Un Nuevo Comienzo (Swanqueen)

Capítulo 1. Una nueva amenaza

Chic@s básicamente perdí todas mis historias :( pero pude recuperar algunas, espero que si se acuerdan de ésta, la vuelvan a leer y votar, y si no... Que disfruten de la historia!!

Emma abrió la puerta y atravesó el aire brumoso. El aire latía con un toque de verde y eléctrico. El campo de fuerza que Regina había puesto alrededor de la casa le recordaba extrañamente el salto al agua tibia, y a una parte de ella le gustaba venir aquí y ahora, solo para sentir ese suave roce contra su piel cuando cruzó el umbral.

Aunque una parte de ella estaba recia a atravesar la puerta, no deseaba ver a la alcaldesa, pero necesitaba saber si estaba bien, a pesar de todo le tenía aprecio y más aunque lo negara.

Henry la siguió y se quitó la mochila de un hombro. Cuando Emma se volvió para cerrar la puerta, un segundo pulso de luz le dijo que la casa estaba sellada una vez más.

"¿Regina?"

Su voz resonó en el pasillo vacío, pero sabía que Regina la habría escuchado. Desde que la noticia de que la Reina Malvada había llegado a Storybrooke había llegado a oídos de la alcaldesa, apenas había salido de la casa. Su estudio aquí se había convertido en su nueva oficina, y había pasado cada hora de vigilia de la última semana buscando una manera de enviar a su contraparte más oscura de regreso a la línea de la ciudad nuevamente.

Aun así, Emma no recibió respuesta y puso los ojos en blanco. Henry se encogió de hombros hacia ella. "Sabes que ella estará en su lugar normal al igual que el".

"Estoy segura de que lo hará", dijo, agarrando la parte de atrás de su abrigo mientras él comenzaba a caminar hacia las escaleras. "Pero hazme el favor y entra solo, ya me voy".

"Mamá", gimió, liberándose. "¿Seriamente? Robin no está, se la pasa casi todo el día en el bosque, Mamá ya no lo puede ver tanto, pelean mucho como para ser realmente su amor verdadero"

"De verdad, no importa, yo... No estoy lista para cruzarme con el", respondió Emma, ​​haciéndole un gesto para que esperara donde estaba. "¿Regina?"

Escuchó un suspiro de sufrimiento que venía del otro lado de la casa. "Debería escuchar a nuestro hijo, señorita Swan. Estoy exactamente donde siempre estoy".

Emma ignoró la expresión de suficiencia en el rostro de su hijo y respondió: "Palabra clave, por favor".

"Deja de ser ridícula."

Emma gimió.

"Esta fue tu idea", dijo, abandonando a Henry para poder pisar fuerte hacia la fuente de la voz de Regina. Henry aprovechó la oportunidad para subir corriendo las escaleras, con su celular en una mano y un mensaje para Violet ya medio mecanografiado.

La puerta del estudio de Regina estaba entreabierta y Emma la abrió por completo. Regina estaba sentada detrás de su escritorio, con el pelo recogido en una coleta corta y las gafas en la punta de la nariz. Ella no miró hacia arriba. Y Emma tampoco pudo mirarla a los ojos.

"¿Por qué incluso sugieres que tengamos una palabra clave si simplemente te burlarás de mí cada vez que intente usarla?" Preguntó Emma enfadada.

"Porque cuando lo sugerí, no me di cuenta de que ibas a estar aún más paranoica acerca de esto que yo", murmuró Regina, todavía sin levantar la vista. El libro de cuentos de Henry estaba abierto frente a ella, como solía estar hoy en día, y en su mano derecha había una jeringa gruesa de vidrio con un hilo de poción púrpura que todavía giraba alrededor del fondo.

"No soy paranoica", dijo Emma, ​​dando un paso hacia la habitación. "Estoy tratando de proteger a nuestro hijo".

Regina abrió la boca para discutir, como era su reflejo natural, y luego se detuvo, suspirando.