Karlo
Conmigo aún dentro de ella, me recuesto sobre su pecho y nos dejo a los dos regular nuestra respiración y nuestros corazones acelerados.
Tras unos segundos de tranquilidad, pregunto.
—¿Cómo te sientes?
—Te lo diré cuando termine de recuperar el aliento.
Sonrío con satisfacción, dejo un beso a la altura de su corazón y después de salir de ella, me incorporo con las pocas fuerzas que aún me quedan para poder besarla.
—¿Te importa si me quedo contigo? Ya no tengo fuerzas para levantarme.
Hace un sonido de afirmación mientras su respiración se vuelve lenta. Yo solo alcanzo a acomodarme a su lado para acorrucarme con ella antes de quedarme dormido.
Nos levantamos alrededor del mediodía y, como no he ido al súper por despensa y no tengo nada en casa para hacer un almuerzo, decidimos salir.
—¿Hace cuánto te enteraste de tu desalojo?
—El mismo día en que terminé mi relación. ¡Diablos! Tengo que comenzar a buscar departamento porque no quiero verme en la necesidad de regresar a casa de mis papás si se me acaba el tiempo.
—Te ayudaré a buscarlo. Solo hazme una lista de todo lo que buscas en un lugar y cuál es tu presupuesto.
Me mira con agradecimiento.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Claro. Lo que quieras.
—¿Por qué aún no has terminado de desempacar? No creas que me perdí todas esas cajas y bolsas esparcidas por tu lugar. Llevas en la ciudad unos qué ¿cuatro meses?
—Sí, es casi el tiempo que llevo aquí. Y no he desempacado porque el lugar aún no lo siento mi hogar. Me gusta la zona y está cerca de mi trabajo, pero siento que le falta algo para sentir que pertenezco. Por eso mucho sigue guardado, además, mi estadía temporal está a un par de meses de terminar y sigo considerando si pedir ya la permanente o regresarme a Barcelona.
Creo que percibo un poco de desánimo en su lenguaje corporal.
—¿Por qué estás considerando regresar? ¿No te gusta estar aquí?
—Me gusta —me aseguro de verla directo a los ojos al decirlo para que quede claro que no nada más estoy hablando del lugar—, y mucho. Pero fuera de mis compañeros de trabajo no me relaciono con nadie más aquí, y después de tantas idas y venidas, se vuelve un poco pesado el tener que viajar a Mazamitla para poder ver a Karlo y los demás amigos que he hecho, y no quiero que a ellos les pese el tener que venir aquí o convertirme en una carga si creen que me siento solo.
—¿Qué hay de mí? Vivimos cerca y te he visto un par de veces cerca de mi trabajo, así que asumo que tampoco ahí estamos lejos.
—Lamento lo que voy a decirte, pero hasta antes de ayer, tú a penas y me dabas la hora del día.
—Lo siento. Me he portado muy mal contigo desde que nos conocimos.
—No te disculpes —alcanzo su mano a través de la mesa—. Sé que estabas respetando tu relación. Yo hubiese hecho lo mismo de estar en una. Además, el que tendría que disculparse soy yo porque desde el momento en que te conocí, no dejé de coquetearte a pesar de que me dijiste que tenías novio.
—En nuestros últimos encuentros ya no coqueteaste conmigo.
—Eso fue porque hasta antes de eso nunca te había visto acompañada e imaginaba que decías tener novio para mantenerme alejado, pero después te vi con él en un par de ocasiones y te noté feliz, así que decidí alejarme.
—Pero aún te gusto —no lo dice en tono de duda, en realidad lo dice como una afirmación, y es que creo que quedó demasiado claro después de lo que pasó entre nosotros—. Y ahora que estoy soltera ¿volverás a coquetear conmigo?
—Solo si quieres que lo haga y si me aseguras que tengo una oportunidad. No quiero que ninguno de los dos salga lastimado, y sé que por ahora necesitas tiempo para sanar, y te aseguro que te daré tanto como necesites, pero quiero que quede algo muy claro entre nosotros. Si me dices que sí, no pienso hacer nada a medias o a la ligera, voy a por todo, Sam.
—¿Y si solo quiero el coqueteo y algo casual?
Mientras medito su pregunta aprovecho para darle un trago a mi bebida.
—No sé si podría. Me gustas demasiado como para quererte solo para un rato.
🌛🪐🌜
Pasan unos días y yo sigo en mi ritmo habitual, es decir del departamento al trabajo y viceversa, a excepción de mis pequeños desvíos para obtener algo de alimento, pero al llegar el día viernes estoy emocionado por ver a Lili y a Lion y comer con ellos, pues estarán aquí en la ciudad debido a un juicio penal.
Lili me ha platicado un poquito el porqué de esos juicios, y sé que tiene que ver con su infancia y la de su hermana y lo que les paso en ese entonces, que seguro no fue nada bueno si terminó con ellas involucradas en un proceso penal, y es que no le he querido preguntar más porque he notado que le cuesta trabajo hablarme de ello y no quiero que se sienta incomoda.
Usualmente me apresuro a dejar todo listo en el trabajo y tener el resto de la tarde libre para dedicarla a mis amigos, pero por andar tan distraído esta semana dejé que el trabajo se me acumulara y eso ocasionó que aún siga atascado en la oficina cuando ya debería estar camino a encontrarme con ellos, por eso no me asombra cuando Lion me llama.
Pongo la llamada en altavoz y contesto mientras termino con mi pendiente.
—Perdona, hombre. Sigo atascado en la oficina, pero en cinco minutos estoy de salida.
—De hecho, hay un ligero cambio de planes. Acabamos de salir del juzgado y todo el grupo estará con nosotros, así que el punto de reunión ha cambiado.
—Define grupo. Eso suena a más personas que tus suegros y Lili.
—Se extiende a Samara y a sus papás.
Dejo lo que hacía y me recargo por completo en el respaldo de mi silla.
—No sé si eso sea una buena idea —no he visto a Sam desde el fin de semana y tampoco hemos mantenido nada de contacto porque, como le dije, le daría todo el espacio que necesitara, y ahora no quiero que nuestro primer encuentro sea frente a la familia de ella y de su hermana—. ¿Por qué mejor no van ustedes a comer y yo los veo cuando terminen? O simplemente podemos posponerlo para una siguiente ocasión, no hay ningún problema.
Mi celular emite un sonido de mensaje y me inclino para poder leerlo.
Lilith: Por favor, ven a comer con nosotros. Sé que quizá no quieras porque estará mi hermana, pero algo importante ha pasado y quiero que estemos todos juntos para celebrarlo.
Suelto un suspiro.—Está bien. Iré con ustedes.
—Genial. Dame unos minutos y te envío la ubicación. Te vemos en un rato.
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Contigo [Booffee #2]
RomanceDicen que existen 3 amores en la vida de cada persona. El primero es el que te enseña a querer y te llena de ilusiones; el segundo te enseña el dolor, y aunque sabes que no es para ti, te aferras a él porque deseas conservarlo para siempre; y el ter...