Un Nuevo Comienzo (Swanqueen)

Capítulo 11. Amor Verdadero

Finalmente, soltó una pequeña risa. "No es de extrañar que Regina no pueda resistirse a ti."

Emma puso los ojos en blanco. "Ya te lo dije, no es así. No le agrado de esa manera."

"En realidad no quise decir eso", dijo la reina en voz baja.

"¿Entonces qué quisiste decir?"

La reina suspiró. "Ella confía en ti, Emma. Incluso si no lo demuestra. Y se preocupa por ti. Al principio pensé que era una completa idiota por dejarte ir y abrirse así de nuevo, pero ahora ... casi puedo ver por qué lo hizo. Sin embargo, yo lucharía por ti "

Hubo una pausa antes de que Emma pudiera decidirse a hablar.

"Eso fue ... algo muy agradable que dijeras."

"Sí. Bueno", dijo la reina, sin levantar la vista. Sus piernas estaban delicadamente cruzadas y su postura era recta, pero la vulnerabilidad inesperada en su rostro chocaba tan fuertemente con el resto de la imagen que Emma quiso estirar la mano y abrazarla. "Soy capaz de hacer eso a veces".

Se veía tan desesperadamente triste, y de repente Emma lo entendió: por supuesto que era hostil, aguda y cruel. Eso era todo lo que tenía.

Cuando te abres a otras personas, todas tus silenciosas verdades salen a raudales, y la reina ni siquiera tenía los felices recuerdos de Regina para emparejar los suyos. Simplemente tuvo los peores momentos: la duda, el dolor y la soledad. Ella acababa de tener a la Reina Malvada, y la Reina Malvada había estado oscura por una razón.

Regina había querido liberarse de ella, pero Dios, incluso Emma sabía que no había tenido la intención de hacer esto: infligir todo su dolor en un cuerpo y dejarlo deambular solo.

Emma tragó. "Lo que te hizo Regina… no creo que esté bien."

La reina volvió sus ojos más fríos hacia ella. "No necesito su compasión, señorita Swan."

"Estoy segura de que no", dijo Emma. "Así que es bueno que esto no sea lástima. Esto es ... empatía".

"Eso es aun peor."

"¿Cómo es eso peor ?"

"No lo sé, pero ciertamente no es mejor", resopló la reina. "No puedes empatizar conmigo, de todos modos. No has estado en esta situación, salvo lo del palurdo ese".

"No," admitió Emma. "Pero ... tal vez he estado en algún lugar cercano."

La reina la miró entonces, lista para burlarse y rechazar las ridículas afirmaciones de Emma con un gesto de la mano. Pero algo la hizo detenerse.

"¿Por la maldición?"

"Sobre todo," Emma se encogió de hombros. "Yo tampoco tuve una gran vida. No es tan mala como la tuya, estoy seguro, pero lo suficientemente mala como para convertirme en un caso perdido".

La reina frunció el ceño. "¿No culpas a Regina por eso? ¿O a mí ?"

"Ya no."

"¿Por qué no?"

"No lo sé," Emma se encogió de hombros. "Sé que ella - usted - estaba pasando por algunas cosas que yo no podía entender, y sé que ninguno de ustedes me haría algo así ahora. Además, me aburrí de estar enojada con todos. A veces es más fácil perdonar a la gente y seguir adelante ".

"Ella no se merece tu perdón", dijo la reina, sorprendiendo a Emma con la frialdad en su voz. "O tú, para el caso."

"¿Qué te hace decir eso?"

La reina hizo una pausa, de repente incapaz de pensar en una razón coherente. Así que en lugar de eso, simplemente dijo lo que sentía en lo profundo de su corazón frío.