Pánico.

635 49 4
                                    

Canción: Shallow - Guus Dielissen


Ha pasado poco más de una semana desde que Enid descubrió las cicatrices de Merlina, ambas no se han hablado desde entonces, Enid piensa que darle su espacio a la morena es lo mejor que puede hacer por ahora, mientras que Merlina piensa que lo mejor es ignorar a la rubia para evitar cualquier tipo de pregunta.

-Cuando te dije que debías darle su espacio no me refería a que la ignoraras por completo- Dice una muy irritada Yoko quien se encuentra en la mesa que comparte con la rubia esperando que inicie la primera clase.

-¿Y qué se supone que haga?, no la he visto en la cafetería para nada, solo la logró divisar a lo lejos en los pasillos, creo que ella me está evitando pero tampoco quiero perseguirla y que piense que la estoy acosando.

-Ella entró al equipo de Vóleibol, ¿no?. -¿Por qué no intentas hablar con ella después de la práctica?-.

-No estoy muy segura que quiera hablar conmigo después de lo que pasó, aunque supongo que es mejor hacer el intento-.

Mientras las clases continuaban con normalidad, durante el almuerzo una muy ocupada Enid quien se dirigía al salón del blog para editar algunos artículos, toma una pequeña desviación por la sala de música y al pasar por la puerta escuchó un sonido que atrajo su atención.

Un par de guitarras que sonaban en completa armonía con una hermosa melodía. Ha escuchado a los alumnos tocar canciones muchas veces pero esta vez algo sonaba diferente, como si los que estuvieran tocando no fueran alumnos si no maestros.

Enid que se quedó escuchando la melodía, reconoce la canción después de unos segundos y sin esperar más se asoma por la pequeña ventana de la puerta que da al salón. Para su sorpresa encuentra a cierta chica de trenzas totalmente concentrada en la melodía que toca.

A su lado está un pequeño muchacho de cabello rizado con lentes acompañando la guitarra de la morena con otra.

Enid no puede dejar de ver tocar a Merlina, no solo por la forma en la que parece disfrutar cada nota que sale de aquel instrumento, si no también por su increíble figura sentada en aquel banco, con una camiseta blanca de manga larga que le cubren las muñecas y recuerda aquella imagen que vio hace unos días.

Si no fuera por que ella misma vio las marcas, no pensaría que sea una chica que intentó suicidarse quién sabe cuántas veces, ¿Cómo puede esa pequeña chica tan atractiva y a la vez tan perfecta atentar contra su propia vida?.

De un momento a otro reacciona ante la pregunta que ha surgido en su mente y sacude su cabeza intentando despejarse. Regresa su mirada a Merlina cuando escucha como intensifica la melodía y sonríe.

Se queda mirando fijamente a la chica un momento más, como si aquella la pusiera en una especie de trance. Cuando se da la vuelta dispuesta a continuar su camino, escucha que la melodía acaba y decide quedarse esperando tener una oportunidad para hablar con Merlina.

-Gracias por acompañar mi guitarra- le dice Merlina al chico.

-Eugene- le dice mientras guarda su guitarra. -Eugene Otinger-.

-Merlina Addams- le responde.

-Un placer- contesta mientras se acomoda los lentes.

-Yo me encargo de acomodar el resto-. Le dice Merlina al chico.

-Gracias, espero poder volver acompañarte a tocar- responde mientras va saliendo del salón.

-Suguro- dice despidiéndose.

Ansiedad (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora