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Sabía que no tenía que reclamarle, lo sabía muy bien pero los celos me estaban consumiendo.
—¿Qué hacías con Alondra?
—¿Quieres empezar a cuestionar cosas? Porque yo también tengo mucho que cuestionarte.
Lo mire molesta dejando a un lado el celular y cruzándome de brazos, solo quería que me explicara esa estúpida nota que estaba por todo internet.
—Solo dime si esa noticia es verdad o no.
—Claro que no es verdad Madelain—respondió de forma tajante haciéndome enojar más.—Tú sabes como son de amarillistas esas notas.
—De todas formas ¿qué hacías con ella?
Estábamos en la sala de mi casa discutiendo, por suerte mis papás no estaban y nadie estaba escuchando nuestra "pelea".
—La acompañe a comprar un regalo ¿si?—se puso de pie.—Además yo también tengo algo que preguntarte.
Se notaba molesto.
—¿Qué es?—pregunte aún de forma molesta.
—¿Qué hacías en el estadio el fin de semana pasado? Si se suponía que estarías viendo mi partido en la comida familiar que tenías y que por eso mismo no me acompañaste a Monterrey.
Los nervios me invadieron después de su reclamo ¿cómo se había enterado? Trataba de buscar alguna excusa para decirle pero nada pasaba por mi mente.
—A-acompañe a Sarah al partido del cruz azul.
—¿Y no pudiste decirme la verdad?—baje la mirada cuando se puso frente a mí.—¿Desde cuando me mientes Madelain?
Se hincó frente a mí tomándome del rostro para que lo viera, me miraba a los ojos haciéndome sentir demasiado culpable.
Quería llorar por lo que le estaba haciendo incluso pasó por mi mente decirle la verdad pero eso significaba el fin de nuestra relación.
Y eso era lo último que quería.
—¿No dirás nada?—volvió a ponerse de pie alejándose de mí.—Nos vemos después.
Me puse de pie siguiéndolo hasta la puerta, tome su mano impidiendo que saliera.
—¿A dónde vas?—pregunte asustada de que estuviera cansado de mí.
—A mi casa—suspiro soltándose y saliendo de mi casa.
Me quede de pie en la puerta viendo cómo se iba en su auto, sabiendo que nuestra relación se iba rompiendo de a poco y que todo era mi culpa.
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Emilio Lara.
No se en que momento había ocurrido todo lo que estaba pasando, solo recuerdo haber llegado a la fiesta que organizaron mis amigos y de un momento a otro estaba bailando con Alondra.
¿En que momento llegó? Ni idea. Tampoco tenía idea del porqué la habían invitado.
—Emilio ¿quieres ir por otra bebida?—preguntó en mi oído por la música fuerte.
—Si vamos.
Caminamos hacia la cocina para servirnos una nueva bebida, iba detrás de ella con mis manos en sus hombros para no perderla de vista.
Una vez teníamos nuestras bebidas, nos quedamos en la cocina hablando entre los dos con más tranquilidad.
—¿Y Madelain? Que raro que no esté contigo.
No pude evitar suspirar en cuanto escuche el nombre de mi novia, no me gustaba estar peleado con ella y mucho menos la distancia que empezábamos a tener.
—Tuvimos una pelea por el rumor de que creen que eres mi nueva novia.
Tome un gran trago viendo de reojo como Alondra sonreía por lo que había dicho.
—Se había tardado bastante en mostrar cómo es realmente.
La mire rápidamente con confusión.—¿A qué te refieres?
—Madelain siempre ha sido así en sus antiguas relaciones, muy celosa y posesiva.
Fruncí aún más el ceño, no entendía nada de lo que decía y mucho menos le creía. Mi relación con Madelain no tenía meses, llevábamos juntos dos años y definitivamente la conocía muy bien.
—¿Por qué dices eso?
—Porque la conozco, soy su amiga desde hace años mucho antes de que tú la conocieras.
Decidí cambiar de tema, no quería tener ideas erróneas de Madelain y tampoco le quería creer a Alondra.
—Oigan—Bruno entró a la cocina.—Vengan vamos a jugar a la botellita.
Salimos siguiendo a Bruno a una parte de la casa más alejada, donde estaban los más cercanos en amistad.
Me senté a lado de Alejandro mientras que Alondra se sentó frente mío a un lado de alguna de sus amigas, sinceramente no conocía a casi ninguna de las chicas y no me interesaba conocerlas.
—Ya saben cómo es el juego ¿no? Giramos la botella y a quienes apunten se tendrán que besar.
—¿Y los que tenemos pareja?—preguntó Israel haciéndome reír.
—Puede ser el beso o un shot lo que quieran.
Fui yo quien giro con fuerza la botella dejando que girara varias vueltas para hacer esto aún más emocionante pero no esperaba que fuera yo uno de los involucrados.
—Mierda—murmure cuando vi con quien me había tocado.
Los demás hicieron bulla viendo que la botella señalaba a Alondra y a mí.
Mi pensamiento al principio era sin duda tomar aquel shot antes que besarla.
Pero jamás creí que Alondra se acercara rápidamente a mí para besarme sin darme tiempo de negarme.
