Capítulo 35

81 13 0
                                    

Kim Seokjin

Termino unos pendientes en mi oficina y miro el reloj; me doy cuenta de que ya es algo tarde. Nuestra cena con Sohyun es esta noche, y realmente espero que todo salga bien para que finalmente me deje en paz.

Me apuro, recojo mis cosas y salgo del hotel en dirección a mi departamento. Al llegar, me doy una ducha rápida, dejando que el agua caliente alivie un poco la tensión del día. Luego, escojo un traje negro, con una camisa blanca y una corbata azul marino.

Después de alistarme para la cena, decido verificar si Gaeul está preparada. Con un ligero nerviosismo, envío un mensaje:

Hermosa, ¿estás lista?

Pasaron dos minutos antes de que su respuesta llegara:

Sí, puedes pasar por mí por favor. No te preocupes, Jungkook acaba de salir a una cena de negocios, así que no está en casa.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro al leer su mensaje. Esto significa que puedo pasar por ella sin temor a ser descubierto por su esposo. Respondo rápidamente:

Está bien, pasaré por tí en unos minutos

Con la certeza de que todo está en orden, salgo de mi departamento y me dirijo a la casa de Gaeul. En pocos minutos, llego a su puerta y toco el timbre.

Cuando la puerta se abre, Gaeul aparece frente a mí, radiante como siempre. Su cabello suelto cae sobre sus hombros, y su vestido negro realza sus curvas de manera exquisita.

—¿Sabes que eres la mujer más hermosa que han visto mis ojos? —le dije, con una sonrisa, mientras contemplaba su belleza.

—Gracias, Jin —respondió Gaeul, algo sonrojada ante mi comentario—. Ahora vamos, se hace tarde.

Llegamos al restaurante y estaciono el auto. Al salir, me aseguro de ayudar a Gaeul, sabiendo que los tacones podrían ser un problema.

—Vamos —digo, ofreciéndole mi brazo, y ella lo toma sin dudarlo.

Nos dirigimos hacia la mesa donde Sohyun nos espera, saludándola con una sonrisa mientras nos acomodamos junto a ella.

—Hola, Sohyun, ella es mi novia, Gaeul —le digo a Sohyun con una sonrisa, presentando a Gaeul.

—Mucho gusto en conocerte —responde Gaeul con una media sonrisa.

—Pero ya te conozco, querida —interviene Sohyun con un tono algo irónico—. Llegaste a la puerta de Jin, derramando lágrimas.

—Sí, es que ese día estaba dispuesta a confesarle mis sentimientos a Jin, y cuando te vi, pensé que él no sentía lo mismo por mí —dice Gaeul, buscando una explicación.

—Sí, pero después hablé con ella y le dije que yo sentía lo mismo. Desde entonces, estamos juntos —añado, tomando la mano de Gaeul como un gesto de complicidad.

—Qué bueno que no te creíste el cuento de que nos íbamos a casar, porque sino no estarían juntos ahora —comenta Sohyun con una sonrisa burlona.

—Yo me encargué de explicarle todo —añado, intentando relajar el ambiente—. Que ella es la única mujer que me gusta y con la que quiero estar.

—Amor, eres tan dulce, por eso me enamoré de ti —dice Gaeul con ternura, y aunque sé que está fingiendo, siento una oleada de emoción en mi pecho.

Después, el mesero se acercó a nuestra mesa y tomó nuestra orden, así que continuamos charlando hasta que llegó la comida.

—Gaeul, no sé si Jin te lo ha contado, pero el departamento en el que vive, lo elegimos juntos —comenta Sohyun—. Pensábamos mudarnos ahí después de casarnos.

—Tiene una vista genial por la noche, especialmente desde la habitación de Jin —añade Gaeul, y noto cómo Sohyun frunce el ceño.

—¿Has pasado la noche allí? —pregunta Sohyun, con curiosidad mezclada con un toque de desaprobación.

—Amor, ¿cuántas veces han sido? —me pregunta Gaeul, con una mirada cómplice.

—Creo que un par de veces —respondo, aunque lo que Sohyun no sabe es que nunca hemos compartido la misma cama, solo el mismo techo.

El mesero trajo nuestra comida, y por un momento, el silencio se apoderó de la mesa. De repente, Gaeul comenzó a atragantarse, y cuando la ayudé, noté que Jungkook acababa de entrar al restaurante, acompañado de su socio de negocios.

—¿Sucede algo? —preguntó Sohyun, notando la tensión en el ambiente y dirigiendo su mirada hacia Gaeul y luego hacia mí.

—No, nada serio, solo creo que Gaeul no se siente del todo bien —añadí, tratando de minimizar la situación y encontrar una excusa para finalizar la cita antes de que Jungkook nos viera.

—Por favor, están buscando una excusa para irse lo antes posible, porque es claro que los dos se sienten incómodos —dice Sohyun, con evidente molestia—. Solo admitan que están fingiendo y que no son nada.

—Claro que no estamos fingiendo —respondo, intentando ocultar la verdad—.Yo amo a Gaeul.

—Cuando éramos novios, no podías quitarme las manos de encima, incluso en público —continúa Sohyun, recordando—. Esta noche no los he visto ni darse un beso.

De repente, vemos que Jungkook decide moverse de mesa e iba a pasar por donde estamos. No sabemos qué hacer, hasta que nos damos cuenta de que si Gaeul gira a su izquierda, él no podrá ver su rostro.

Así que, sin pensarlo demasiado, reacciono y la tomo del rostro para besarla, asegurándome de que Jungkook no pueda verla. Al principio, ella no me corresponde, pero luego comienza a mover sus labios con los míos.

Nos sumergimos en ese momento, olvidando todo lo demás: Sohyun, Jungkook, el resto del mundo. Solo nos dejamos llevar por esa maravillosa conexión que estamos sintiendo, como si nuestros corazones se hubieran sincronizado por un instante.

Cualquiera que nos viera pensaría que somos una pareja muy enamorada. Pero ¿qué pasaría si no estamos fingiendo y realmente podemos tener algo más que una amistad?

—Lo siento, pero mi novia y yo tenemos otros planes esta noche —digo, tomando la mano de Gaeul—. No te preocupes, yo pagaré la cuenta.

Pagamos la cuenta y salimos del restaurante sin que Jungkook la vea. Nos subimos al auto y soltamos un suspiro de alivio mientras nos alejamos del lugar.

—Jin, no sé qué hubiera hecho si nos veían. El socio que está con él es el mejor amigo de mi papá —confiesa Gaeul.

—Lo sé, por eso quiero que el día del divorcio llegue, porque ya no quiero amarte solo a escondidas.

—No sé qué decir, ¿estás seguro de que puedes esperar a que me divorcie? —pregunta, y yo asiento.

—Sé que ese beso no fue fingido, tú realmente aún sientes algo por mí —digo, y ella sonríe.

—No lo niego, pero me dejé llevar. Esto no es correcto, acabo de terminar mi relación con Jungkook hace un día —dice, pasándose la mano por el rostro.

—No te sientas culpable, solo hicimos lo que nuestros corazones querían, y además fue una emergencia.

—Tienes razón, gracias Jin.

Enciendo el auto y decido llevarla directamente a su hogar. Durante el camino, ella permanece en silencio. Cuando el semáforo se pone en rojo, me doy cuenta de que está dormida, así que simplemente acaricio su cabello.

No puedo negarlo, estoy realmente enamorado de ella.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora