Malak

"Aquí empieza todo"

Mi nombre es Malak y tengo 18, vengo de una familia muy conocida de estambul y hoy estoy apunto de hacer algo que nunca pensé en hacer, algo que solo de pensarlo me daba miedo pero no quería seguir viviendo con ese miedo.

Hoy es mi gran día siendo una mujer independizada.

Valerme por mi misma.

Toda mi vida he estado viviendo en un mundo al que pinte de rosa.

Uno de hadas donde me quedé sentada esperando por mi príncipe azul, pero, cuando vi que nunca iba a llegar, cuando vi que no me iba a salvar nadie de esa oscuridad decidí levantarme y coger esa espada para hacerlo yo misma y desde entonces no he necesitado de nadie más que de Allah (swt)

El único en quien confío.

Se que todo va a cambiar en mi vida cuando entre en ese aeropuerto y cogí ese avión dirección a Londres y también sé que todo va a cambiar al bajarme de él.

Es un dia lluvioso, no un buen dia para muchos pero un dia increible para mi.

El amor que siento por la lluvia es algo indescriptible, sus gotas, el olor que desprende la tierra después de llover en un dia caluroso, su sonido, y no me importa para nada estar mojándome bajo ella en dirección a mi nuevo hogar.

Cuando llegué al edificio entró al ascensor para subir a mi planta.

Me miro al gigantesco espejo del ascensor cuando se cierra la puerta, miro mis ojos palidos de color verdesos, miro mi rostros palido, miro mis ojeras, mis labios palidos y temblando por el frio.

Esa soy yo.

No soy la mejor personas que puedes conocer pero tengo un pasado.

Dicen que las personas son tal como fueron tratados a lo largo de sus vidas.

Esa que estoy viendo en el espejo es la que la gente moldeo a su antojo y esa que va a salir de ahí va a ser la nueva yo.

Me rompieron (el corazon) en pedazos tan pequeños que pensé que no los podría volver a juntar nunca mas pero aun así los recoji con lágrimas entre mis ojos y se los entregue a mi señor, y el, el los junto.

Junto un corazón completo como si nunca se hubiera roto y le dio una esperanza de vida.

¡Por eso estoy aquí!.

¡Viviendo la vida que merezco!.

El ascensor se abre y salgo para dirigirme a mi puerta.

—Bismillah —digo al abrir la puerta y entrar.

Me quedo unos segundo en ella oliendo el lugar y huele a; limpio, vacío, triste, nostálgico.

Cierro la puerta y terminó de entrar, enciendo la luz que está en el pasillo que me lleva directo a un salón no muy amplio pero perfecto para mi y lo primero que hago es tumbarme en el sofa.

Estoy muy cansada y el silencio que siento se siente extraño porque no estoy acostumbrada ello.

Dirijo mi mirada a unas cortinas y veo que es un balcón.

Perfecto y con hermosas vistas.

De ahí puedo ver mucho de la ciudad y de noche es un lugar muy bonito de contemplar pero ya tendré tiempo de sobra para hacerlo.

In chaa Allah.

Cojo mi maleta que deje en medio del salón y busco una habitación.

Ella igual que el salón no es amplia pero tampoco pequeña.

Dejó la maleta a un lado de la cama y empiezo a sacar cosas.

No llevo mucho, solo un poco de ropa y otras cosas.