Capítulo 10

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Jeon Jungkook

Ayer fui a la joyería porque Jennie compró unos anillos de pareja, lo cual me resultó extraño, ya que le dije que no usaríamos anillos hasta que mi divorcio fuese oficial.

Si mi suegro me ve con un anillo que no es el de nuestro matrimonio, comenzará a sospechar y podría dejarme sin nada. Además, lo último que quiero es que Gaeul se sienta aún peor de lo que ya se siente.

—Amorcito, ¿en qué piensas? —preguntó Jennie, quien al parecer ya se había despertado.

—Nada, cariño. Es tarde, debo ir a cambiarme —dije, levantándome de la cama.

—Está bien, nos vemos en la oficina —dijo Jennie, dándome un beso en los labios.

—Nos vemos, cariño.

Tomé mis cosas y me dirigí a casa. Cuando llegué, pude escuchar la música resonando desde el interior de la casa, inundando el ambiente y alcanzando incluso el exterior.

Entré y vi a Gaeul cantando mientras preparaba el desayuno.

—Lo que siento por ti es más que una simple atracción, es una palabra que comienza con "a" y le sigue la "m" —cantaba Gaeul alegremente, lo cual me pareció extraño, ya que hace menos de una semana estaba visiblemente triste.

—Gaeul, ¿estás bien? —pregunté mientras la observaba.

—Sí, Jeon. Es una hermosa mañana —respondió, sonriendo—¿quieres desayunar?

—Claro, pero primero me voy a cambiar y regreso —dije, subiendo las escaleras.

Me resultaba extraño verla tan feliz y animada de repente. ¿Estará enamorada? Me pregunté. Sin embargo, me costaba imaginar a Gaeul con alguien más, ya que era tímida y no solía salir mucho.

Una vez en el baño, me di una ducha para intentar despejar mi mente de todas estas preocupaciones, pero no podía dejar de pensar en quién podría ser la persona que intenta conquistar a mi esposa.

Terminé de vestirme y baje directamente a la cocina, donde Gaeul me sirvió el desayuno.

—Jeon, te noto un poco triste, ¿estás bien? —preguntó, preocupada.

—Sí, solo estoy teniendo algunos problemas con Jennie —respondí, aunque mi mente aún estaba llena de dudas sobre la felicidad repentina de Gaeul y quién podría ser el responsable.

—Si necesitas algún consejo, aquí estoy para ayudarte —ofreció, pasando su mano por mi espalda.

—Gracias, Gaeul —agradecí, mientras seguía comiendo.

Estaba concentrado en la comida cuando el celular de Gaeul comenzó a sonar. Vi que tenía varios mensajes, aunque no sabía quiénes eran.

—Es Dahyun —dijo, pero noté que su sonrisa era diferente.

Gaeul no suele sonreír de manera especial cuando recibe mensajes de su mejor amiga.

Yo seguí comiendo, pero recordé que tenía que cerrar algunos negocios en Busan durante el fin de semana.

—Gaeul, voy a volver esta noche para preparar mi maleta. Tengo un viaje de negocios a Busan este fin de semana —le informé.

—Está bien. Si necesitas ayuda con el equipaje, no dudes en decírmelo —dijo Gaeul, siempre dispuesta a apoyar.

—Estarás sola, ¿quieres que le diga a Dahyun que se quede aquí contigo? —propuse.

Gaeul rió suavemente. —Jeon, paso todos los días sola en esta casa. Estaré bien.

—Tienes razón. Si necesitas algo, llámame —dije antes de despedirme y salir de casa.

Subí a mi coche y me dirigí al trabajo. Una vez allí, me sumergí en mi oficina y comencé a revisar algunos documentos. Sin embargo, fui interrumpido por la entrada de Taehyung.

—Taehyung, no tenemos pendientes programados para hoy. ¿Por qué estás aquí? —pregunté, confundido.

—Somos amigos, ¿recuerdas? —respondió Taehyung, cruzándose de brazos.

—Mis disculpas, amigo. Ahora, ¿a qué se debe tu visita? —pregunté, intrigado.

Taehyung me miró seriamente. —Antes de que te enojes o me eches, prométeme que me escucharás sin prejuicios.

—Dime lo que sucedió, no me asustes —dije, preparándome para lo que venía.

—Ayer, después del almuerzo, creo que vi a tu esposa con otro hombre. Estaban tomados de la mano.

Una oleada de emociones recorrió mi cuerpo. Ahora entendía por qué Gaeul estaba tan feliz. Había alguien más en su vida.

Golpeé mi escritorio con frustración, asustando a Taehyung. Odiaba la sensación que me provocaba imaginar a Gaeul con otro hombre.

Nunca había tenido problemas de celos con ella, ya que siempre fui su mundo. Aunque varios hombres la habían pretendido antes, siempre les decía que tenía novio.

—Jeon Jungkook, sé sincero. ¿Sientes algo por ella, sí o no? —preguntó Taehyung.

—No lo sé. Algunos días la extraño mucho, y otros, creo que estamos mejor así —confesé, pasando mis manos por mi rostro, frustrado.

—Te deseo suerte, porque no creo que soportes ver a tu esposa con otro hombre —dijo Taehyung, dándome una palmadita en el hombro.

—Tranquilo, dijiste que no estás seguro. Tal vez no era ella —dije, intentando no aceptar la realidad.

—Bueno, tienes razón, pero déjame decirte que, aunque no los vi claramente, el hombre lucía muy apuesto. Aunque, claro, no tanto como tú —agregó, tratando de consolarme.

—Gracias por decírmelo, pero la próxima vez, preferiría no saberlo.

—Te recuerdo que el tiempo pasa rápido, y debes aceptar que ambos se van a separar —me recordó Taehyung.

Tenía razón, tenía que cumplir mi promesa de casarme con Jennie. Pero, al menos en este último año que me queda junto a Gaeul, quiero sentir que su amor es solo para mí. No estaba dispuesto a compartirla con nadie más.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora