13. Nuevo Hogar, nueva vida

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En cuanto pudieron bajar todas las cosas, sacaron lo indispensable para comer. Y estaban agotadas en cuerpo y alma. Todavía en shock por todo lo sucedido. A pesar de haber dormido en un hotel cómodo, no conciliaron un sueño reparador. Sus mentes seguían igual de dispersas, como alguien que se encuentra justo a la mitad de estar dormida y despierta.

Andy miraba en silencio a su hermana Bárbara con sus ojos hinchados de tanto llorar el último día, y el rostro de Regina desfigurado por los golpes. Ni reparó en las heridas, moretones y molestias que sentía en su propio cuerpo.

Solo sentía la más sorda impotencia en el pecho que le dificultaba respirar. Y en su mente comenzó a urdir su plan de venganza. Sentía que de alguna manera debía sacar ese gigante que parecía estar de pie sobre su cuerpo, que le impedía llenar por completo sus pulmones, al punto que se estremecía por los nervios. El no poder detener ese sunami de desgracias que no paraba de crecer. Y que sus verdugos seguían con sus vidas tan en paz y seguros. Amargaba su corazón hasta el desquicio.

Ellas casi habían muerto, podían haber estado en este mismo momento como cadáveres en algún sitio olvidado, golpeadas, quizás hasta violadas. Mientras el tío infeliz se quedaba con todo lo que por derecho era de su familia. Los imbéciles que tenían de esposos, estaban en sus mansiones seguramente divirtiéndose con nuevas mujerzuelas cada día; regando billetes mientras Bárbara no sabía qué hacer para sobrevivir con su hijo.

Cada célula de su cuerpo le gritaba que no podría descansar en esta vida, si no los arrastraba también a ellos a la miseria que vivían ellas. No podía soportar que se salieran con la suya tan fácil.

Pero una cosa tenía clara. Si fue capaz de enfrentarse como lo hizo con los narcos, nada era demasiado para ella. Estaba segura que podía lograr mucho más. Porque paciencia, perseverancia y tenacidad eran parte de su carácter. No importaba cuanto tiempo llevara, los arrastraría a todos al pozo de desesperación de donde no los dejaría salir.

Buscaría un trabajo cualquiera, pero usaría el dinero de los narcos para iniciar un negocio en línea, con clientes extranjeros, lejos de la influencia del tío delincuente. Y crecería poco a poco, no se cansaría en planificar sobrevivir con sus hermanas y orquestar la caída de sus enemigos.

—Voy a abrir una cuenta de banco y una tienda en línea en el extranjero, vamos a ofrecer productos y venderlos fuera del alcance de los mafiosos de esta ciudad. Vayan pensando en líneas de ropa y joyas, yo me encargo de la publicidad. Por mi parte empezaré por crear aplicaciones para poner a la venta. — dijo Andy de pronto, y sus hermanas se quedaron mirándola.

—Pero, ¿y con qué dinero vamos a hacer eso Andy? —preguntó Bárbara desconcertada.

Y Andy dejó caer sobre el sillón los billetes del narco besador. Y ambas quedaron con ojos desorbitados. En el almuerzo y tras ello no había tenido la oportunidad de contarles el contenido del sobre que le dio.

—Tendremos dos sitios, uno para la ropa y joyas que diseñen ustedes y otro para mis productos informáticos. — explicó Andy.

—Debemos elegir un mercado y estudiar las tendencias. Pero tener insumos para la partida es algo caro. Dependiendo de cómo se enfoque el negocio, en cuanto al tamaño y al nicho. Y volumen inicial de productos para venta. Sin contar lugares de almacenaje y otras cosas; como el papeleo y la iniciación legal de la empresa. — dijo Bárbara pensativa.

—Deberemos pensar en pequeños inicios que crezcan de forma orgánica. Para estar lejos del ojo tanto de Amaro, como de cualquier otro enemigo. Tengo cosas que contarles de Leonardo. Es posible que él también sea un potencial enemigo de nuestro progreso. — añadió Andy seria.

—Te hizo daño mientras no te podías comunicar con nosotras, ¿verdad? —dijo Regina triste.

—Si, pero eso ya es pasado. Solo debemos enfocarnos en crear negocios para crecer sin estar en la mira de ningún infeliz. Hasta ser lo suficientemente fuertes para hacerles frente sin temor a que nos detengan. Que las tres no podamos conseguir trabajo con nuestros títulos no es una coincidencia. Alguien está detrás de todo. — concluyó Andy. La joven no quiso detallar todo lo que le hizo Leonardo, pues alteraría más aún a sus hermanas de lo que ya estaban. Y ella misma, no quería volver a pensar en eso.

Enemiga del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora