En donde Gülbahar dice qué el único hombre al qué ama es a aquel joven del cuál la separaron cuándo los tártaros llegaron a Venecia
O
En donde Gülbahar se da cuenta qué se enamoró del príncipe Selim cuándo ya es demasiado tarde.
Selim, su consorte principal y su hijo Mehmed disfrutaban de una magnífica tarde, el viento pegando en sus caras era satisfactorio. El mayor jugaba con una espada de madera, su madre lo veía con una sonrisa.
— Gülbahar. — El príncipe la llamó.
— Si su alteza. — Al oir su nombre la joven volteó a verlo.
— Durante nuestra estadía en Estambul el sultán me presento a un hombre, mi padre dijo que esté le había ayudado mucho en las más reciente campaña que tuvo en Francia — Selim hizo una pausa. — quiero que lo conozcas.
— ¿Sabe las reglas? ¿Por qué quieres que lo conozca? — La mujer preguntó con confusión.
— Las sabe, y quiero que lo conozcas por qué cuándo mi padre me llame para alguna campaña quiero que el te proteja. — Selim acarició la mejilla de su consorte, en manera de consolarla.
— Está bien su alteza. — Gülbahar sonrió.
— Gazanfer Ağa, trae a Kerem Paşa. — Selim dijo a su fiel guardia.
El ağa hizo una reverencia con su cabeza y se marchó en busca del misterioso hombre.
Minutos después Gazanfer llegaba con el Paşa, Gülbahar no le prestó la suficiente atención ya que veía a su hijo jugar con un jenizaro a las espadas, no fue hasta que Selim hablo qué sintió su pecho palpitar de manera desesperada.
— Kerem Paşa te presento a mi consorte principal, la sultana Gülbahar, madre de tres príncipes. — Selim tomó la mano de su mujer.
El hombre frente a ella era Daniel, su primer amor, la joven no podía creerlo. Su corazón palpitaba fuerte, los recuerdos llegaron a ella de manera rápida, todo lo que había vivido con él.
— Sultana es un gusto conocerla. — Daniel habló manteniendo aún su mirada baja.
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Seguía atónita, el apretón en su mano por parte de Selim la hizo salir de su trance.
— Gülbahar, ¿cariño te sientes bien? — El príncipe preguntó preocupado.
— E-estoy bien su alteza, tuve un leve mareo — Respondió mientras acariciaba la mano del príncipe. — el gusto es mío Paşa.
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