Algo estaba mal, Wanda se dió cuenta tan pronto ingresó al departamento. La puerta no estaba cerrada con llave cuando entró, lo cuál la extrañaba ya que Kate era extremadamente cuidadosa con éste tipo de cosas tomando en cuenta lo distraída que era Wanda, creyendo que podía dejar la puerta abierta en cualquier momento y podrían entrar a robar.
Natalia entró detrás de ella en silencio sin entender lo que ocurría.
— ¿Kate? — Wanda llamó. Pero nadie respondió.
Notó un paquete en la mesa de centro de la sala. Curiosa se sentó en el sofá en frente de él, preguntándose si habían encontrado a la persona que había robado el suyo. Natalia le siguió el paso e imitó su acción observando como Wanda abría el paquete que decía su nombre. Habían algunos documentos dentro, aparentemente no tan importantes pero pronto se dió cuenta Natalia del cambio de expresión de Wanda al leerlos.
Todos eran de la vida de Kendra Lehnsherr, matrimonio, relaciones personales, familia y trabajo. Kendra es una mujer jóven, al igual que lo era su madre tiempo atrás. Pero debía estar ahora en sus 40s.
Al ver el contenido del documento de inmediato el corazón de Wanda comenzó a acelerarse sin comprender qué hacía esa información allí.
— ¿Estás bien? — Natalia intervino al ver la reacción que había tenido a medida que avanzaba su lectura — Wanda, te ves pálida.
Su aliento se quedó atascado en su garganta. Negándose a ver más lanzó los papeles hacia dónde estaban antes y corrió a buscar a Kate en su habitación. Entró sin tocar la puerta y allí estaba ella, sentada en la cama.
Kate alzó la mirada al ver a Wanda entrar.
— Hey, ¿Y mi gelatina? — Kate preguntó actuando extraño.
Wanda la miró desconfiada.
— No la traje, surgió algo, la conseguiré luego. — dijo — ¿Qué era lo que estaba en la mesa?
Kate se incorporó.
— Los policías lograron recuperar una copia debido a que eran solo documentación. No dieron con la chica, en la cámara nunca se vió su rostro. — explicó.
Wanda le creía. Pero había algo en su reacción que la hacía dudar, probablemente era su instinto policial comenzando a desarrollarse. Kate rascó su brazo inconscientemente poniendo a Wanda de inmediato en alerta.
Se sentó en la cama con ella casi de inmediato acercando su rostro para ver las pupilas de los ojos de Kate.
— Kate. — dijo sin aliento. — ¿Qué hiciste?
La antes mencionada desvió la mirada, no estaba en sus estribos. Se le notaba. Sus pupilas estaban dilatadas y su compartimiento era inusual.
— Nada. — respondió en seco.
Wanda se levantó de la cama mostrando autoridad.
— ¿Cómo puedes hacerme esto a mí? ¡A mí! — levantó la voz. — ¡Voy a la universidad, te dejo sola y te encuentro drogada! ¿Cuanto haz consumido?
Kate se levantó para quedar a su altura. — "¿Cómo te estoy haciendo esto a tí?" ¿Dices? ¡Fuiste tú la que fué a un bar!
Wanda negó.
— No puedes culparme por esto, Kate. ¡Está mal, y lo sabes!
— ¡Esto al menos me hace sentirme bien, tú me impulsas a recaer siempre!, ¡una y otra vez! — le gritó.
Natalia ingresó de inmediato a la habitación al escuchar sus gritos. Sin querer interponerse, pero la discusión había subido de tono y tenía miedo por el resultado. Llegó colocándose de pie detrás de Wanda en forma precautoria.
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Perfectamente Roto. | Wandanat. ©
De Todo"Ella no buscaba la redención era sólo una adolescente con problemas de adicción. ¿Hasta dónde puede gobernar la ira de una mujer en busca de venganza?" Wanda Lehnsherr tenía trece años cuando murió su madre y se mudó de New York con su padre y sus...