdí. Yo...

— Rick... — lo mire con suplica — También viste morir a tu esposa. Escúchame, ya cumpliste tu deber conmigo. Como hermano, me protegiste de toda clase de riesgos y peligros. Y ahora ya tienes una familia. Tu deber ya acabo, acabo hace mucho tiempo. Ahora debes ver por tu esposa, por tu hijo.

Mire a Alex que estaba llorando en brazos de su tío Jonathan.

— Yo. Crecí, crecí bien, bajo tu cuidado. Vivimos momentos muy duros, que al final, resolvimos. Y estoy tan agradecida de tenerte en mi vida, de ser tu hermana.

Mi hermano empezó a llorar.

— Hoy, me di cuenta de que no habrá otro momento para hacer esto. Si no es ahora. Tuvieron que pasar cientos de años, para entender que... A quién quiero en mi vida es a él. Con quién quiero formar algo como una familia, es con él.

— Aria...

— Es una locura tener tantos recuerdos en mi mente, míos y de un pasado, que me fue difícil comprender — reí bajito — Senenmut y Hatshepsut, no lograron estar juntos, en aquel tiempo. Y todo fue por el mismo temor que sentí la primera vez que deje ir a Ardeth.

Negué.

— No puedo repetir eso. Hatshepsut, murió en brazos de su primer amor, luego de haber sido traicionada por su esposo, luego de gobernar 22 años Egipto y luego ser asesinada por su hijastro.

Rick limpió mis lágrimas y yo las suyas.

— Hoy estoy viva y siento que merecemos esto. No sólo para mí o para Ardeth, si no para las antiguas personas que fuimos y no lograron estar juntas.

Rick me miro atentamente.

— Si no lo hago ahora, si dejo pasar esta oportunidad ¿Volveré a tener otra igual? — le pregunté.

— Dios, Aria. Te perdí en esa caída y creí que no volvería a escucharte, pero... — mi hermano me abraza con fuerza y yo le correspondo — ¿Cuándo creciste tanto?

Reí sobre su pecho.

— ¿Cómo es posible que recién te des cuenta? — este me aparta y sonríe — Vamos salvando al mundo dos veces y siendo golpeados por detestables momias.

Rick ríe y asiente.

— Si, tienes razón. Tal vez no quería darme cuenta porque eres mi hermanita — acaricia mi cabello — Eres tan inteligente, tan valiente, tan fuerte.

Solte un suspiro que más pareció una risita.

— Estoy tan orgulloso de ti — acaricia mis mejillas — Y tan agradecido de ser tu hermano. De haberte visto crecer y florecer como la hermosa flor que eres.

Limpió con su dedo pulgar mis lágrimas.

— Esta bien. Creo que es momento de dejarte extender las alas y volar ¿Eh? — me lancé a abrazarlo con fuerza.

— Gracias, gracias, gracias — le susurré.

— Te amo, Aria. Fuiste mi sol, cuando todo se tornó oscuro en nuestra infancia. Fuiste y serás siempre, ese sol — me apartó con suavidad y beso mi frente — No quisiera dejarte ir. Pero llegó tu hora, pajarito.

Reí.

— No te olvides que con nosotros, siempre tendrás un hogar — Evelyn se acerca y me abraza — Somos y siempre seremos tu familia.

— Tía Aria — Alex me abrazo con fuerza.

— Te amo, chiquillo. No lo olvides — este asiente.

— Evelyn, para mi no solo eres mi cuñada. Eres mi mejor amiga — esta sonríe.

— Y tu la mía — nos volvimos a abrazar — Por lo menos esta vez si te estás despidiendo.

Nos separamos del abrazo.

— Lamento mucho lo de aquella vez. Estaba agobiada y lo primero que pensé fue en huir — confesé — Pero es momento de que piense en mí y no en mis miedos o en los demás.

Esta asiente.

— Izzy ¿Crees que puedas bajarnos, para que Aria pueda bajarse? — pregunto mi hermano.

— Tal vez — dice este.

— ¿Si o no? — mi hermano lo mira serio.

— Si — dijo Izzy.

— Aria — mire a Jonathan y este me abrazo — Adiós, mejor amiga.

Reí.

— Adiós Jon. Y deja de meterte en problemas — este me aleja y me sonríe

— Te extrañare — le sonreí — Fui quien escucho tus pesadillas la primera noche que llegamos del Cairo, inclusive tus lamentos.

Ahora que lo recuerdo, es por eso que nos hicimos mejores amigos. Jonathan escuchaba mis pesadillas y los tontos lamentos sobre sentirme extraña de mi misma.

Jonathan se convirtió en un gran amigo.

'·.·★ℍ𝔸𝕋𝕊ℍ𝔼ℙ𝕊𝕌𝕋★·.·' (2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora