Capítulo dos: ¡Hey, Amor!

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No estaba creado para amar y probablemente no para ser amado, pero de nuevo, se equivoco.

Por que en este momento, acostado en su cama, celular cargando, sonrisa tonta y audífonos reproduciendo su canción favorita puede ser que se este enamorando más de lo que ya lo ha estado haciendo en el último mes.

No para de reír escandalosamente importándole poco sus vecinos. Y la razón de aquella risa es Duxo, de nuevo y por siempre.

No sabe desde cuando el amor lo ha cambiado tanto, pues antes era costumbre verlo dormido después de las ocho pm, y ahora mismo puede ver en su celular, son las una y media, casi las dos am, tampoco sabe desde cuando tiene el suéter que utilizaba Duxo cuando se conocieron, probablemente lo dejo en su casa algún día en el cual vino el mencionado a jugar videojuegos, mucho menos sabe por que se la pasa oliendo el mismo suéter que ya tiene semanas sin lavar, solo con la idea de que tal vez siga oliendo a Duxo.

Todas y más cosas le ha causado el estar enamorado, tantos cambios, tantas ideas, tantos hábitos. Tantas nuevas experiencias que se sienten como acostarse después de haber tenido un buen baño, sabanas limpias y un día maravilloso.

Por que ahora es un hábito dormir con el suéter de Duxo cuando el día fue malo, por que ahora es un hábito hablar con el todas las noches, por que ahora es un hábito compartir secretos, por que ahora es un hábito crear escenarios ficticios con el antes de dormir.

A Diego se le dijo que el amor te volvía una persona muy diferente, pero nunca se le advierto a que tal grado. Y ahora mismo lo está descubriendo, por primera vez en su vida.

Esta descubriendo qué el amor adolescente realmente no es como los adultos dicen que es. El amor adolescente es más complicado que eso, es demasiado tonto, demasiado cursi, demasiado incómodo, demasiado confuso, demasiado intenso, demasiado arriesgado, demasiado único, demasiado patético y sobre todo, demasiado estúpido. Pero Aquino ya se considera estúpido a si mismo, así que no hay nada de lo cual preocuparse con ese punto de vista.

Diego nunca había experimentado algo así, claro, le habían gustado chicas y chicos a lo largo de su vida, pero mayormente eran o los populares qué nunca te hacen caso y ni si quiera saben de su existencia.

Así que no había muchas oportunidades para Diego, tal vez ni si quiera había oportunidades.

Y tampoco quiere decir que ahora mismo tenga oportunidades, pero le gusta creer en las noches antes de dormir qué si. Le gusta creer que los "buenas noches, descansa <3", "¿como amaneciste? Espero que bien Aquinito", "Comiste?" "como estuvo tu día?" y demás signifiquen qué Duxo tiene interés en el y no se limita al de un amigo promedio.

Siendo directo, a Diego le gusta pensar que su gran real primer amor resulte bien, o que al menos resulte. Siendo directo, a Diego le gusta crear escenarios ficticios por que no tiene la suficiente valentía para confesar sus sentimientos.

Y delante de aquella llama en lo profundo de su ser hay excusas disfrazadas como la "razón", que suelen parecerse a

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-Es que no lo entiendes, es tan solo un mes. La gente no te gusta de esta manera en un mes.

-Diego, es que no te gusta. Estas locamente enamorado de él que hasta a mi que no sé un carajo de él me molesta el como actúas como chicle. Al chile ya wey, declárate.

Suspira y Soaring puede escuchar el sonido del aire en el micrófono.

-Y no me salgas con la misma excusa. Que ya hasta Loco sabe que tan obsesionado estas con el chico.

-¡No estoy obsesionado!

-Tienes su suéter puesto en este momento.

El silencio en la línea le comunica a Daniel que, efectivamente tiene razón.

-Te llamo luego, tengo que contestarle a Nat y tu sigues en la universidad a esta hora.

-Me dices si al final no te dejo en la friendzone de nuevo, amigo, supérala.

-Adiós.-Diego puede notar en su voz una extraña mezcla de diversión, enojo y sarcasmo, pero solo se rinde y decide ir a la biblioteca.

Guarda su teléfono y se dispone a colocarse el tapabocas y la capucha del suéter, que si, Daniel tiene razón en que lleva ese suéter a todos lados. Suspira después de saludar como siempre a la bibliotecaria y que esta le recuerde que tiene solo una semana para regresar los libros que pidió rentados.

Sonríe y camina a su asiento favorito, dando a la ventana que esta pegada al jardín de la universidad, el segundo lugar favorito de Diego en toda la universidad. Suspira de nuevo al ver que al menos otros dos profesores han encargado una maqueta para finales de mes y necesita trabajar con un equipo, que probablemente no tenga la posibilidad de elegir.

Aunque tampoco es que pueda elegir entre sus amigos, pues literalmente solo es uno en este momento: Alex.

Así que tiene que conformarse con los inútiles que coloque el profesor en su equipo y esperar pasar la materia entre burlas, señales e insultos por tener sudadera y tener tapabocas en pleno verano. Pero cree que es mejor así por que no tiene protector solar.

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¡Hey, Diego! // DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora