Capítulo 16

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Jeon Jungkook

Me levanté en la mañana, y mi cabeza latía con fuerza, recordándome por qué solía evitar el alcohol. Esta resaca era la consecuencia de una noche en la que había intentado ahogar mis penas en botellas de soju. Pero no lo hice por encontrarme a Jennie con otro hombre, sino porque me había dado cuenta de lo estúpido que había sido, de cómo había arruinado mi matrimonio con la única mujer a la que le había entregado mi corazón.

Jennie y yo, nunca nos habíamos dicho "te amo". Con ella, siempre había deseado su felicidad, cumpliendo el último deseo de su madre. Pero en mi interior, ese amor solo le pertenecía a Gaeul.

Cuando finalmente me animé a salir de la cama, esperaba encontrar a Gaeul a mi lado. Me quedé en silencio durante un momento, sintiendo que algo no estaba bien. Ella no está aquí.

Después de una ducha y de ponerme una camiseta y pantalones deportivos, decidí que no iría a la oficina hoy. Bajé las escaleras y me golpeó el aroma delicioso que inundaba la cocina. Al llegar, me topé con la encantadora visión de Gaeul preparando el desayuno.

—Buenos días, mi amor —la abracé por detrás y le di un beso en la mejilla.

Sin embargo, su respuesta me heló el corazón.

—Jeon, ¿qué estás haciendo? —su voz era tan fría como el hielo.

—¿Ya no puedo ser cariñoso contigo? —pregunté, confundido por su actitud.

—No puedes. ¿Recuerdas cómo me alejaste de ti? —dijo, sin un ápice de emoción en sus palabras.

Mis intentos de acercarme a ella fueron en vano.

—No te pongas así, te necesito —dije, abrazándola con determinación.

Ella no cedió, y me rechazó.

—Bunny... —intenté suavizar mi voz, pero ella me fulminó con la mirada.

—Hablaremos después de desayunar, ahora siéntate —ordenó, sirviendo la comida.

Mientras comía el delicioso omelet que había preparado, mi inseguridad se hizo presente.

—Gaeul, ¿quién te enseñó a cocinar? —pregunté, incapaz de ocultar mis celos.

—Tomé clases de cocina. No tiene nada que ver contigo —respondió, tratando de aliviar mi preocupación.

Me sentí aliviado al escuchar su explicación.

—¿Lo hiciste por mí? —pregunté, buscando una respuesta que me diera seguridad.

—No, lo hice para superarme. Además, ya era suficiente que me detestaras. Al menos quería que mi comida te gustara —confesó, dejando en claro sus intenciones.

Mis celos se disiparon, y me sentí avergonzado.

—Lo lamento, mi amor. No volverá a pasar —dije, extendiendo mi mano para tocar la suya sobre la mesa.

Sin embargo, retiró su mano y me miró con firmeza.

—Jeon, no me digas así —me reprendió.

Tras terminar el desayuno, ayudé a recoger la mesa, y después nos dirigimos a la sala para hablar.

—Jeon, ¿por qué estás haciendo esto? —preguntó, su voz aún cargada de molestia.

—Lo hago porque me he dado cuenta de que nunca debí haber arruinado nuestro matrimonio —confesé, buscando su mirada con desesperación.

—Si peleaste con Jennie, ve a resolverlo con ella —dijo, y estaba a punto de levantarse.

—No pienso volver con ella. Algo sucedió ayer —rectifiqué y la hice sentarse nuevamente.

Flashback

Cuando escuché un ruido procedente de la habitación de Jennie, me acerqué sigilosamente a la puerta entreabierta, intrigado por lo que estaba ocurriendo. Las voces llegaron a mis oídos:

—Jennie, estos anillos simbolizan nuestro amor. A pesar de nuestra relación a distancia, nada ha logrado separarnos —dijo un hombre.

—Amor, eres la persona más importante en mi vida. Nada nos separará jamás —respondió Jennie.

—Kim Jennie, ¿quieres casarte conmigo? —preguntó el hombre.

—Sí, quiero, mi amor —contestó Jennie.

Después de esas palabras, se produjo un silencio momentáneo. Estuve a punto de retirarme, pero entonces escuché:

—Hazme tuya, cariño —dijo Jennie, y decidí mirar discretamente a través del lado de la puerta que estaba entreabierta.

Ví como aquel hombre se colocó encima de Jennie y empezó a besarle el cuello, mientras le quitaba la ropa.

Salí de la habitación furioso, arrojé el ramo de rosas a la basura y me dirigí a un bar para ahogar mis penas en alcohol.

Fin del flashback.

—Lo siento, pero no puedes simplemente decirme que te engañaron y esperar volver conmigo —dijo enojada.

—No estoy pidiendo que todo vuelva a la normalidad de la noche a la mañana, Gaeul. Pero debes comprender que eres mi esposa, y aún te amo —dije, mirándola profundamente a los ojos.

Ella pareció dudar por un momento, mientras yo dirigía mi mirada hacia la ventana, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Finalmente, decidí continuar hablando.

—Amor... —ella me interrumpió.

—No sabes cuánto tiempo esperé a que me dijeras que me amas y que quieres estar conmigo. Dos años, en los que lo único que deseaba era el amor de mi esposo —dijo, lágrimas llenando sus ojos.

Traté de abrazarla, pero ella rechazó mis avances.

—No lo sabes, Jeon. No sabes lo que es sentir el desprecio de la persona a la que amas —añadió, las lágrimas rodando por sus mejillas.

—Gaeul, es por eso que quiero salvar nuestro matrimonio. No quiero dejarte sola nunca más —dije, también con lágrimas en mis ojos—Lo siento tanto. Me odio en este momento, por no haberme dado cuenta del daño que te hice.

Ella bajó la mirada, sin responder.

—No, Jeon, nuestro matrimonio se ha terminado —dijo finalmente, y mi mundo se desmoronó.

—Sé que conociste a alguien más, y por eso dices esto —dije desesperado—Pero él no te conoce como yo. Tú eres mi esposa, solo mía.

—¿Qué pasa si no funciona? —preguntó— ¿Qué harás si Jennie decide que quiere estar contigo?

—No volverá a pasar, porque a partir de ahora, soy solo tuyo, tu esposo —dije, poniendo su mano sobre mi pecho, donde late mi corazón.

Ella pareció titubear, y finalmente, nuestras manos se unieron.

—Está bien, pero esta es la última oportunidad que le doy a este matrimonio —dijo, y mi corazón se llenó de esperanza.

—A partir de ahora, no importará lo que hayamos hecho antes —dije, tomando sus manos—Porque hoy, Kang Gaeul y Jeon Jungkook, han decidido darle una nueva oportunidad a su matrimonio.

Nos abrazamos, y aunque ella parecía triste, su aceptación llenó mi corazón de alegría. No importa quién sea ese hombre del que Gaeul se haya enamorado, no permitiría que arruinara nuestro matrimonio. Ahora teníamos una oportunidad para sanar nuestras heridas y volver a ser una pareja feliz.

The one ||Jeon Jungkook y Kim Seokjin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora