Capítulo 13

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Son

Observo detenidamente el rostro inexpresivo que ha puesto Amber ante mi respuesta. Se lo que está pensando. Que si quiere ser madre va a ser complicado conmigo.

Me da miedo que me deje por esta razón. Pienso en todo ello mientras llegamos a la cabaña. Amber no ha dicho nada en todo el camino lo que hace que me preocupe mas aun.

—¿Vamos a hacer la comida? —pregunta cambiando un poco la cara.

Asiento y voy directo a la cocina.

—Te voy a preparar mi plato estrella —dice con tono gracioso.

Parece que se le ha pasado lo de tener hijos aunque no se si es bueno que lo haya dejado en el aire.

Saco mi móvil  y enciendo la cámara para grabarla, parece la cocinera de un programa de televisión.

Empiezo a grabarla y le empieza a dar la risa.

—El secreto para unos buenos aros de cebolla es dejarlos un rato en agua para que después no piquen mucho.

No dejo de grabarla ni un segundo. Me parece super guapa y muy carismática como se deja grabar. Es super adorable.

—Después lo que hay que hacer es rebozar los aros con harina, huevo y pan rallado.

La escucho atento y asiento con el rostro.

De repente la melodía del móvil suena en mi bolsillo. Lo saco y desconozco el número.

—No se quien es. Voy a cogerlo —le declaro mientras salgo de la cocina.

—¿Son Best? —me declara una voz nunca antes escuchada.

Me entra el pánico y me temo lo peor.

—Si, soy yo.

No la estoy viendo pero siento la mirada de Amber al lado de la puerta de la cocina.

—Mira le llamaba porque hemos recibido su curriculum en el restaurante.

—¿Es en Phoenix?

—Si, en el centro. Tenemos una vacante de camarero para cubrir a partir del uno de septiembre. ¿Podemos contar con usted?

—Si, pero ¿cuánto me van a pagar?

—Bueno, depende... ¿Cuánto está dispuesto a trabajar? Aquí pagamos quince dólares la hora además de estar dado de alta. ¿Le interesa?

—Sí, por supuesto. Cuente conmigo.

—Genial, le pasaré por correo toda la información que necesitas saber y lo que yo necesito. Bienvenido al equipo señor Best.

Enseguida me guardo el teléfono y voy corriendo a la cocina para darle la buena noticia a Amber.

Pero no está dentro y comienzo a buscarla por toda la casa hasta que llego a la habitación. Está sentada en la cama con la mirada perdida. Parece que está apunto de reventar pero permanece callada.

—Yo pensé que te vendrías conmigo a San Francisco.

—¿Y porque creias eso?

—Porque pensé que no encontrarías trabajo.

No pensé que Amber tuviera esta idea pero lo que más me ha dolido es que pensara que no sería capaz de encontrar trabajo. Eso es lo que creo que más me ha dolido.

—Eres egoísta.

Me duele tener que decírselo así y más el día de su cumpleaños.

—¿Egoísta? tú te vas a Phoenix y yo a San Francisco. Vamos a estar separados por quince horas. Va a ser complicado por no decir imposible vernos.

—Pero son nuestros futuros y creo que ninguno debería de renunciar a ello por nadie —añado con los ojos inyectados en sangre.

—Si hay una persona que es egoísta esa eres tú que sin preguntarme ya has decidido que no quieres tener hijos.

—Porque no quiero ¿por eso querías follar? ¿para quedarte embarazada?

—No te reconozco Son —baja la mirada y da la sensación que está a punto de llorar.

—Me marcho —declaro a los cuatro vientos.

No puedo seguir dentro de estas cuatro paredes.

—¿Y ya está?¿aquí se acaba todo?

Me detengo en la puerta. No sabía que estaba detrás de mí.

—Tu lo has dejado bastante claro. Que querías que me fuera contigo porque sino lo nuestro no iba a funcionar.

Le dejo con la palabra en la boca. Me voy con lo puesto. No tengo ganas de seguir escuchándola mientras me llevo el pantalón y la camiseta de la maleta.

Ando unos metros y compruebo que no me sigue. No me esperaba que tuviese ese pensamiento. Yo pense que encontrando trabajo el lado de la universidad se iba a alegrar por mi pero todo lo contrario.

Más bien ha sido una decepción. Lo que ha dejado bastante claro como es Amber en verdad.

Me voy y contra antes lo hago antes dejo esta vida aqui.

Todas mis razones para estar junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora