Pequeña emoción dormida

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Anya regreso al coche de su padre después de haberle confesado su secreto a Damián, su padre noto que la mirada de su hija estaba perdida en la calle que decidió llamarla para poder preguntarle más sobre ese joven.

¿Desde cuándo son amigos? —hablo el rubio

Creo que apenas—lo observo—es que le di un golpe cuando ingresé el primer día

¿Qué tú qué? —se quedó perplejo ante lo que le comentaba su hija

Es que ofendió mi regalo de Becky—cerro los ojos—sé que no fue la manera, pero estaba muy fastidioso

Me alegro que no te hayan dado un tonitrus—suspiro

¿Crees que reaccione mal? —alzo la ceja

Creo que para que respondieras de esa manera te debió haber ofendido algo que te dolió—siguió con la vista en el camino—solo intenta ser más prudente

Si—asintió—ahora que lo sabes ¿me prohibirás su amistad?

No—negó—ese chico es hijo de una de mis pacientes que lleva mucho tiempo internada

Lo sé—lo observo—leí tu mente

¿Qué dijimos sobre la privacidad? —la observo de reojo

Lo siento, es que te le quedaste mirando con mucha curiosidad a Desmond—se excuso

Bueno, esa mujer es una persona que sufrió mucha violencia psicológica y por ende cuando su marido murió ella al fin pudo pedir ayuda—su mirada se puso triste—es triste pero tu amigo seguramente se ha de haber sentido solo por eso

Creo que sí, de lo poco que he leído a él le afecta ese tipo de temas—puso su mano en su mentón

No leas mentes ajena hija mía—la reprocho—intenta hacer los ejercicios que te digo

Si papi—sonrió con ternura—pero dime ¿no te molesta mi amistado con Desmond?

Para nada, creo que le haría bien tu amistad como a ti la de él—detuvo el coche al ver que llegaban a la casa de Franky

Los dos bajaron del vehículo y se oyó a lo lejos el sonido de un perro que intentaba abrir el cerrojo, poco después un hombre de estatura baja y cabello rizado salió de la casa en compañía de un gran perro blanco con moño negro.

Bond—Anya lo abrazo—gracias por cuidarlo tío Franky

De nada—sonrió el rizado—es un honor tener de compañía al sargento Bond

¿Conseguiste citas? —pregunto divertida Anya

Si, como 9—se emociono

General Bond, eres el amuleto de mi tío—se burló la peli rosada

Por cierto, mi amigo Green me comento que últimamente te ve con el hijo de Desmond en la escuela—intento molestarla—así que Loid ¿ya eres suegro?

Oye—se sonrojo—Anya aun—observo a su hija quien parecía perdida observando el piso

Mejor deja que el mundo exterior le enseñe a externar a tu hija lo que siente—le susurro Franky—de cualquier manera, no podemos cuidar a Anya toda la vida

Loid suspiro, era cierto Anya tenía que aprender las cosas por ella misma, no podía depender de su familia o amigos cercanos para ver que era algo bueno o malo.

Cuando la familia Forger llego a su casa Anya llevo a Bond a su cuarto para después empezar a lavar los platos de la comida, luego se fue a ver la televisión con sus padres y cuando terminaron de cenar entro a su habitación para disponerse a dormir, no sin antes reviso sus redes sociales y noto que Becky le había mandado muchos mensajes desde la hora que Desmond llego a su casa.

Sorpresiva casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora