Capítulo 9.

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Vuelve a haber un dolor, tras impactar contra la húmeda tierra

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Vuelve a haber un dolor, tras impactar contra la húmeda tierra. Suelto un quejido, y veo a Max, que me extiende la mano. Pan había asignado a Max hace un par de horas que me enseñara algo de lucha cuerpo a cuerpo, y esto se me da realmente mal, no es lo mío eso de pegar a la gente.
Tomo la mano de Max, y me ayuda a levantarme.
-Sé que crees que eres un asco en esto, pero es tu primera vez haciéndolo, y no lo haces nada mal. Has aprendido mucho en tan solo un par de horas.
-Mentira, soy un asco y estoy hecha un asco. ¿Ha terminado ya el entrenamiento? Llevamos entrenando desde hace horas, y estoy cansada-comienzo a enumerar con los dedos-, sudada, llena de tierra, y conociéndome tendré el pelo como un nido de pájaros.
-Mmmm...no sé cuánto quedará-mirar hacia el cielo, y mira más o menos la posición del sol-poco, ahora en poco.
-Ya se ha pasado la hora de comer, y mira que yo comía en España a las tres y media.
-¿España es un reino?-pregunta extrañado.
-Sí, algo por el estilo.
Pronto, vemos pasar a niños perdidos corriendo, corriendo hacia el campamento, aparentemente felices.
Miro a Max esperanzada, rezando porque este sufrimiento se haya acabado.
-Puedes ir en paz.
Por FIN, he terminado este espantoso día. En cuanto veo a Alex, me acerco a él, que está junto a Félix y James.
-Hey Alex.
-Sofi, ¿que tal?
-¿Sofi?-preguntamos James y yo a la vez-¡Chispas!-volvemos a decir a la vez.
-Bueno, si tú me llamas Alex, yo te puedo llamar Sofi.
-Igualmente Sofi suena infantil-habla Félix, por primera vez.
-No se si te lo dije ayer, pero te quiero, te adoro y te amo. Eres mi ídolo Félix.
-Ya se que soy de lo mejor, pero no es normal que me lo digan.
-Ayer en la cena me salvaste la vida. De verdad, es un gesto que siempre te voy a agradecer.
-Me debes una.
-Te debo una, mientras no sea nada de tirarme por un puente o...
-De hecho nos tienes que distraer a Pan por un tiempo.
-Tirarme por un puente o relacionado con Peter.
-Me lo debes-dice Félix.
-Sí-le acompaña James, poniendo su brazo sobre los hombros de Félix, inclinándose un poco hacia delante para verme-, se lo debes.
-Mi li dibis-les imito en un tono agudo-. Vale, pero me debes medio favor-le apunto.
-¿Como te devuelvo medio favor?
-Es un favor pequeño, como ayudarme a recoger algo, o ayudarme en alguna situación difícil, algo que no te pida, para saldar tu deuda.
-Me parece correcto-dice Félix, extendiendo la mano, la cual acepto, para cerrar el trato.
-En fin, estoy que me desmayo-digo dramática, apoyándome sobre el hombro de Álex, totalmente cansada.
-¡Oh!-exclama Félix-Así te devuelvo tu medio favor. Súbete-dice agachándose un poco, para que yo me pueda subir a coscoletas.
-Me parece correcto-digo para subirme en su espalda.
-¿Por qué no pesas nada?-pregunta Félix sorprendido.
-Porque es una chica, las chicas son peso pluma-le responde James obvio.
-¿Pan no se va a enfadar por veros así?-pregunta Alex.
-No tiene derecho a enfadarse, ni siquiera nos llevamos tan bien. Es como la escena que ha montado esta mañana, es una gilipollez de las suyas-respondo, restándole importancia.
-¿Qué ha pasado esta mañana?-pregunta Félix.
-Eso eso, ¿que ha pasado? ¿Qué hacías pillines?-le sigue el rollo James, con un tono juguetón.
-Pues cosas de la vida, estaba en su habitación y...
-¡¿Dormís juntos?!-se extraña Félix.
-Ew ¡no!-exclama Álex asqueado-Es solo que no quiero que le pase nada, y dejarla fuera no era la mejor opción, hay toda clase de animales.
-Como Peter-añado.
-Y la dejé dormir en mi cama. ¡Pero yo dormí en el sofá!-se defiende Álex.
-Una cosa-digo, pensando en lo anterior-¿qué favor os tengo que hacer?
-Ya te lo dije entes-me contesta James-, un juego que Pan no aprobaría.
-¡Eso lo he dicho yo!-reclama Félix.
-Tú yo, lo mismo es lo mismo da-dice restándole importancia James.
-Lo importante, es el juego al que queréis jugar, tanto que queráis desafiar a Pan.
-Es...un juego que no incluye la posibilidad de matar a alguien-añade Álex.
-Eso...¡no tiene sentido alguno!-grito, prácticamente indignada-¿donde quedan los juegos de diversión, equipo y estrategia? Los grandes líderes salen de los juegos de estrategia.
-¡Eso es lo que queremos!-James coincide con mi idea.
-¿Me podéis decir ya cuál es el juego?
-Es...-Félix evade mi mirada, a lo que yo la intensifico. Él mira a los chicos, buscando ayuda, pero ellos no le dan su ayuda. Sigo con mi mirada, fija en el muchacho de cabellera rubia, que acaba desistiendo ante mi intensa mirada-se llama fútbol.
-¿Y con que pelota pensáis jugar?-pregunto.
-Con la mía, hay una en mi cabaña nueva. Cabaña con juguetes incluidos, esa era mi recompensa-dice Álex.
-Me parece indignante que no me dejéis jugar-digo ofendida.
-Mala suerte, no haber necesitado de mi ayuda-dice Félix, con claros aires de superioridad.
-¿Hoy después de la hoguera? Llamad a todos los niños perdidos, yo distraeré a Peter después de la comida.
Caminamos, bueno, caminan (porque yo estoy sobre los Félix), hasta el campamento, y nos dirigimos al comedor. Llegando al árbol, nos encontramos a Peter, con una clara molestia plasmada en su rostro, y mirándome, como si quisiera matarme. ¿Que le pasa a este chico?
-Veo que tenéis energía de sobra para hacer tonterías-dice molesto.
No se referirá a lo del juego ¿verdad?
Rápidamente quito esa idea de mi cabeza, es imposible que sepa eso.
-¿Energía de sobra para qué? ¿Para no tener que venir aquí corriendo y venir andando?-pregunto molesta, no tiene sentido lo que está diciendo.
-No, para que Félix te pueda traer. Claramente tú estás agotada, pero Félix seguro que no-dice Peter, con su tono autoritario.
Me bajo de la espalda de Félix, y me pongo junto a él, con el ceño fruncido.
-¿Y a ti que más te da si puede llevarme a coscoletas o no? Soy yo la que le ha dicho que estoy cansada, y que si me podía llevar. Félix no quería, pero ha acabado desistiendo-le encaro a Peter.
-Eso...-empieza Félix, pero sabe que no le conviene decir la verdad-es verdad.
-No deberías cumplirle los caprichos-dice Peter-. Pero no quiero que esta escena se repita.
-Si capitán-digo alegre, y entonces le doy los golpes que memoricé. Finalmente le doy una patada al tronco, y me giro para despedirme.
-Bon voyage-me despido de ellos, con un saludo militar, pero con dos dedos. Después de decir eso, voy hacia abajo rápidamente hasta terminar en el árbol. Allí me encuentro a prácticamente todos los niños perdidos. No debería haber bajado sola.
-¡Hey!-escucho una voz, entonces me giro para ver quien es, y veo a Liam.
-El corredor profesional-digo al verlo.
-No le digas eso que se le sube mucho el ego-aparece Max por su espalda.
-¿Ligando con la chica?-dice Éric, en un tono gracioso-Me esperaba más de ti Liam, me decepcionas. Y de ti-me mira-, te creía más inteligente.
Me río por lo bajo.
-¿Me creías más inteligente? Te puedo decir esa misma frase en más de cinco idiomas diferentes, eso me ofende. Igualmente, aunque definitivamente no estaba ligando conmigo, no caigo en trucos bajos.
-Eso duele tío-dice Gabriel, pegándole un puñetazo en el brazo a Liam-, te han rechazado por primera vez.
-Se nota que por aquí no hay muchas chicas, ¿a caso sabéis la diferencia entre ligar y hablar con alguien del sexo opuesto-digo cruzándome de brazos, y poniendo mi peso en mi pierna derecha.
-¿A caso no es lo mismo?-pregunta Ethan.
-¡Si este puede hablar! En fin, no es lo mismo. Yo puedo ser amiga de Liam, como tú-señalo a Ethan, levantando vagamente, con la mano extendida-puedes ser su amigo, que sea chica no me quita el derecho a tener amigos del sexo opuesto.
-Vaya, tienes una lengua afilada, mola, si quieres te puedes sentar con nosotros ahora-me propone Éric.
-Disculpa, pero Sofi se sienta conmigo-aparece Álex detrás mío, para poner su brazo sobre mis dos hombros.
Entonces, aparece Cristian, y me abraza la pierna.
-¿Te sientas conmigo?-me pregunta, con un tono adorable con ojos de cachorrillo. Extiendo los brazos, para cogerlo en brazos.
-¿Qué tal está tu mejilla?-le pregunto, preocupada.
-Muy bien, ya no hay nada-me enseña su mejilla. ¿Por qué no hay nada?
Me giro a Álex, con el ceño fruncido.
-¿En Neverland se curan las heridas muy rápido? ¿Tanto que se curan en unas horas?
-Mmmm...no, eso solo pasa con magia.
Vuelvo a Cristian, para seguir con él.
-Que bien, estás hecho todo un niño perdido-iba a decir hombre, pero me he dado cuenta de que aquí no quieren crecer.
-Si, en poco mediré lo que mide Félix-dice orgulloso.
-Bueno, tal vez lo que mide Félix no, pero serás más alto, al menos más yo.
-Eso no es difícil, eres el enanito de jardín del campamento-dice James.
-Uy, tu tampoco estás para hablar James, no mides más de tres centímetros que yo.
-Ohhhhh-dicen todos.
-Yo no soy tan gilipollas como para venir al campamento los últimos minutos de juego.
-Golpe bajo chica-añade Max.
-Si por gilipollas te refieres a hablar más de cinco idiomas, no quiero imaginar que eres tú que casi no sabes inglés.
-Uffff, esa me ha dolido hasta a mi-dice Éric, acercándose a nosotros-, fin de la batalla, como ganadora tenemos a la chica del campamento ¡Sofía! Un aplauso por sus duras palabras contra el perdedor, el Zorro, James.
Todos comienzan a aplaudir, alegres, y yo sonrío victoriosa, si es que soy la mejor.
Alguien carraspea tras de nosotros, y me temo lo peor al ver que todos miran a mis espaldas bajo a Cristian y me giro.
-Otra vez, veo que tenéis tiempo de sobra para discutir. Hoy yo no os voy a dar nada. A ver si eso os sirve de lección.
Todos suspiran fastidiados, y Pan desaparece.
-Bueno, ¿tenemos cocina?-pregunto, y veo como todos me miran extrañados.
-Si-me responde Félix-, está en una puerta tras la silla de Pan.
-No seas ridículo, ahí no hay ninguna puerta-dice Ethan-, no hay pomo.
-Vas a ver-dice Félix, dirigiéndose a donde se supone que está la puerta-. Mira-Félix se agacha, y de da dos toques con los nudillos a un tablón de madera con una cruz, entonces todos los tablones a su alrededor desaparecen, dejando ver unas escaleras. Félix coge un farolillo, y se adentra en las escaleras. Bajamos unos dos metros de escaleras, y después subimos como unos cinco, hasta que llegamos a una pequeña cocina. Hay una chimenea de metal, donde encima hay unas sartenes. También hay un horno de fuego, y un par de utensilios. La luz se filtra por las ventanas, dejando ver partículas de polvo, y en cada esquina hay enormes telarañas, dejando ver que aquí no entra nadie hace siglos. Félix saca unos animales muertos, cosa que a mi me da arcadas, pero parecen recién matados.
-Bien, aquí tenemos nuestra comida. Ahora, tenemos que cocinar.
»Éric, Ethan, Gabriel, Max y Liam:vosotros despellejaréis a los animales, creo que habéis despellejado a cosas que no son animales. Richard y Mario: vosotros sabéis de animales, una vez que hayan despellejado a los animales, cortadlos a cachos y tirad los huesos. Luke, Harry y Mario:vosotros traedme madera y encended el fuego de la chimenea y el horno. Cristian y Mark:buscadme en la isla especias como orégano, ahora Álex os dirá las que tenéis que buscar, y traedme bastante de agua del mar. Félix, James y Álex:vosotros me ayudaréis, a componer y a cocinar.
-¿Componer?-pregunta James.
-Para hacer esto más ameno, nos inventaremos una canción.
Todos se miran, y yo doy unas palmadas.
-¡Venga a trabajar! Tenemos poco tiempo antes de que Peter se dé cuenta de esto.
Todos se ponen a trabajar, y en poco ya estamos todos en funcionamiento.
-Bien, la canción tendrá un ritmo constante. Es un cuatro por cuatro, quiere decir que de cuatro golpes uno es fuerte. Dadme palabras, para guiarme.
-A ver vivimos en una isla-dice James.
-Y somos niños perdidos-añade Félix.
-Se podría decir que nunca nos aburrimos-propone Álex.
-Bien-empiezo a chasquear los dedos-. En una preciosa isla
Vivimos los niños perdidos
En el hogar de la infancia
Nunca estamos aburridos
Aquí todo es divertido
Todo aquí es felicidad
Aquí no queremos padres...
¿Con el señor Pan? Mmm...no queda bien.
-¡Con la señorita Pan!-exclama Cristian.
-Me vale-dice Félix.
-Venga, tirad a buscar lo que os he dicho-les regaña Álex.
-Bueno vamos a improvisar un poco, primero nosotros cuatro.
(Cantamos la canción de arriba)
-¿Qué os parece?-pregunto, a todos.
-Nada mal para estar improvisada-dice Álex-. Está muy bien, así que ahora todos.

Pasamos la hora cocinando, cantando, y de vez en cuando peleando, pero he de decir, que son unos buenos chavales.
-Bueno, después de una hora cocinando, tenemos una comida. Tirad todos para arriba que hay que comer.
Cogemos toda la comida, y por las escaleras vamos cantando la alegre canción todos, como una gran familia. Hasta que llegamos arriba para comer y...

Diarios de una niña perdida. (Peter Pan ouat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora