REFLECTIONS ᵕ̈ [quackity x femOC]

11. the helper

A Pamela siempre le había faltado amor.

Por algún motivo que no entendía, nunca le había sido fácil encontrar pareja. Probablemente porque solía enamorarse de quien no debería.

Antes de Carlos, solo había tenido otra pareja, una chica con la que había salido cinco meses e irónicamente también le había puesto los cuernos.

Claro que, como había dicho Rivers, eso era algo que no podía controlar. Lo que sí podía controlar era lo que hacía en cuanto a ello.

Y ahora sabía que no lo estaba haciendo bien.

Cuando Karchez tomó su mano y la empezó a guiar fuera de allí, un montón de dudas comenzaron a atacarla. Aunque estaba demasiado borracha para resolverlas.

Lo único que sabía era que no quería acostarse con él. Ahora no, por lo menos. Por eso, cuando estuvieron cerca del ascensor, se detuvo y le miró con una mueca.

—¿Qué pasa?—inquirió él, sin soltarla.

—Ahora no me apetece, Carlos—dijo la chica, débilmente.

—¿Como que no?

Su tono de voz había cambiado. De repente, se sintió muy pequeña a su lado.

—Es que yo...

—Venga, ¿no me has echado de menos? Después de estos meses. Porque yo a ti si, Pam. Me muero por volver a estar contigo.

La castaña le miró con una mueca de duda. ¿Que si le había echado de menos? Más que a nada. Pero había echado de menos al Carlos que le regalaba flores sin ser una fecha especial, el que jugaba con su cabello hasta que se dormía y el que le besaba la frente para reconfortarla. Y parecía que él solo había echado de menos a la Pamela desnuda.

En ese momento, las dudas que ya tenía se multiplicaron. ¿Qué iba a pasar si se acostaba con él esa noche? ¿Volverían? Él no le había pedido volver. ¿Lo habría dejado de verdad con Abby o sería solo otra mentira? ¿Por qué apresurarse tanto en subir a su habitación?

Para alguien igual de borracho como Pamela estaba ahora, aquellas eran demasiadas preguntas. Apenas era capaz de mantenerse en pie, no podía pensar en todo eso ahora. En ese momento solo quiso irse de allí y no volver a ver a Carlos jamás. Las sensaciones que le provocaba eran demasiado fuertes. Ya ni siquiera sabía si le quería o le odiaba.

Solo quería volver a su habitación y terminar con aquella noche de una vez.

Más o menos como Quackity, que en ese momento no se encontraba tan lejos de ellos como creía.

Estaba fuera del bar, relativamente cerca de la puerta que unía aquella sala con el vestíbulo, que ahora se encontraba casi desierto.

Tenía la espalda apoyada en la pared y miraba a un punto fijo en el suelo mientras Karl no dejaba de hablar.