Capítulo 6

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Mayo 21,
Atardecer en Massachusets


Iris volvió a beber de su café sin apartar la mirada del hombre frente a ella, sin poder evitar cada uno de los pequeños detalles sobre él. Era irreal, parecía una mala broma que podría ser grabada para molestarla después.

Andrew, era como ese gemelo perdido que pareció esconder siempre Ransom. Como ese hermano amable que siempre aparecía en el peor momento para solucionar todo.

Es un abogado, le recordó su mente. Y eso no lo pudo negar.

Ese mismo hombre era el que iba a terminar sacándolo de la cárcel.

—¿Sigue sorprendida, Señorita Iris? —Ella asintió, tratando de controlar su expresión. Estaba actuando sin desencia.

—Es que... son muy parecido, tiene que disculparme.

—No debe de hacerlo, tampoco lo puedo comprender del todo, pero aquí estamos.

—Quizás sea ese doppelgänger que predecirá su muerte —Iris se encogió de hombros a lo que sugirió. Su mente estaba yendo más allá a eso, sintiéndose un poco loca—. O fueron separados al nacer. No lo sé, pero le juro que necesito más de un café para no sentir que alusino. Por ahora, dejemos eso un poco atrás. Háblame sobre el caso.

Andrew asintió aceptando sus palabras, aunque su expresión parecía divertida. Iris quiso golpearlo por segundos, al verlo. Lo identico empezaba a ser molesto, pero Andrew era ajeno a sus pensamientos y no dudó en explicarle los puntos a favor y en contra que tenía Ramson desde el momento en el que fue apresado. Extendió a Iris el mismo archivo que recibió antes.

—Hasta el momento solo tenemos la grabación que presentan sobre su confesión de asesinado —recalcó él, señalando sobre la página—. ¿Qué sabe sobre esto?

—Lo mismo que usted. No hace mucho que llegué a la ciudad y me encontré con esto. Ramson me aseguró de que es acusado falsamente.

Iris levantó su mirada, topándose con seria expresión de Andrew, que por segundos le recordó al rubio hombre. No me cree, pensó. Y lo entendía, ni siquiera su familia daba un poco la cara por él, es más podrían funcionar como testigos para hundirlo más. Pero, allí estaba ella dando la cara por su mejor amigo con la esperanza de al menos salvarlo de una sentencia más grande.

—¿A hablado con él?

—Lo hice, ayer —respondió Iris, pero no fue suficiente, cuando el abogado asintió para sí mismo, como si reflexionara cada una de sus palabras. Quizás, no convencido del todo. Daba igual, Iris estaba segura de que no fue la primera persona en omitir información sobre lo que sabía.

En su cabeza, solo recordaba la conversación que tuvo con el gemelo malvado del hombre frente a ella. Aparte de ello, era tan ignorante como cualquiera. Parpadeó sin apartar la mirada de su serio rostro. Era inocente, de cierto modo, y esperaba que él supiera de eso.

Andrew continuó con una breve explicación, pero solo pudo concentrarse en los suaves ademanes que daba con sus manos, en la firmeza de sus brazos y la seguridad de sus palabras. ¿Realmente eran parientes?

—¿No tienes miedo a que te malinterpreten esto?

—No hay manera —respondió sin por importancia Andrew. Iris frunció el ceño, sin poder creerle—. Mi vida es de conocimiento público, señorita Iris.

—¿Y? No creo que esto ayude a su reputación. Puedo ayudarlo a que no salga a relucir, nos evitamos algunos problemas con la prensa, y usted sigue con una vida en donde su gemelo malvado no esta presente.

Pasional discordia; Andy BarberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora