Capítulo 6: "La fiesta II"

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—Estás viendo muchas películas, Lyn.

—Puede ser, pero piénsalo; Abigail se puso celosa de solo vernos cercanas, imagínate si le decimos que somos novias, así también sirve para que tu ex te deje en paz —lo pienso.

—¿Por qué necesitamos que Abigail se ponga celosa?

—No lo necesitamos, lo necesito yo.

—¿Por qué?

—Porque le gustas y necesito comprobar mi punto —asiento lentamente.

—Bien, hagámoslo —Marie toma mi mano y la estrecha—. Entonces, ¿ahora somos novias?

—Supongo que sí.

—¿Qué hacemos para que ella se de cuenta?

—No lo sé, pero de todos modos, ella cree que tenemos algo.

—¿Te lo dijo? —Alynn niega.

—No, pero lo sé.

[...]

Ya casi son las 2 de la mañana y tengo que llevar a Andrea a casa, pero no quiero dejar a Lyn sola.

Entramos a la casa hace como una hora porque nos dio frío, y desde entonces estamos en la pista bailando.

No he visto a Abigail desde que nos dejó en la cocina, pero creo que es mejor así.

—Mierda, mamá me está llamando —me dice Alynn y camina hacia el patio, yo la sigo. Se aleja de mí para hablar por teléfono, aún así logro escuchar algo de la conversación—. Me tengo que ir, mañana tengo que ir a casa de mis abuelos.

—Está bien. Nos vemos el lunes.

—Acompáñame a buscar a Abigail antes, iba a llevarla a su casa.

—Claro, vamos.

Alynn teclea en su teléfono, y me lleva hasta la cocina otra vez.

Veo a Abigail animosa hablando con un chico y una chica.

—Ya me voy, ¿vienes conmigo? —Le pregunta Alynn a Abigail, ella niega.

—Logan va a llevarme.

—Okay, nos vemos.

Se despiden y salimos de la casa. Al llegar al estacionamiento, Alynn besa mi mejilla y me dice:

—No olvides nuestro acuerdo.

—No. Tú tampoco lo olvides.

Se sube a su auto y se aleja de mí.

Me subo a mi auto yo también y desde ahí le envío un mensaje a Andrea diciéndole que ya deberíamos irnos, pero no responde. Le envío un segundo, tercero y cuarto mensaje y sigue sin responderme. Odio que siempre haga lo mismo.

Llamo a su teléfono y me responde, entre la música escucho su voz:

Dios, Lix, ya voy —me dice y cuelga.

Levantó mi vista de mi teléfono y veo la silueta de Abigail sobándose los brazos con el teléfono en la oreja.

Me bajo de mi auto y me acerco a ella.

—Hola.

—Brown —me dice y se limpia la mejilla rápidamente, está llorando.

—¿Qué sucede?

—¿Alynn ya se fue? —Asiento.

Entre café y otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora