Capítulo 27

171 12 3
                                    

Kim Seokjin

Me levanté en la mañana, emocionado por la idea de volver a verla. A pesar de su actitud distante, no puedo evitar amarla con cada fibra de mi ser.

Hoy tengo planeado llevarla a conocer los hoteles de mi padre para el proyecto. Seremos solo ella y yo, sin Jungkook supervisandonos a cada momento. Tomé las llaves del auto y me dirigí a la casa de Gaeul.

Al llegar, toqué el timbre con anticipación, lleno de entusiasmo. Sin embargo, al abrir la puerta, me encontré con Jungkook.

—Seokjin, pasa —dijo con una sonrisa forzada.

—Hoy llevaré a tu esposa a una inspección de los hoteles de mi padre —expliqué, intentando mantener la formalidad.

—Lo sé, de lo contrario sería extraño que vinieras a buscar a mi mujer por la mañana —respondió, sin tener idea de que días atrás, solía pasar por su esposa después de que él saliera a trabajar.

—Nuestra relación es meramente profesional —mentí, tratando de disimular mis verdaderos sentimientos.

—He notado cómo la mira, y no puedo culparlo. Gaeul es extraordinariamente hermosa —dijo Jungkook, esbozando una sonrisa —pero ten en cuenta, Seokjin, que ella es solo mía.

—Eres un esposo celoso. Pero no es de extrañar, debes amarla mucho, ¿verdad? —pregunté, intentando sonar amigable.

—Ella es la única mujer en mi vida —afirmó, pero sus palabras estaban llenas de mentiras y egoísmo.

—Ya estoy lista —Gaeul apareció lista para partir, luciendo una blusa rosa y un traje formal.

—Te ves preciosa, bunny —Jungkook la elogió y le dio un beso en la mejilla.

—Gracias, amor —respondió a su esposo con cariño y luego me saludó con una cálida sonrisa—. Buenos días, Seokjin. Vamos, nos deben estar esperando.

—Si nos disculpa, nos retiramos, señor Jeon —me dirigí a él de manera formal.

Nos subimos a mi auto y, mientras conducía, no pude evitar mirarla y regalarle una sonrisa. Mi emoción es evidente; por fin, tengo la oportunidad de pasar un momento a solas con ella.

—Es extraño comportarse tan formal contigo —comenté, deseando que no hubiera distancia entre nosotros.

—Lo siento, Jin. Debemos actuar así por Jungkook. Tenemos que simular que apenas nos conocemos —explicó, pasando su mano por mi brazo.

—Te ves tan hermosa como siempre. Si no fuera por él, te besaría como lo hicimos aquella vez —confesé, recordando el apasionado beso que compartimos.

—Jin, no está bien. Debes olvidar todo lo que vivimos. No planeo apartarme de mi esposo, especialmente ahora que estamos tan bien —respondió ella con pesar en su voz.

—La diferencia entre él y yo es que mis sentimientos por ti no cambiarán —aseguré, tomando sus manos con firmeza—. No deseo a nadie más, solo a ti.

—¿Estás seguro de eso? —preguntó, sus ojos reflejando una mezcla de tristeza y deseo.

—Sí, tú eres la indicada para mí, y no tengo dudas al respecto —aseguré, regalándole un suave beso en la mejilla.

—Jin, yo... —trató de hablar, pero la interrumpí.

—Lo sé. Tú lo amas a él, pero eso puede cambiar. Como te dije antes, no pienso rendirme. —Arranqué el auto y continuamos nuestro viaje.

Nuestro trayecto transcurrió en silencio, disfrutando de la paz del momento. Pero de repente, la radio empezó a reproducir la canción favorita de Gaeul. No pudo resistir la tentación y comenzó a cantarla, sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor. Aunque su voz no era perfecta, para mí sonaba increíblemente melodiosa, porque provenía de la mujer que había conquistado mi corazón.

—No me importa si desafinas un poco. Lo que realmente me importa es verte feliz —comenté, tratando de aliviar su vergüenza.

—Jin, me sonrojas —respondió, escondiendo su rostro con las manos.

—Me encanta verte así —dije, sonriendo. La amaba en cada uno de sus matices y facetas.

Poco después, llegamos a nuestro destino. Estacioné el auto y nos dirigimos al hotel, donde mi secretario, Min Yoongi, nos recibió.

—Gaeul, él es mi secretario, Min Yoongi. Nos acompañará durante el día —expliqué.

—Mucho gusto conocerla, señora Kang. Mi jefe ha mencionado mucho sobre usted —dijo Yoongi, pero notando mi mirada reprobatoria, corrigió apresuradamente—, quiero decir, ha comentado acerca del proyecto en el que están trabajando juntos.

—Un placer conocerte también, señor Min —Gaeul respondió, estrechándole la mano.

—Te mostraré las instalaciones —dije, llevándola a la recepción.

Recorrí con ella cada rincón del hotel, desde el primer piso hasta la terraza con la piscina al aire libre.

—Nunca imaginé que este hotel fuese tan grande. Podría perderme aquí fácilmente —admitió Gaeul.

—Entonces, ¿realmente crees que nuestros hoteles necesitan su tecnología? —dije, mirándola con interés.

—Claro, todos los sistemas deben actualizarse a uno más sofisticado y eficiente. Tomé algunas notas, así que mañana tendremos una reunión para discutirlo más a fondo —explicó Gaeul con entusiasmo.

—Creo que es importante centrarnos en el mecanismo de las puertas que requieren credenciales para acceder —mencionó Yoongi, mostrando su preocupación por los detalles.

—Buen punto, definitivamente lo tendré en cuenta —asintió Gaeul mientras anotaba la sugerencia en su celular.

—Muy bien, jefe, yo me adelantaré a la oficina, que está solo dos pisos más abajo —dijo Yoongi y comenzó a bajar las escaleras.

—¿Qué te pareció? —pregunté a Gaeul, buscando su opinión.

—Todo está muy bien organizado, me sorprende. —Sonreí y tomé su mano.

—Y todo esto puede ser tuyo, solo tienes que convertirte en mi esposa —le propuse con un toque de diversión.

Gaeul soltó una risita y preguntó, juguetonamente:

—¿Me está sobornando, señor Kim?

—Solo es una propuesta preciosa —respondí mientras comenzábamos a caminar hacia el elevador—Vamos, te llevaré a conocer mi restaurante.

Entramos al ascensor con expectativas altas, pero la emoción se desvaneció cuando, segundos después, el elevador se detuvo entre los pisos catorce y quince.

—No me digas que... —Gaeul parecía asustada.

—Así es, estamos atrapados, pero no te preocupes, la alarma ya sonó y vendrán por nosotros pronto —intenté calmarla.

Sin embargo, en ese momento, no pude evitar pensar que este inesperado contratiempo podría ser la oportunidad perfecta para pasar más tiempo a solas con Gaeul. No me imaginé que esto iba a suceder, pero quizás no era tan malo después de todo.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora