¿Quién era él?
Viniendo de ella, no podía mentir. Es como si en sus oscuros ojos parecía tener la respuesta correcta. Iris sonrió y ladeó su rostro un momento, en lo que esperaba su respuesta. Andrew, miró hacia la vacía taza que antes se le ofreció. ¿Cómo debería de presentarse? Teniendo en cuenta que ella tenía una imagen ya creada por sus conocidos colegas, incluso de su cliente, de quien Iris es cercano.
Iris sostuvo una mirada atenta sobre él, expentante a su gran respuesta, por lo que no pudo evitar sonreír. No era lo que pensó cuando vino a visitarla, quizás un poco más de seriedad en el tema, y luego una despedida simple. Podía tomarlo como un breve descanso.
—Un abogado que quizás sea de tu agrado —respondió, dejando atrás los documentos—. ¿Quién es realmente Iris Burke?
—Una gran e inteligente mujer que quizás te agrade —imitó ella, sonriendo mientras se sentaba de vuelta—. Si es así, ¿Te puedo encargar a tu posible hemano?
—Ya lo habías hecho antes, Señorita Iris, y le prometí ayudar.
—Entonces, llamamé solo Iris, y puedo decirte Andrew -él asintió lentamente-. Bien, porque nos veremos muy seguido hasta que esto finalice —dijo, en lo que extendió su mano a su frente, y su delgada muñeca se expusó delante de él, como si fuera un acto de confianza—. ¿Estás de acuerdo?
Andrew aceptó su trato, y la sonrisa que compartió con él, se la devolvió. Podría ser un buen inicio para conocer al ángel demoniaco.
—¿Cómo te enteraste que el gordo Holland es quien será la defensa contra Ransom? —preguntó Iris.
Esa atipica sonrisa en ese arrogante rostro, lo hizo imaginar que tan molesto sería ese hombre contra él. Si no recuerda mal, Holland siempre buscaría la manera de hostigarlo en el trabajo, incluso si Andrew terminaba ganando en su contra. No sería la primera vez que los juicios se volvían un poco más personal para ese abogado.
—Llamemoslo sentido común —respondió, encogiendose de hombros, ganandose una sonrisa de su parte.
—Yo lo odio, homofobico, arrogante y huele horrible, como a ácido —Iris se estremeció arrugando su expresión de desagrado—. Además de insoportable y viejo verde. No, gracias.
Andrew asintió comprensible. Podía opinar lo mismo de un colega con el que no comparte esa gran expresión, que podía tener para con los demás. La escuchó quejarse abiertamente de todos los problemas que podía presentar antes de irse a juicio. Y luego Ransom, la finalidad que tendría la vida de su gemelo malvado. Iris suspiró, subiendo los pies a la silla, recostó su rostro sobre sus rodillas, en lo que dejó escapar más de un insulto en su contra, resignada.
—Sólo espero que tú si pienses más de dos veces en lo que harás.
—He aprendido con las malas experiencias —Andrew se levantó, tomando su propia taza, volteó a ver su risueña mirada—. ¿Quieres un poco más de cafeína? —Iris asintió, el reloj a su lado marcaba que pronto sería las tres, aun necesitaba estar despierta hasta terminar de leer y armar sus estrategías.
Cuando finalmente, terminaron su tarea y Andrew se preparó para irse, iban a ser las seis—. Fue un placer trabajar contigo —dijo mientras se ponía su abrigo.
Iris sonrió y asintió—. Fue un placer para mí también, y espero que no olvides nuestra cita. Espero que guardes tus palabras de abogado.
Andrew sonrió—. Cumplo siempre —salió de la cocina y cerró la puerta detrás de él. Iris se quedó allí, mirando hacia la puerta cerrada con una sonrisa en su rostro. Quizás trabajar con Andrew no era tan malo después de todo.
...
Junio 15,
MasachussetsCon el paso de los días, Iris recibió mensajes de la familia de Ransom. Mark le pedía disculpas mientras ella lo ignoraba en el trabajo. Iris eliminó las amenazas de Richard, quien le pedía que no defendiera a Ransom, mientras que Linda la acusaba de estar en complot con Martha. Iris negó su participación, borrando el mensaje y sintiendo que era suficiente con que Linda la llamara interesada abiertamente, desde que la conoció la primera vez. Prefería mantener su distancia de ellos para poder hundirlos a su manera.
Mientras tamborileaba con los dedos en la mesa, los archivos a su lado iban aumentando, algunos para archivar y otros para desechar. No había recibido ningún mensaje sobre el caso, a diferencia de lo que habló esa noche con Andrew. Y no pudo evitar sonreír al verlo decir libremente sobre una cita con ella. Era lo último que esperaba de él, quizás que fuera mucho más centrado y se enojara al tomar tan en serio la investigación. Fue todo lo contrario a lo que pensó.
De repente, alguien la llamó por su nombre. Iris se giró y vio a alguien señalando detrás de él con timidez. Suspiró mientras se levantaba y agradecía, guiando a la persona a un lugar más privado para hablar. Cuando cerró la puerta detrás de ella, se dio cuenta de quién era. Contuvo un suspiró, en lo que se preguntó cómo había sabido de su trabajo.
—Harlan guardaba información de todos, y quería hablar sobre Ransom —explicó Martha, parecía que lo dijo en voz alta, por lo que asintió.
—Podrías haber llamado, de todas maneras lo verás en el juicio, si eso era lo que necesitabas —respondió Iris.
—Sé que será la otra semana, lo sé, pero... ¿Lo ayudarás? —preguntó Martha. Iris frunció el ceño, y respiró hondo, sin comprender a que venía la pregunta y la duda contra ella. No tenía la mejor paciencia para Martha—. Quiero decir, el investigador dijo que podría ser de ayuda...
¿En qué podría ayudar ella? Teniendo en cuenta que Ransom no dudó en atacar en la primera oportunidad que tuvo al verse de una u otra manera atrapado. No dudó en estrangularla, hasta que fue detenido por los oficiales, eso habia dicho el reporte escrito. Y ahora se aparecía frente a ella de esa manera, a sabiendas que no era de su completo agrado.
Iris acarició su sien, en lo que se recargaba contra la pared, y regulaba su respiración. Martha se hallaba frente a ella, con una miradad impasible, en lo que seguía esperando una respuesta de su parte. ¿Por qué se veía tan inocente y ella como la más malvada?
—Si quieres ser testigo o visitarlo, sigue siendo tu decisión. No puedo ayudarte en eso —respondió Iris.
Aunque sabía que Ransom podría perjudicarla simplemente escuchando su nombre, se sintió mal al pensar que la situación sería de su completa diversión. No podía juzgar a Martha, algunos necesitaban lentes con demasiado aumento cuando se está enamorado.
—Pensé que sabrías algo más...
—Lo único que he hecho es visitarlo, y quizás preguntar sobre lo que ocurrió.
Martha solo asintió, jugueteando con el doblillo de sus mangas y dando un largo suspiro. No parecía estar muy contenta con lo dicho. Si era o no de ayuda, dependería del lado que deseara elegir. La justicia o el amor unilateral que mantenía. Se disculpó con rápidez, y se alejó, quizás con la respuesta correcta en la punta de la lengua. Iris ni siquiera podría imaginar que ocurriría después.
Había sido siempre de esa manera con ellos dos. Ransom siempre negó que hubiera ocurrido algo con ella.
—¿Por qué crees que me acostaría con esa enfermera?
Eso es lo que él había dicho la primera vez que se lo preguntó. Siempre respondiendo con desagrado, matando la importancia que podía tener la joven enfermera en su vida, en lo que volvía a quejarse sobre Harlan. Pero, Martha estaría por allí con una mirada lejana. Anhelandolo. A ese idiota.
Cuando volvió a su escritorio, se masajeó el cuello y notó un pequeño sonido. Su móvil había recibido un mensaje de confirmación, lo que la hizo sonreír. No dudó en responder y buscar otro contacto para confirmar la "verdad" absoluta. Quizás, la única persona que podría salvarse sería esa joven inmigrante.
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Pasional discordia; Andy Barber
Hayran Kurgu¿Qué pasaría si tuvieras que elegir entre la justicia y el amor? Iris se debate entre salvar a su amigo Ransom o ceder ante la creciente atracción que siente por Andrew, un abogado idéntico a Ransom que podría tener oscuros secretos. Dos decisiones...