Una vez qué llegaron a Estambul los tártaros las despertaron con una pelea de espadas haciendo qué las muchachas se pararan asustadas y con dolor en sus oídos debido al rechinido de las espadas.— VAMOS, A LEVANTARSE! HEMOS LLEGADO A SU DESTINO! — Gritó uno de los tártaros.
— ¿En donde estamos? — La vista de aquel hombre fue hacia la mujer qué hizo esa pregunta, acercándose a ella más está no se inmutó.
— Estamos en la capital del mundo, en Estambul. — Dijo orgulloso.
— Vamos no tenemos mucho tiempo! — Aviso otro tártaro haciendo qué el primero amenzara a las mujeres para qué salieran.
— Sí tienen suerte irán al palacio del sultán. — Dijo mientras salían del barco el capitán de este.
— Veo muchas mujeres hermosas. — Un hombre con capucha se acercó a los almirantes haciendo qué estos sonrieran de oreja a oreja al ver de quién se trababa.
— Sümbül Agha, cómo puedes ver está mercancía es de Venecia. — Se hizo aun lado para no estorbar a sus próximas monedas de oro.
— Está vez me llevaré diez, con esto será suficiente. — Sümbül le tiro una bolsa con monedas de oro al tártaro.
— Es más qué suficiente, adelante amigo, elige. — Con un ademán de su mano dio a entender qué se acercara a ver a las mujeres.
— Sümbül se acercó a ellas mirandolas con una mueca de asco. — Tú no, tú tampoco, tú si, tú no, tú sí. — Y así el eunuco fue escogiendo a las diez mujeres entre estás siendo escogidas Amelia y Elizabeth.
— Escogiste a las más hermosas. — Le sonrió.
— Vamos! Siganme. — Sümbül ignoró las palabras del tártaro y ordenó a las mujeres qué lo siguieran.
— ¿A dónde nos llevan? — Le pregunto Amelia al eunuco.
— Al palacio del gran sultán, si tienen suerte serán enviadas al harén de algún príncipe pues qué el del sultán está lleno. — Respondió mientras seguía caminando hacia un viejo carruaje pero qué funcionaba a la perfección el cuál las llevaría a Topkapi.
— Bueno. — Sin más siguió al hombre hasta llegar a un viejo carruaje el cuál sorprendio a Amelia.
— ¿Enserio esto funciona? — Preguntó Elizabeth con sorpresa al ver el carruaje.
— Disculpe majestad ahora mismo pido uno de oro para usted. — Dijo de forma sarcástica Sümbül. — Claro qué funciona, ¡vamos suban todas!
Las mujeres resignadas subieron al carruaje acomodandose en él. Iban apretadas pero daba igual.
30 minutos después.
— Por Allah Sümbül, el harén está lleno y has traído a más mujeres. — Una mujer pelinegra y ojos marrones llegó hasta la puerta principal del palacio.
— Fakria la sultana Hürrem las pidió para el harén de nuestros príncipes. — Respondió lo más calmado posible.
— Bueno, vamos qué entren. — Y así en una fila todas las muchachas elegidas entraron al palacio, Amelia por supuesto sabiendo qué como de lugar tenía qué sobrevivir.
— Justo cuándo llegaron al harén un eunuco informó la presencia de la sultana Hürrem. — ATENCIÓN! LA HASEKI HÜRREM SULTAN ESTÁ AQUÍ!
Ante esto Sümbül y Fakria acomodaron a las mujeres para qué hicieran una reverencia a la esposa del sultán.
Amelia alzó un poco su mirada y vio a una mujer pelirroja la cuál caminaba con elegancia.« Ella quién es? » Pensó Amelia viendo a la mujer ideando un plan al instante.
— Señora. — Amelia salió de su lugar para acercarse a la sultana Hürrem está solo la miró con una ceja alzada mientras qué Sümbül se acercaba a ella para regañarla sinedo callado por la mano de su sultana. — Por favor, regreseme a mí hogar, no quiero estar aquí usted es muy poderoso puedo verlo por favor!
— La sultana solo pudo ver a la mujer de pies a cabeza con una ceja alzada, al parecer ya tenía a su elegida. — ¿Cuál es tú nombre?
— Amelia, Amelia es mi nombre. — Dijo con su ceño fruncido.
— Bien Amelia debes saber qué ahora estás en el palacio del sultán Süleyman, por lo tanto debes olvidar quién eras antes de llegar aquí debes olvidar a tú familia y a todo aquel qué amabas, por qué es tu elección sí dedices sobrevivir o morir. — Dicho esto la sultana dejo a la mujer parada con la mirada de las demás puesta en ella.
— Fakria quédate con ellas. — Sümbül le dijo a su compañera.
• • •
—Sultana, sultana. — Sümbül hizo una reverencia cuándo llegó al lado de la sultana Hürrem. — Lamento mucho lo qué pasó en el harén, cómo sabe son nuevas.
— Sümbül, quiero qué lleves a esa muchacha a mis aposentos cuando esté bañada y fresca. — Dijo la sultana sorprendiendo al eunuco.
— ¿Acaso ella llamo su atención para nuestro plan, sultana? — Preguntó curioso el eunuco.
— Por supuesto querido amigo, algo me dice qué Selim se enamorará profundamente de ella. — Paró su andar para mirar con una sonrisa a su fiel acompañante.
— Cómo usted desee sultana, iré a prepararla. — Y así hizo una reverencia y salió en busca de aquella muchacha.
Amelia Venier-Baffo quedaría en el olvido.
Una nueva persona renaceria.
Un dolido corazón volvería a la felicidad.
Una venganza se convertíra en amor.
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𝗦𝗧𝗥𝗔𝗡𝗚𝗘 ; Şehzαde Selım
FanficEn donde Gülbahar dice qué el único hombre al qué ama es a aquel joven del cuál la separaron cuándo los tártaros llegaron a Venecia O En donde Gülbahar se da cuenta qué se enamoró del príncipe Selim cuándo ya es demasiado tarde.