Una vez qué Amelia estuvo bañada y bien arreglada, Sümbül Agha la llevaría a los aposentos de la sultana Hürrem.Amelia al oír este nombre sintió una esperanza creciendo en su corazón.
— Recuerda debes hacer una reverencia al entrar y mantenerte cabizbaja hasta qué ella te de la orden de alzar tú cabeza, ¿entendiste? — Dijo nuevamente el agha preocupado por dar una buena impresión a su sultana.
— Ya van 6 veces qué me lo dices, ¿cómo no me va a quedar claro? — Respondió la joven.
Y así siguieron su camino hasta unas pequeñas escaleras qué daban a los aposentos de la sultana.
Amelia solo seguía al agha, mientras veía los detalles de aquellos aposentos.
— Vamos abran las puertas. — Sümbül ordenó a las muchachas.
Cuándo fueron abiertas un color dorado llegó hasta la vista de Amelia cegandola por unos segundos.
— Adelante. — La voz de una mujer se hizo presente sacando de sus pensamientos a Amelia.
Ella entro tal y cómo el agha lo había dicho, haciendo una reverencia cuándo estuvo en su presencia y cabizbaja.
— Sultana. — Habló la joven con nervios.
— Querida Amelia, ven acércate. — La sultana Hürrem dijo mientras hacia una señal con su mano.
— Sultana por favor, devuelva mi felicidad. — Amelia dijo cayendo de rodillas con su ceño entristecido.
— Amelia una vez qué llegas a este palacio, eliges tú destino, vivir o morir. — Dijo la sultana Hürrem mientras acariciaba la mejilla de la joven.
— Tengo 21 años, ¿de qué le puedo servir yo? — Para entonces lágrimas bajaban por el rostro de la joven.
— Tienes la edad de mi hijo, Selim. Hace tan solo unos meses mi primer hijo...el príncipe Mehmed murió. — La sultana Hürrem mencionó a su hijo después de mucho tiempo, causando qué su voz se entrecortara. — Esto hizo qué mi príncipe se convirtiera en el heredero al trono de este gran Imperio, pero entonces mi hijo cayó en depresión.
— Lo lamento mucho sultana. — Amelia ante la mirada triste de Sümbül con valentía tomo las manos de la pelirroja para acariciarlas.
— Tú haz causado en mi una sensación de esperanza, se qué podrás ayudar a mi hijo...ambos podrán ayudarse a sanar. — Dijo la sultana mientras jugaba con las manos de la joven.
— Sultana...no creo qué sea posible, yo... — Dijo Amelia con una pequeña pausa, haciendo qué la pelirroja la mirará sorprendida. — Tenía una pareja antes de qué me trajeran aquí, lo vi morir...el único hombre qué amo y amaré por eso no creo posible ir con el príncipe.
— Mi querida Amelia. — Hürrem volvió a acariciar la mejilla de la joven. — Te entiendo a la perfección.
— ¿A qué se refiere? — Pregunto Amelia con confusión.
— Cuándo me capturaron yo estaba con el qué sería mi esposo en la iglesia qué mi padre pastoreaba. — La sultana hizo una pausa. — Entonces los tártaros llegaron y destruyeron todo, mataron a mi familia y a él también. Llegué aquí odiando a todos, quería vengar su muerte pero...cuándo estuve con el sultán por primera vez me enamoré profundamente de él, todo lo qué mi mente había deseado en un abrir y cerrar de ojos, desapareció.
— No estoy segura...sultana. — Amelia bajo su cabeza.
— Está noche conocerás a mi príncipe, Sümbül té preparará. — Dijo la sultana Hürrem levanto el rostro de la joven.
— Como ordene majestad. — Sümbül Agha respondió con una sonrisa.
— Está bien sultana, haré lo posible para hacer feliz al príncipe. — Amelia dijo con una sonrisa forzada.
La sultana Hürrem le dedico una sonrisa y entonces la muchacha con ayuda de Sümbül se levantó para hacer una reverencia y después salir.
Amelia murió para dar paso a Gülbahar, una mujer guerrera.
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𝗦𝗧𝗥𝗔𝗡𝗚𝗘 ; Şehzαde Selım
ФанфикEn donde Gülbahar dice qué el único hombre al qué ama es a aquel joven del cuál la separaron cuándo los tártaros llegaron a Venecia O En donde Gülbahar se da cuenta qué se enamoró del príncipe Selim cuándo ya es demasiado tarde.