Capítulo 6:
Jon Arryn se encontraba en su oficina privada en el Nido de Águilas cuándo apareció su Maestre, lívido y con una carta en sus manos.
El veterano Señor del Valle ignoró al hombre, claramente en pánico, y recogió la carta, leyéndola con atención, y a medida que avanzaba su ánimo empeoraba.
La carta era de Brynden Tully, El Pez Negro, Caballero de la Puerta. En ella el veterano caballero le informaba de la brutal emboscada que había sufrido, esa carta se sumaba a otra media docena, todas enviadas por hombres leales y capaces encargados de proteger a los habitantes del Valle de los ataques y saqueos de los Clanes de Las Montañas.
El incremento en los ataques era preocupante, sí, pero no era eso lo que había ensombrecido el ánimo de La Mano del Rey, al menos, no únicamente.
No, lo que realmente le preocupaba eran las conclusiones a las que Brynden Tully había llegado, conclusiones que él mismo compartía. Los Clanes ya se habían coaligado en varias ocasiones, pero nunca habían estado unidos realmente, y nunca habían sido capaces de juntar más de 15.000 guerreros que, armados pobremente y a pesar de su valor, brutalidad, tenacidad y habilidad, apenas habían sido una amenaza para los caballeros del Valle.
Pero ahora contaban con armaduras que ya no eran sólo cuero endurecido burdamente, sino verdaderas armaduras de varias capas de cuero, cotas de malla y escamas, armas de acero forjado y escudos de calidad. Algunos informes hablaban también de caballos de tamaño similar a los suyos y con protecciones de acero. Sus arcos siempre habían sido buenos, de tendón de ciervo y fresno, pero sus flechas nunca habían sido poco más que rudimentarias, de cuerpo recto pero nudoso, puntas irregulares y remeras ineficientes, apenas una amenaza para una cota de malla, mucho menos para una armadura completa. Pero hasta eso había cambiado, sus hombres relataban el uso en grandes cantidades durante las emboscadas de flechas de bumeran factura, con cuerpo recto cilíndrico, remeras cuidadosamente implementadas y punta de tipo bodkin, punta plana y punta plana con aletas.
Todo indicaba una sola posibilidad.
Los Clanes llevaban años preparándose para enfrentarse a los caballeros del Valle, y por primera vez en más de 300 años tenían una seria posibilidad de ganar. Puede que no fueran capaces de tomar sus castillos y fortalezas por asalto, aunque viendo el enorme crecimiento armamentístico y táctico que habían mostrado durante las emboscadas Jon Arryn ya no daba por seguro nada, pero si saqueaban El Valle con impunidad su propia gente no tardaría en volverse contra ellos, y acabarían encerrados en sus castillos sin estar debidamente preparados para un asedio.
No, aunque la posibilidad de que los hombres de los Clanes tuvieran la paciencia y disciplina para sitiar sus castillos era remota era más que suficiente para forzarlos a un enfrentamiento en campo abierto.
Y El Valle no era lo que era.
Habían sido, junto al Norte, los que más habían sufrido durante la Rebelión de Robert primero y posteriormente, la de los Greyjoy. Cuando antes Jon Arryn podía llamar a más de 40.000 hombres bien armados y entrenados, una de las mejores fuerzas de combate, especialmente de caballería, de Los Siete Reinos, ahora apenas podía llamar a unos 25.000, muchos de ellos jóvenes inexpertos que no habían visto combate. La cantidad de guerreros que todos los Clanes en su conjunto podían reunir era incierta, pero desde luego mayor que eso, posiblemente el doble.
Tendría que pedir a la corona hombres, pero habían tardado casi un año en agruparse en Lannisport para enfrentarse contra los Greyjoy, sin embargo, los Clanes estaban allí mismo, en sus tierras, y podían atacar en cualquier momento.
Aún así, lucharía.
"Llama a los abanderados". Ordenó, con voz de acero. Era el Señor del Valle, La Mano del Rey, Defensor del Valle y Guardián del Oriente. Cuándo tenía 11 años había acompañado a su padre como escudero en la Batalla del Puente del Aguastortas, cuándo Ser Duncan El Alto había matado en combate singular a Daemon III Fuegoscuro. Había liderado la carga junto a Ser Barristan El Bravo y Ser Tymott Nieve contra La Compañía Dorada en Los Peldaños de Piedra, comandado la Caballería rebelde en El Tridente y roto a los Hijos del Hierro. No caería sin luchar.
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Bastardo
Fanfiction"¡Soy el señor de Invernalia!" Exclamó como había hecho antes en cientos de ocasiones. Pero aquella vez, aquella vez, la respuesta de Robb fue muy diferente. "No puedes ser el señor de Invernalia, porque eres bastardo. Mi señora madre dice que...