Hoy no.
Después de haber corrido un rato me paro a ver el claro en el que me he metido.
Reconozco algunas cosas de aquí, un árbol caído, el moho de el árbol de la derecha. Si no me equivoco, hacia el árbol del moho encontraré el río.
Empiezo a correr después del pequeño parón, no puedo parar por mucho tiempo. Hace más o menos cinco minutos han empezado a buscarme. Llego al río, y me vuelvo a parar. Me giro a examinar los árboles rápidamente, hasta que doy con aquel a que se le clavó. Atravieso el río sin mucho cuidado, y trepo un árbol, aprendí un día hace unos tres años, nos fuimos de excursión al bosque, y unos monitores nos enseñó a escalar árboles. Ahora si he logrado despistarlos, no me pueden seguir el rastro.
Me muevo torpemente de árbol a árbol, así que no me pueden seguir el rastro. Decido parar un momento, y me subo a la copa de un árbol alto para ver lo que pasa.
Miro el panorama, y veo que ningún niño perdido ha llegado hasta el río. Eso me va a dar ventaja. Sigo yendo de rama en rama, hasta que llego a mi destino, una cascada.
Tras la cascada se encuentra un pequeño refugio, donde calculo que caben no más de dos personas. Ese lugar solo lo conocen las hadas, y me lo enseñó Rosa cuando me daba un pequeño tour.
Tomo una liana y bajo del árbol, corro hacia la cascada, y para mi suerte por aquí ya no hay tierra, esto es roca, así que no va a lograr encontrar mis huellas.
Finalmente, tras subir logro llegar a mi destino. La liana es por si alguien viene, y no me da tiempo a escapar, atarme a aquí. Así les llevará más tiempo sacarme de aquí.Pasa el tiempo, y calculo que a los niños perdidos solo les queda una hora, hasta que finalmente escucho las voces de alguien.
-Aquí no va a estar, está claro que no se escondería en una montaña-grita uno.
-No, tiene pinta de que no, vámonos-grita dos. Está claro que están usando la estrategia de me callo y me quedo.
Decido mantenerme en mi sitio, claramente si salgo corriendo me van a atrapar. Decido quedarme, hasta que escucho un murmullo. Ahora si se van a ir. Escucho muy flojo sus pasos, como un susurro, y tras un minuto decido salir corriendo hacia el bosque. Solo me queda un lugar donde seguro que no me buscan, el campamento. Corro como si no hubiera mañana, paso el río, y el claro del árbol caído. Hasta que llego al campamento, donde veo que no hay nadie.
Donde la fogata hay un reloj de arena enorme, con purpurina verde. A este juego tan solo le quedan minutos. Siguiente parada, orfanato.
Me recuesto en una cabaña para descansar, lo de correr tan rápido no es lo mío, y me ha causado una horripilante fatiga, así que cierro los ojos y pongo mi antebrazo sobre mi barriga tratando de aliviar el flato, no funciona pero bueno, había que intentarlo.
Mi respiración es pesada e irregular, estoy muy cansada. Igualmente, decido ir a ver cuánto le queda al reloj. Tan solo le queda un minuto. Entonces, siento como alguien me agarra de la muñeca. Mierda. Por favor que no sea Peter, por favor que no sea Peter, por favor que no sea Peter.
-¡Sofía mírame!-escucho la voz de Alejandro, y cuando su voz pasa por mis oídos suelto un suspiro de tranquilidad. Gracias a Dios.
-Ay Alejandro menos mal que eres tú-digo llevándome una mano al pecho-, pensaba que eras Peter.
-Hablando de eso, me sigue de cerca.
Y como si lo hubiéramos invocado aparece, entrando al campamento mirando a todas partes. Miro el reloj, quedan treinta segundos.
-¿Puedes aguantar 30 segundos?
-Claro-dice obvio.
-Entonces no me sueltes por lo que más quieras.
Solo veinte segundos. Nos escondemos tras una cabaña.
-Vamos Sofía, se que estás aquí-dice Peter amenazante.
La respiración de Alejandro es muy sonora, así que pongo mi mano sobre su boca.
Él me mira, y después de eso me llevo el dedo índice a la boca, para indicarle que se calle.
Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco.
-Te encontré-dice Peter apareciendo de la nada. Entonces abrazo fuertemente a Alejandro para que no me suelte.
Dos, uno.
Fin del juego.
A ver, he perdido, y me toca quedarme aquí. Pero si lo miramos por el lado positivo, Peter tampoco así que hoy no voy a morir. Me suelto de Alejandro y miro a Peter con burla, sé que le fastidia demasiado no haber ganado.
-Si en cinco minutos no me encuentras, grita mi nombre-le susurro, y como suponía Peter me había cogido de la muñeca para llevarme a otro lado del campamento.
-Sabes muñeca-dice Peter-, al principio pensaba que esto sería más fácil, que te esconderías tras de un árbol, o en algún arbusto, justo como hacen todas tras haber pasado por tu situación. Justo después de una hora y media, pensé que estarías tras el refugio tras la cascada, pero claro está que no estabas ahí. Así que pensé en el único lugar, donde nadie pensaría que estabas, aquí.
-Espera...¿has dicho como todas?-pregunto extrañada, cruzándome de brazos.
-Oh, se me había olvidado mencionar eso. Muchas chicas habían pasado por aquí, por tu misma situación.
-¿En serio? ¿Has secuestrado a niñas, las has amenazado de muerte o de quedarse aquí encerradas de por vida?-pregunto sarcástica, cruzándome de brazos, y dejando mi apoyo en mi pierna derecha.
-Algo similar, pero diferente.
-Oh, eres tú el que me tiene aquí encerrada, no yo.
Estoy cansada de esto, porque no tiene más respuestas, así que me doy la vuelta me voy, pero el me coge del antebrazo, y me para.
-¿Te he dicho que te vayas?
-No, pero no necesito tu permiso para irme de aquí.
-De hecho sí, porque es mi isla.
-Oh perdón su alteza real, rey de la isla, no quería ofender sus reglas de que no puedo hacer nada sin preguntarte. ¿Ahora también tengo que preguntar si puedo existir?
-Primero, no hay reyes en Neverland, solo yo y segundo todo lo que hay en esta isla, cada rocas, los árbol, cada grano de arena hasta el oxígeno que estás respirando, es mío.
-Oh disculpa, pero si me dejaras ir, dejaría de robarte tu precioso oxígeno.
Me recuerda a un niño del orfanato, de cuando era pequeña. Era sumamente irritante, el que se ponía en los juegos, y te soltaba una frase como: "este parque es mío, así que o dices la contraseña o no juegas". Me recuerda a esos niños irritantes.
-Oh, pero yo quiero que estes aquí, y como eres mía, harás lo que yo te diga.
-Uy, mira te voy a explicar por qué no soy tuya. Primero-levanto mi mano para sacar el dedo índice-de todo, yo me pertenezco a mi misma, ni tuya ni de nadie yo soy mia; segundo-levantó el dedo corazón junto al índice-, tu argumento de que la isla es tuya yo soy tuya, no me sirve. Es como cuando invitas a alguien a tu casa, sí, estás en su territorio, pero no por ello es de tu propiedad. Tranquilito eh.
-Otra vez hablando el idioma ese raro. En fin, ¿a ver como te lo explico?-para un momento para pensar-Es que cuando perdiste el juego, empezaste a ser una niña perdida, y yo soy tu jefe-me acerca a él-, así que me vas a hacer caso-y en cada sílaba me daba con su dedo índice en mi pecho.
Respira hondo Sofía, tranquila, es solo un niño malcriado, no entiende argumentos sensatos.
-Serás mi jefe, pero no mi dueño, son cosas distintas-aclaro para soltarme de él de un tirón de brazo-. A ver si sabemos distinguir las palabras.
Ahora me voy, y cuando vuelve a intentar cogerme del brazo, lo aparto para que no vuelva a coger, y aprovecho para aliviar el dolor, realmente me ha hecho daño.
-Por fin te encuentro, pensaba que Pan te había matado-me dice preocupado, mientras se acerca.
-¿Cómo me va a matar? Es un flojo-digo despreocupada.
-¿Qué ha pasado?
-Le he dejado las cosas claras, será mi jefe, pero no mi dueño.
-Te va a matar algún día de estos.
-Ese día no será hoy-me ruge el estómago del hambre, y me llevo una mano a este, tengo bastante hambre-. ¿Hay algo para comer? Lo de correr me ha dado hambre.
-Sí, ahora vamos a comer. De paso ya te presento a los niños perdidos.
-La pandilla de los matones de Neverland.
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Diarios de una niña perdida. (Peter Pan ouat)
FanfictionCaminaba tranquila por mi habitación, cuando noté que había un tablón un poco salido, y que sonaba hueco. Me senté, y comencé a darle golpes con mis nudillos, hasta que detecté el espacio hueco. Me apresuré a sacar esos dos tablones sueltos, y vi aq...