Capítulo 17

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Amber

"Entro en mi apartamento, parece que está vacío. Tengo que ir a mi habitación a por el cargador del móvil. Abro la puerta, está Son en la cama tumbado. Al lado suyo hay una chica y no paran de darse besos.

-Te lo quería explicar.

Los dos comienzan a reírse pero no puedo moverme. Tengo los pies pegados al suelo"

Enseguida me levanto de la cama empapada en sudor. Miro a mi alrededor y todo esta normal pero estoy más enfadada aún con Son. Era tan real.

¿Y si está pasando eso de verdad?

No quiero pensarlo. Me levanto y me voy a la cocina a desayunar. Eli ya está sentada tomándose un café.

-Buenos días -declaro a duras penas y sin intención de entablar una conversación.

-¿Qué te pasa? Que te has despertado con el moño "virao".

-Que me he despertado ¿como? -me está costando más de lo que pensaba pillar a esta chica.

-Que te has despertado con el pie izquierdo -se explica.

-Ah sí, es que he tenido un mal sueño -me toco la cabeza como si tuviera resaca.

Eli se marcha a trabajar y yo me quedo terminando el desayuno. Después me marcho a mi cuarto a vestirme.

Hoy voy a empezar a sacarme el carnet. Necesito un coche para poder ir más rápido a los sitios. No puedo desplazarme siempre andando o en autobús.

Estoy algo nerviosa porque nunca he manejado un vehículo. Aunque se que hoy no voy a conducir no creo que tarde mucho en sacarme el examen.

Me pongo un pantalón cómodo corto y una camiseta. Hace bastante calor hoy. Voy directamente a la autoescuela, por suerte no está muy lejos de mi apartamento.

Voy mirando esta preciosa ciudad con sus enormes edificios.

De repente una persona en patinete se abalanza sobre mí sin llegar a esquivarlo provocando que me caiga al suelo.

-Pero ¿se puede saber por dónde vas?

Esto me recuerda a una escena de Luces y Sombras cuando la protagonista se choca con el chico que meses más tarde le iba a cambiar la vida.

Cuando alzo la vista me doy cuenta que es el camarero cretino que nos atendió antes de irnos a Valley City.

-Hombre si es la simpática de la maleta.

-Y tú el imbécil que no nos dejo comer -digo tratando de levantarme del suelo.

-Es que solo a vosotros se os ocurre ir a comer con las maletas. Estuvieron a punto de echarme -dice con tono de enfado.

-Te tenían que haber echado.

Me da igual lo que piense de mi. Fue muy irrespetuoso con nosotros.

-¿Y dónde está tu novio faldero?

Porque todo el mundo piensa lo mismo de él.

-Lo hemos dejado -le miento.

Pero... ¿No es la verdad?

-Vaya que pena.

-¿Pena porque?

-Por nada. A ver quien te va aguantar.

-¿Perdón?

Nunca he conocido a una persona tan creída e impertinente. Se está pasando y mucho.

-¿Tienes algo? que me tengo que marchar.

Me miro de arriba a abajo. Tengo unos rasguños en los brazos.

-No, y si lo tuviera no te pediría ayuda.

-Bueno entonces me marcho que se como termina esto.

-¿Y como termina? -decido intervenir.

-En la cama y tú enamorándome de mi.

-Eso es lo que te gustaría a ti -le reconozco mientras cruzo los brazos en señal de disconformidad.

-No, la verdad es que no me gustas.

-Ni tu a mi.

No doy crédito ante su insinuación.

-Es más, salir contigo es lo último que haría en este mundo.

-Eso es porque no me conoces -dice mientras me guiña el ojo lo que provoca que esta discusión sea aún más estúpida.

-Bueno yo me voy -decido terminar esta conversación que desde hace un rato no tiene ni pies ni cabeza.

-Te vas porque sabes que al final caerás -declara en voz alta para pero yo no le hago caso.

Ya llego tarde a mi primer día en la autoescuela.

Menudo creído, se cree que esta bueno o algo asi.

Todas mis razones para estar junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora