Capítulo 5 "¿Bélica?"

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Llegamos al apartamento de los chicos y Junior hace una sugerencia, lo cuál me toma por sorpresa.

Bueno Bri, mañana tendremos que ir de nuevo al estudio y. —Se veía algo nervioso. —Los chicos y yo pensamos que sería buena idea que te quedes a dormir aquí, si tú quieres.

Era demasiado rara su propuesta, pero respondí..

Oh, bueno. ¿No les molesta?. —Pregunté intrigada.

No. —Responden los chicos al unísono.

Bien, acepto. Pero, ¿dónde dormiré? Y no tengo otra ropa. —Argumenté.

Puedes dormir en la habitación de Nata. —Dice Ovi para después beber del popote de su jugo con una sonrisa de complicidad.

Ahí está, eso es lo que quieren, eso es lo que él quiere.

Em, ¿No te incomoda?. —Pregunté volteando a ver a Rubén.

Para nada. —Responde en un tono relajado. y hasta podría jurar que le agrada la idea.

Perfecto, entonces duermes con Natanael y que él te preste algo para dormir. —Dice rápidamente Junior.

Después veo que los tres se dicen algo en forma de susurro y dicen..

Adiós. —Repiten al unísono para después subir corriendo las escaleras uno detrás del otro como niños chiquitos.

Yo sólo suelto una pequeña risa y Rubén me dice..

Vamos a mi habitación. —Dice tomándome de la mano mientras me guía por las escaleras hasta llegar a una habitación, bastante linda y ordenada.

Rubén de sienta en la cama, en la gran cama, quedando yo enfrente suyo, hasta que habla.

Por allá está mi armario, puedes tomar lo que quieras. —Dice sin apartar su mirada de mí.

Gracias, pero prefiero que tú me des la ropa. —Respondo.

Él suelta una risita coqueta y me dice "como prefieras", se pone de pie y va a su gigante closet, fácilmente podría ser otra habitación. Yo espero sentada en la cama y lo veo salir con un hoodie "supreme" y un pants gris.

¿Esto te parece bien?. —Pregunta mirando las prendas de ropa.

Sí, eso está bien. —Respondo amable con una sonrisa. —¿Dónde está el baño?

Por allá. —Apunta una puerta que estaba al otro extremo de la habitación.

Camino en esa dirección, entro y empiezo a cambiarme. Aunque la ropa estaba limpia, podía sentir su aroma. Me encantaba.

Salí y noto a Rubén acostado en la cama, veo que no trae camisa y, de nuevo, me quedó parada como idiota.

Amor, ¿no vas a venir?. —Pregunta. No sé por qué me dice de esa manera, es como si estuviera tratando de confundirme.

¿A qué juegas, Rubén?. —Pregunto acercándome hasta llegar a la orilla de la cama, quedando enfrente suyo.

No me digas Rubén, por favor. —Ordena. —Y no juego a nada, amor. —Dice recalcando la última palabra.

Yo suelto una pequeña risita y respondo.

¿Por qué no, Rubén?. —Dije de la misma manera recalcando la última palabra.

Solías decirme Rubén cuando te enojabas, eso no me gusta. —Responde.

Bien, entonces, ¿Cómo te digo?. —Pregunto mientras me acuesto a su lado.

Mmm. —Piensa un momento. —Amor  no suena nada mal. —Dice para después ver mi expresión de insatisfacción. —O puedes decirme Natanael. Lo que tú prefieras Brianna.

Siempre serás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora