Capítulo 36

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Amber

La alarma de Son suena a tope y resuena por toda la habitación pero ni se inmuta. Está con la boca abierta durmiendo profundamente. La apago y lo dejo descansar. Aprovecho para vestirme y colocarme el pelo.

Busco en mi maleta unas horquillas que recuerdo haberme echado encima. Se que Son tiene una melena que le toca el suelo pero se que no tiene.

Aunque siendo sinceros pese a no tener un pelo muy largo estaría graciosa con unas horquillas. Empiezo a reírme yo sola. Creo que tengo sueño acumulado porque antes de ayer no descansé nada y esta noche hasta tarde no pude coger el sueño. Debería quedarme aquí descansando mucho más tiempo sola y si me voy con Son a la universidad puedo aprovechar y estudiar en la cafetería o en la biblioteca y ya de paso tenerlo más cerca.

A este chico no le viene bien estar solo, está completamente desordenado y sucio. Entiendo también que no tenga mucho tiempo libre con todo lo que lleva encima y no lo culpo. Pero está claro que yo no tendría esta habitación así.

Con la ropa en el armario sin doblar, la mesa de los estudios llena de trastos y los muebles con polvo. Decido dejar de lado mi faceta de limpiadora profesional e ir a despertar a la gabisela.

-Buenos días -le digo musitando al oído para no despertarlo bruscamente.

-Buenos días -añade devolviendome el cumplido mientras se aparta el pelo de la cara.

Al final no sería mala idea ponerle horquillas.

-¿Cómo te fue anoche en el trabajo? -me supo fatal no esperarla despierta pero el sueño pudo conmigo.

-Bien, no hubo mucho trabajo pero me tocó salir tarde, ya sabes como es la gente -me espeta mientras comienza a ponerse de pie.

Lo hace tranquilamente supongo para que no se mareé.

-Venga que te invito a desayunar en la cafetería de la universidad.

Sus palabras me revuelven el estómago y me entra el hambre enseguida.

-Genial, porque me rugen las tripas.

-Así de paso ves a Tatiana que me pregunta siempre por ti.

Había olvidado que ella se había mudado aquí, si esta ella seguro que esta todo bueno.

-¿Podemos ir en autobús? -no tengo muchas ganas de ir con Amanda.

-Está bien, lo que tu quieras -se perfectamente que no se puede resistir a mi y no me puede decir que no.

Son va rápidamente al baño. Creo que se está meando desde que era pequeño.

Aprovecho mientras tanto para enviarle un mensaje a Eli y saber como esta y como va con la búsqueda del nuevo apartamento. Después le envio otro a Mery para interesarse de cómo lleva el embarazo.

Es increíble cómo ha cambiado mi vida en cuestión de un año.

No parece la misma ni busco que lo sea. Pero la realidad es que ahora tengo muchos problemas y muchos frentes abiertos.

-¿Nos vamos? -aparece Son apoyando ambos brazos encima del marco de la puerta. Algo que provoca que se vuelva más sexi.

Yo simplemente asiento con el rostro como si me hubiese comido la lengua un gato.

Yo me preparo una mochila con el portátil, el cargador y unos cuantos apuntes que veo imprescindibles para estudiar. Se que no tengo la cabeza ahora para nada semejante pero ya llevo bastantes horas perdidas y si no quiero que se me echen los exámenes encima me tengo que poner al día. Salimos al pasillo y Amanda hace lo mismo.

Todas mis razones para estar junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora